Encuentros

Manuel Jabois, una mirada diferente

Lleva dos años en Madrid, lejos de su tierra, pero todavía arrastra consigo el clima tan característico de Galicia. Inaugura su encuentro con los alumnos del Máster ABC-UCM y la lluvia, afuera, comienza a golpear las ventanas. Manuel Jabois (Sanxenxo, 1978) es ahora un columnista clave en El Mundo, pero no siempre lo fue. El gallego llegó al periodismo por casualidad cuando su abuelo buscaba a alguien que lo sucediese en el Diario de Pontevedra, y la genética entró en juego, ganando la partida.

Comenzó como corresponsal en el periódico de su provincia sin saber nada de periodismo. Pero el tesón y el desparpajo con los que encaró el trabajo allanaron su camino. No tiene carrera pero el periodismo es vocacional y como él mismo reconoce, se entregó en «cuerpo y alma» al oficio. Cultivaba su olfato periodístico recorriendo las calles, pero también leyendo a la competencia en la biblioteca. Confiesa que así  aprendió a reconocer la noticia, y matiza: «Lo que yo trataba era ponerme de lado o ponerme de espaldas, acercarme o alejarme a la noticia, para verla de otro modo y que el lector tuviese otro tipo de perspectiva».

Así se diferenciaba de los demás. Porque Jabois no es un periodista al uso. No se contenta con transcribir la información, prefiere presentar las noticias de forma atractiva, «con un poco de humor», con color. Una misma información pero con un enfoque diferente, original, desmarcándose de las noticias anodinas, porque para el periodista gallego «si no rascas, si no cavas, es imposible que encuentres la pepita», ese pequeño detalle que consiga que esa historia no sea otra más, que introduzca al lector en la escena. No se contenta con cumplir con lo que se espera de un periodista, quiere recrear el clima, la atmósfera, como «un fotograma de cine» que permita al lector vivir ese momento como si estuviera presente.

Porque Jabois es observador. Admite que detenerse en los detalles es su «principal capital». Ahora, tras su mudanza a la opinión como columnista parlamentario de El Mundo, intenta trasladar al ámbito de las ideas «esa mirada hacia las cosas físicas». Le gusta usar la ironía, fiel a su «sentido del espectáculo», desdramatizando el oficio del columnista y dándole un toque de humor a un espacio, como el periódico, serio de por sí. Señala que las grandes virtudes del periodista deben ser la coherencia y la honestidad intelectual con uno mismo, de lo contrario, si se escribe por y para el público se «generan inseguridades». No hay que dejarse llevar por «cantos de sirena», aconseja.

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Manuel Jabois, con los alumnos del Máster ABC-UCM / Foto: Julio Tovar

Manuel Jabois usa una metáfora para explicar cómo estructura sus columnas. Imagina que el inicio y el final del texto son palos de alto voltaje, conectados entre sí por un cable que tiene que mantenerse a la misma altura, soportando la misma tensión, manteniendo la atención del lector de principio a fin. «Te impones a ti mismo que la atracción del lector sea constante», sostiene el gallego.

Pasión por el fútbol

Mientras, como un niño, recrea con un trozo de papel una pequeña pelota blanca, que pasa de mano en mano como si fuese un balón de fútbol, otra de sus pasiones. Al igual que el Real Madrid, conjunto sobre el que ha escrito en su libro Grupo Salvaje (Libros del KO) y para el que compuso la letra del himno «¡Hala Madrid y nada más!». Porque para al gallego el fútbol y la infancia están unidos.

Este mismo periodo le sirve para explicar cómo afronta su labor de periodista: cuando jugaba al Pro Evolution Soccer, Jabois competía contra los mejores equipos. Siempre perdía, pero no importaba la paliza. Lo que le motivaba era mirar hacia arriba. Y, ahora, como si fuese un partido, mide sus artículos con los textos de los que para él son los más grandes escritores. Nunca está conforme y, humildemente reconoce, que solo salvaría «dos o tres columnas al mes».

«Tengo muchas ideas», comenta el periodista gallego. Ideas que trata de escribir tan rápido como piensa. Apenas sin tiempo, Jabois se despide apresurado. Así llegó al oficio, por casualidad, y después de dieciséis años sobre el papel, admite: «si no me dedico a esto ahora, no me dedico a nada».

Un comentario en «Manuel Jabois, una mirada diferente»

  • Buen artículo, muy bien escrito y que ayuda a entender la personalidad periodística de Jabois. Solo una corrección: el verbo «cabar» me parece que no existe. Tercer párrafo.

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