Encuentros

«Sólo deseaba que me diesen una patada para salir de España»

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David Beriain es el único periodista español que ha entrevistado al líder de las FARC. Foto: I. Martiñán

«Voy a hablar de percebes, y de hasta qué punto un periodista puede ser imbécil, como es mi caso». El encuentro promete, sobre todo porque el protagonista ha cubierto los conflictos de Irak, Afganistán, Darfur, Congo, Kurdistán y Colombia. Pero David Beriain (Artajona, Navarra, 1977) está cansado de contar sus batallitas con las FARC. Así que reflexiona sobre su «estupidez» y, por extensión, la de todos los periodistas.

Su largo metro ochenta y su envergadura se encargan de que no pase inadvertido. Sin embargo,  Beriain es un tímido hecho reportero. «A mí me encantaría que estuviera en ABC», dice Alfonso Armada mientras le mira de reojo. Él sonríe y agacha la cabeza. Luego se arranca con un ritmo tan pausado que cuesta imaginarle entre carros de combate. Rememora sus comienzos «en una provincia perdida de Argentina, Santiago del Estero», en el diario argentino «El Liberal». Tenía 22 años, pero ya sabía que su futuro pasaba por América Latina.

Allí aprendió que las historias no están en la redacción sino en la calle, donde «vivía visitando ladrones, narcos…». Pero el periódico casi cerró y Beriain tuvo que volver a España. Recaló en «La Voz de Galicia», donde pasó más de seis años. Y aunque allí cubrió el 11-S, el trabajo no era el mismo. Los periodistas vivían en la redacción… y «las personas, como los perros, necesitamos olernos».

Beriain repasa su trayectoria sin egocentrismo. Quizá sea esa tranquilidad la que le empuja a trabajar entre bastidores, la que le ha llevado a crear su propia productora, «93 metros». Con ella, y junto a su inseparable compañero Sergio Caro,  ha alcanzado su verdadero objetivo: «hacer que el espectador se meta en la historia». El documental «Percebeiros (Sea bites)», preseleccionado para los Premios Goya 2012, es uno de sus mejores trabajos. Por eso rompe de improviso con su relato vital y, como buen «navarro cabezón», retoma su idea original: «Yo he venido aquí a hablar de percebes…».

Vidas anónimas

Los asistentes están preparados para escuchar los entresijos de una historia apasionante, contada por otro Beriain que, rotulador en mano, explica cómo rescató la historia de una persona corriente y la convirtió en periodismo. Había visto la costa muchas veces, pero nunca había reparado en los percebeiros. Igual de curioso resulta que, tras ver el vídeo, ningún alumno se haya percatado de lo más importante: cómo explica Beriain lo que es un percebe al espectador extranjero. Lo hace con solo una frase: «Saben a mar, y para cogerlos manda truco…».

Igual de importante es que la gente comprenda al protagonista de la historia, Serxo, «un guindilla que no para quieto». Consciente de ello, Beriain aborda la psicología para explicar las técnicas con las que afrontar una entrevista con personas maltratadas por la vida. Interesado por la filosofía, revela que la conversación socrática es el mejor método de entrevista. Los recursos de grabación también son fundamentales para rodar sobre los acantilados de Cedeira (A Coruña). El octocóptero, una cámara voladora, fue el aliado en la lucha contra un ajustado presupuesto que se reduce a la siguiente fórmula: «x/2=helicóptero. El resto fue para bocadillos de tortilla».

Pero el profesor también dibuja la cara amarga del oficio: el panorama televisivo está llamado a fusionar su vertiente escrita y audiovisual, y «Percebeiros (Sea bites)» ha sido un experimento de News Corporation para obtener novedades. Beriain, que sólo deseaba que le diesen «una patada para salir de España» hacia sus «historias de guerra», tiene clara la conclusión: «Yo soy un error en esta historia. Grabé el documental como un medio, no como un fin. En cualquier caso, todos han salido fortalecidos. La productora y los periodistas, que no tenían dinero pero sí la oportunidad de que les escuchen. Y si una lección valiosa ofrece el documental, común a la pesca y el periodismo, es que «hay que tener sentido común porque de valientes está lleno el cementerio».

 

Un comentario en ««Sólo deseaba que me diesen una patada para salir de España»»

  • Dice Beriain que los periodistas de La Voz de Galicia vivían en la redacción. Porque no se molestó ni en conocer Galicia ni las delegaciones del periódico con decenas de periodistas en la calle. Pero el que se mira el ombligo no ve nada más; ni valora que otros pulan y editen sus textos. Por cierto, este señor tan alabado hizo un repor de niños sicarios y uno de los niños colombianos hablaba de jugar al fútbol con cabezas delante de Escobar. El problema es que a Escobar lo habían matado antes de que El Niño hubiera nacido. En fin… Hay tíos que se creen que tiene la esencia del periodismo.

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