Coslada

«Para otros asuntos sí hay dinero»

Tareas como encender la luz, lavarnos la cara o subir y bajar persianas nos parecen irrelevantes y no nos suponen ningún esfuerzo. Cada día realizamos innumerables acciones sin darnos cuenta de cómo las llevamos a cabo. Sin embargo, existe un porcentaje de la sociedad que necesita un esfuerzo mayor en su vida cotidiana. Entre las personas con diversidad funcional hay gente que no puede comer por sí mismo u otras que no pueden subir unas escaleras.

En Coslada y San Fernando de Henares están presentes siete asociaciones (ASPIMIP, APAINE, Adactiv, Mente y Sociedad, Gea Educadores y Diversia) con la misión de apoyar y dar oportunidades a este colectivo para que, tanto ellos como sus familias, puedan llevar a cabo un proyecto de vida digno. «Trabajamos para promover la inclusión de las personas con discapacidad como ciudadanos de pleno derecho en la sociedad», explica Eva María Carrascosa, gerente de la Asociación para la Integración e Igualdad de personas con diversidad funcional (ASPIMIP).

Pero a día de hoy esta labor social está en peligro. El Ayuntamiento de Coslada ha suprimido las subvenciones directas, aunque pretenden compensarlo con una ayuda de 5.000 euros mediante la Oficina de Apoyos. El Consistorio indica que se están estudiando los presupuestos para ayudar a estas entidades mediante un convenio de colaboración. Por otro lado, la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid «ha reducido las ayudas entre un 5 y un 15%, pero en este contexto de crisis no nos podemos quejar», explica Eva María Carrascoca de ASPIMIP.

El dinero público que reciben estas asociaciones de la Comunidad de Madrid y de los Ayuntamientos de Coslada y de San Fernando es vital para su funcionamiento. «Estas ayudas son necesarias para desarrollar actividades de ocio, fisioterapia o logopedia», dice Carrascosa. «El compromiso inicial con la Oficina de Apoyos era de 30.000 euros y ahora la Concejalía nos ofrece 5.000 y con esto no nos llega», comentan desde la Asociacón de Padres de Alumnos de Integración y Necesidades Específicas de San Fernando de Henares (APAINE), pero que atiende también a chicos de Coslada.

Un servicio esencial

Con estos recortes se pone en riesgo el correcto funcionamiento de estos Centros como ASPIMIP que atiende a 400 personas, de las que un 80% son procedentes de Coslada y el resto de San Fernando y Mejorada del Campo. «En época de crisis es normal que nos den menos dinero, pero es injusto que para otros asuntos sí lo haya», señala Carrascosa. «Hay actividades que no podremos realizar», explica María Owona, maestra de Audición y Lenguaje de la asociación Adactiv, dedicada a trabajar con 20 niños con diversidad funcional. «Hay padres que ya no les da el dinero para seguir pagando los gastos que conllevan las actividades y habrá niños que no podrán realizar terapia, talleres o salidas».

Entre los proyectos que desarrolla ASPIMIP destaca el Centro de Atención Temprana que consiste en la realización de tratamientos de estimulación, psicomotricidad, logopedia, fisioterapia y psicoterapia. También proporciona apoyo y asesoramiento a la familia. Este programa está dirigido a niños de entre 0 y 6 años con trastornos en su desarrollo. Según la gerente de la entidad: «Cuanto más temprana sea la edad en que se aborda su atención mejor es su evolución».

Dibujos realizados por niños con diversidad funcional. Foto: Adactiv
Dibujos realizados por niños con diversidad funcional. Foto: Adactiv

Por otro lado, el proyecto Insertium ofrece inserción laboral a mayores de edad con discapacidad. «Tenemos contratados actualmente a 15 jardineros en la zona del Centro de Transportes y, además, desde el año 2011 colocamos a chicos en la gasolinera de Repsol de la Avenida de San Pablo», explica Carrascosa.

Igualmente, los proyectos de ocio y tiempo libre son una parte importante de la labor de estas entidades asociativas. «Una profesional especialista en ocio y tiempo libre realiza talleres mensuales para que cualquier persona con diversidad funcional tenga cubiertas las carencias de tipo personal o social», dice María Owona de Adactiv.

Aparte de dinero público, estas asociaciones se financian a través de iniciativas propias. «Hacemos de todo, desde vender lotería de Navidad hasta un mercadillo de bisutería hecho por los chicos», dice Carrascosa. El caso de APAINE es más significativo. «Los chicos ganan unos 300 euros con la venta de sus trabajos manuales que antes se lo quedaban ellos y ahora tiene que ir destinado al centro para seguir sobreviviendo», explican. «En nuestro caso, el único ingreso que tenemos es el de las cuotas de los padres», añade Owona.

«Sin ellos me sentiría perdida»

«A mi hija, la Asociación le ayuda a abrir su círculo de amistades y a tener una vida más completa. Si dejara de asistir sería un problema ya que ella necesita el tratamiento de logopedia. Sin su ayuda sería mucho más caro, además de que tendría que salir de su entorno y de sus amistades», comenta Fernando, padre de un niño en Adactiv.

«Le ayuda a resolver los problemas de comunicación y habilidades sociales que se encuentra en el colegio y con sus amigos», explica Marta, madre de un niño con diversidad funcional en Adactiv. «Si mi hijo no acudiera a la Asociación me sentiría perdida, ya que es muy duro que tu hijo tenga problemas y no tener los conocimientos ni las herramientas para poder solucionarlos».

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