Opinión

El zapaterismo sociológico

José Luis Rodríguez Zapatero se parte de risa con Paulino Rivero, presidente de Canarias
José Luis Rodríguez Zapatero se parte de risa con Paulino Rivero, presidente de Canarias

 Al político Zapatero le echaron las urnas, tras ocho años de desastre. En realidad, se fue él solito, pues decidió, como Aznar, no presentarse a una segunda reelección. Por su propio pie y de forma pacífica, marchóse al Consejo de Estado (es decir, a dar consejos al Estado, que tanto necesita de los consejos de Zapatero).

Es verdad que Zapatero llegó democráticamente al poder. En 2004, podíamos haber elegido a Rajoy, y elegimos a Zapatero. En 2008, ya con fuertes síntomas de la crisis, podíamos haber escogido a Rajoy, pero escogimos a Zapatero (ser humano: único animal que tropieza dos veces con el mismo melón). En noviembre de 2011, por fin, ya más tiesos que la mojama, optamos por Rajoy en vez de por Rubalcaba, un socialista bastante mejor preparado (para el bien y para el mal) que Zapatero.

La etapa zapaterista ha terminado y ya nadie nos va a devolver lo que el PSOE se llevó. Los españoles, en general, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades mientras Zapatero vivía por encima de sus capacidades, y el resultado es la catástrofe económica de España. Ahora intentamos remontar el vuelo al tiempo que lamernos las heridas de las alas. Por eso el despegue se hace tan complicado.

Uno de los más pesados obstáculos para que España vuelva a volar es lo que yo llamo el zapaterismo sociológico. Zapatero se fue, pero la masa que le aupó y se adhirió a su modo de entender (?) la vida sigue arraigado en la sociedad española. Aún hay demasiada gente que piensa que todo da igual, empantanada en el relativismo, que cree que la economía va sola y que la vida de un concebido no es lo suficientemente importante como para defenderla con valentía. Es la gran masa de españoles que sigue pensando que todo vale, que hombre con hombre es lo mismo que hombre con mujer, que todo es opinable, que no hay verdades y que todo es según el color del cristal con que se mira. Y, por supuesto, como su referente Zapatero, creen que la Iglesia es un problema en vez de una solución.

El zapaterismo sociológico es inculto, frívolo y superficial. Desconoce la Historia, ataca las religiones, desprecia las tradiciones y lo analiza todo, toscamente, de tejas para abajo. El zapaterismo sociológico, aunque no lo reconozca, piensa que la Tierra solo es del viento y que la única patria es la libertad. Que Dios nos salve del zapaterismo sociológico.

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