Reporterismo

De los altares al retrete

Imagen distorsionada de la cabecera del diario Público. Por Semptrem Trionis

Cuenta la periodista Magis Iglesias que ella empezó a escribir en Papel Elefante cuando tenía 16 años. El Papel Elefante no era exactamente como nuestro papel higiénico, aunque tuviera el mismo cometido. Venía envuelto en celofán (como las galletas) y tenía un lado rasposo, que aunque no era lo más agradecido para la higiene íntima sí que venía bien para absorber la tinta.

El Papel Elefante intentó modernizarse para competir con el resto de marcas. Cambió de color, de formato, incluso de forma, pero nada. Era un invento que tenía los días contados. Algo parecido les ocurre a los periódicos hoy en día. IPads, e-books, tabletas, periódicos on-line… la era digital está devorando a la prensa escrita y puede que, como le ocurrió al Papel Elefante, ya sea demasiado tarde.

Según publicó The Wall Street Journal, por primera vez en la historia, el consumo de papel higiénico ha superado al de papel de periódico en Estados Unidos. Fue en el año 2007. Hoy ya no sólo lo rebasa, lo duplica.

Las crisis suelen llegar antes a Estados Unidos que al resto del mundo. En 2009 desaparecieron el Rocky Mountain News y el Seattle Post-Intelligencer una cabecera con 146 años a sus espaldas. El documental Page One juega con la idea de una eventual desaparición de la meca del periodismo americano: el New York Times.

Aquí en España, recién estrenado 2012 y en plena crisis económica, tenemos al primer contagiado. El diario Público no consiguió financiación suficiente para pagar a sus acreedores. Cerró su edición escrita el 25 de febrero. Sólo un año después de haber alcanzado el millón de copias vendidas y cinco después de su nacimiento. Lo mismo se plantea hacer el diario The Guardian (sustentado por una fundación) para poder hacer frente a las graves pérdidas que atraviesa.

Difusión anual de El País, El Mundo, ABC y Público. Por OJD

La prensa española se encuentra ahora ante el mismo desafío. La empresa OJD (Oficina de Justificación de la Difusión), encargada del control de la tirada y difusión de diarios y revistas impresos en España, arroja cifras preocupantes. Las ventas anuales han bajado drásticamente en los últimos cinco años. La difusión anual de periódicos ha pasado de 1.487 millones de ejemplares a 1.309. Eso no supone sólo un descenso de los ingresos por ejemplar vendido, sino una bajada de la publicidad.

«La tendencia de internet es emergente y la del papel es descendiente. Sólo durante el fin de semana y especialmente los domingos hay una mayor respuesta por parte de los anunciantes», aseguran desde el departamento de publicidad de ABC. Además, los anunciantes pagan cada día menos. «Hay que captar más anunciantes para llegar al mismo volumen de ingresos. Los descuentos pueden ser incluso mayores de un 50 % en algunos casos, dependiendo de la cobertura y de la capacidad del cliente».

Difusión anual de los periódicos españoles. Por OJD

Todavía hoy, en el número 5 de la calle Montera, puede verse el logotipo de ABC en la fachada. Recuerda tiempos mejores, cuando la agencia de publicidad Procovensa tenía toda una planta dedicada a llevar la publicidad del diario. «Hoy apenas nos llegan anunciantes para papel», afirma su responsable de ventas.

El Papel Elefante se ha convertido en un objeto de coleccionista y puede comprarse en eBay por unos 30 €. Muchos apuntan a que algo parecido ocurrirá con los periódicos. Luis Cerón, miembro de OJD, cree que la prensa escrita no desaparecerá, sino que se convertirá en un artículo de lujo. «En lugar de costar un euro y pico, costará 5 euros». Borja Bergareche, periodista de ABC y corresponsal en Londres, contaba en un artículo la última tendencia en moda: bolsos «portaperiódicos» desfilan en Milán y en París. En todo caso el tiempo dirá si el futuro de la letra escrita está en el retrete o en los altares de la moda.

Un comentario en «De los altares al retrete»

  • I, too, have come to realize the importance of spending more time dedicating myself to the Holy Trinity. I’m frequently in such a rush to get to work, that I do;2n8&17#t pray or meditate on The Word when it’s especially important at our first waking moment. Can’t wait to graduate up into the next level of my spiritual journey!

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