Guadalajara

Pedro Solís, entre la realidad y Tadeo Jones

Pedro Solis con varios premios a Tadeo Jones, entre ellos, cuatro Goyas. Foto: Pedro Solís
Pedro Solis con varios premios a Tadeo Jones, entre ellos, cuatro Goyas. Fotos: Pedro Solís

Se levanta a las seis de la mañana y a las 6.33 sale de camino a la estación de tren. En el trayecto se cruza con algunas personas que no saben que quien acaba de atravesar la calle es Pedro Solís, uno de los padres del personaje animado Tadeo Jones. Probablemente la persona que se sienta a su lado en el vagón no sepa que su trabajo ha sido reconocido con un Goya. Y quizá las personas que viajan con él en ese tren no intuyan que su trabajo ha hecho historia en el cine de animación español.

Aunque nació en Barcelona, Pedro Solís se considera alcarreño. Llegó a Guadalajara a los tres años y allí estudió un grado superior de técnico electrónico. Largas noches frente al ordenador aprendiendo a modelar objetos en 3D fueron el comienzo de lo que ahora es su carrera. Mientras, veía como su hermano, Juan —y que ahora trabaja para Disney—, empezaba a hacerse un hueco en el mundo de la animación.

Con 30 años decidió abandonar la estabilidad de un puesto fijo y se lanzó en el sector del grafismo. Entonces llegó el primer éxito, el videojuego de la película Torrente. En esta etapa conoció a sus ahora compañeros de trabajo y amigos Enrique Gato, Juan Jesús García Galocha (Galo) y David Ordieres. Era el año 2001 y Gato les propone hacer una «prueba de animación» y subirla a internet para publicitarla. El protagonista es Tadeo Jones, un obrero de la construcción algo patoso que quería convertirse en un famoso arqueólogo. «Por aquel entonces algunos habían conseguido llegar a Pixar así», recuerda Pedro. Gato también entra en contacto con el productor Nico Matjí, y le propone hacer un corto de ese nuevo personaje para llevarlo a la gran pantalla.

«Nos pusimos a modelar los escenarios pensando que esto no era una broma, que iba para cine». Después vinieron diferentes reconocimientos, 65 premios en diferentes festivales y el primer Goya. En una entrevista le preguntaron a Galo, director artístico de la película, cuál era su mejor recuerdo, y él contestó que ese premio. Esa noche se reunieron en casa de Enrique Gato —quien estaba en la ceremonia junto a Matjí—, Solís, Ordieres, Galo y otros amigos. Entonces dijeron el nombre de Tadeo Jones y la locura comenzó: «Empezaron las llamadas, la celebración… y encima empezó a nevar y pensamos «¡esto es como un sueño!»»

Pedro Solís en el momento de recibir el Goya por «La Bruxa»
Pedro Solís en el momento de recibir el Goya por La Bruxa

Ten cuidado con lo que deseas

Esta inyección sirvió para impulsar un segundo corto Tadeo Jones y el sótano maldito (2006), que se llevó otro Goya. Y entonces Pedro pensó en lanzarse como director con un trabajo propio. La moraleja de la historia la tenía clara: «Ten cuidado con lo que deseas, porque se puede hacer realidad». En una cena con unos amigos, Pedro, que ya tenía una hija, habló de que no quería tener un niño «porque se emborrachan, corren con el coche y hacen tonterías». Su hijo Nicolás nacía tiempo después, pero con una parálisis cerebral severa que le impediría hacer todas esas cosas que Solís presuponía de los chicos.

Así ideó La Bruxa, la historia de una hechicera que anhela el amor y que transforma una rana en un apuesto joven. Pero este, en vez de quedarse «para siempre jamás» con la bruja, se va con un rudo motero que trabaja en una gasolinera, reflejando que los sueños se pueden cumplir y que las consecuencias pueden ser imprevisibles. El corto fue seleccionado para cien festivales, se llevó dos decenas de premios, se vendió a Iberia para ser proyectado en vuelos internacionales, fue elegido para un pase de cine de la UNESCO… y también ganó el Goya a mejor corto de animación. Cuando subió al escenario a recoger el premio, entre los mensajes reivindicativos de la gala surgió con fuerza el mensaje de Pedro: «A mi hijo Nico, a quien la vida no se lo ha puesto demasiado fácil». «Tuve muchísima suerte», dice, a pesar de que sacrificó mucho tiempo y fuerzas en sacar adelante el proyecto, que iba perfilando después del trabajo y en sus pocos ratos libres.

Por aquel entonces, y tras todos los avales conseguidos con los otros trabajos, ya había arrancado la idea de convertir al aventurero obrero en un largometraje. Solís sería el director de producción que se ocupa de «engarzar todos los departamentos y que todos tengan trabajo». Varios inversores apostaron por el proyecto, y en el pasado agosto se estrenaba en los cines Las aventuras de Tadeo Jones.

La casualidad hizo que un día después se aplicase la subida del IVA, que afectaba directamente al precio de las entradas. «Hicimos una porra el día que se estrenaba para ver cuánto iba a recaudar Tadeo Jones ese fin de semana. Te diré que el más optimista se quedó muy por debajo de la mitad de lo que la película recaudó esos dos días», dice Pedro, que aún guarda ese papel en su casa.

Un rotundo éxito en taquilla recompensó cuatro años de trabajo, que se vieron reforzados por cinco nominaciones a los Goya, toda una proeza para una película de animación. El largometraje consiguió tres premios: mejor película de animación, mejor guión adaptado y mejor dirección novel para Enrique Gato. «Ese era el Goya que yo quería, el que nos hizo saltar de alegría», dice Solís con una sonrisa refiriéndose al último.

Cuerdas

Un día, hace dos años, cuando Solís estaba inmerso en el cierre de la película, se le ocurrió una idea para un nuevo corto. «Escuché una canción muy concreta [que no quiere desvelar] y vi el corto entero, de principio a fin. Nunca me había pasado esto». Solís llegó a casa ansioso por contarle a su pareja qué había imaginado:

—¡Lola, se me ha ocurrido un corto!

—¡Ay no, por favor, otra vez no!

—Espera, te lo cuento. (…)

—Tienes que hacerlo.

«Y me puse a escribirlo. Solo hubo que pulir un par de cosas». De eso han pasado dos años y Solís espera que Cuerdas se estrene la próxima primavera. No desvela demasiado, solo que es una historia de amistad entre unos niños en un colegio y que, al igual que La Bruxa, tiene un paralelismo con su vida. «Es complicado explicarlo, es un corto para verlo».

En el futuro, dos estrenos previstos: Capture de flag, que se estrenará a finales de 2015, y la segunda parte de Tadeo Jones, en la que se podrá volver a ver a Sara, Berzoni y Jeff en las aventuras de este arqueólogo por sorpresa. «Solo puedo decir que será un Tadeo muy viajero», adelanta Solís.

Pase lo que pase con la siguiente entrega, Tadeo se ha convertido en un icono para los más pequeños. «Lo más bonito es haber conseguido que los niños de esta generación, cuando se junten dentro de veinte años, hablarán de ella con cariño. Y es impresionante haber estado ahí».

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