ARCOmadrid 2015

Formato Cómodo: juventud, tesón y riesgo a través del arte

Dos hermanas y una misma ilusión, el arte. Mayte y Pilar Castellano, extremeñas de nacimiento fundaron en Madrid la galería Formato Cómodo en 2007. Desde pequeñas estuvieron rodeadas por talentosos artistas, amigos de su abuelo, su gran inspiración. Crecieron así entre versos de poetas y cuadros de pintores, pero sobre todo aprendiendo a apreciar la madera con la que su abuelo, aficionado también a la fotografía, labraba muebles en su fábrica.

Ahí empezó todo, aunque ellas todavía no lo sabían. «Trabajar la madera está muy relacionado con el arte», cuenta Mayte. Con el paso del tiempo, esas inquietudes que las fascinaban desde niñas se materializaron en una galería.

Siguiendo la tendencia de su pueblo, al norte de Cáceres, ambas se fueron a estudiar a Salamanca. Allí, Mayte estudió Derecho. Pilar, Geología y, más tarde, Arte Dramático. La menor de las gemelas encaminó sus pasos hacia lo que sería su futuro. Primero afinó el gusto dedicándose a la decoración en el mundo del cine, y siguió cultivándolo a partir de 2007 en su galería, Formato Cómodo, guiando a partir de ese momento los pasos de su hermana para sacar adelante su proyecto artístico.

Las hermanas Pilar y Mayte Castellano, de la galeria Formato Comodo. Foto: ABC
Las hermanas Pilar y Mayte Castellano, de la galería Formato Cómodo. Foto: ABC

En la calle Lope de Vega, las gemelas construyeron su refugio. Tres salas de 80 metros cuadrados por donde han pasado todo tipo de artistas, que disponen a su antojo del espacio para mostrar sus obras. Una decoración en apariencia descuidada pero que esconde un laborioso trabajo. «Está todo en bruto, aunque las paredes están lijadas a mano y hechas como un estuco», comenta Mayte, mientras recorre con su mirada la estancia, la cuarta sala y la única donde los artistas a los que acogen no gozan de libertad, su despacho. Ya han pasado muchos años desde que las dos hermanas asistieran a las reuniones de artistas con su abuelo, pero todavía se percibe su influencia. Vigas de madera sostienen las paredes de su espacio de trabajo y les recuerdan de dónde procede la pasión del arte al que ahora dedican su tiempo.

A veces la inspiración se encuentra donde menos se espera. El nombre de la galería surgió de una conversación entre amigos. «Pilar estaba cenando con gente del mundo del arte y le dijo a uno de ellos: “Tú haces un formato muy grande, deberías hacer uno más cómodo”, ahí empezó todo», explica Mayte.

Apuesta por el arte joven

Poco a poco, como si de un experimento se tratara, las hermanas fueron aprendiendo, siempre escuchando el consejo del que tiene a bien otorgarlo. «Es muy importante oír lo que otros tienen que decir», aclara la mayor de las gemelas. Promueven el arte con obras interesantes y creadores jóvenes y trabajadores, «aunque a final de temporada, en junio y julio, también hacemos exposiciones de artistas consolidados como Javier Campano, al que le han dado ahora un premio», comenta. Se refiere al Premio Internacional en Fotografía que la Comunidad de Madrid le otorgó a principios de diciembre de este año.

A pesar de que la vida del galerista a veces permite un respiro, un momento de tranquilidad, ahora se encuentra en pleno ajetreo. Las hermanas Castellano, recién llegadas a la capital española de una feria en Miami, ya otean su próximo horizonte, ARCOmadrid. Mayte cuenta con los dedos y se ríe, sorprendida: «Anda, ya es nuestra sexta edición, ¡qué rápido pasa el tiempo!».

Este año exhibirán las obras de cuatro de sus habituales artistas. La mexicana afincada en Madrid Hisae Ikeanaga, dos artistas que ostentan el premio Generaciones 2013, el alcalaíno Guillermo Mora y la madrileña Teresa Solar Abboud y alguna pieza del fallecido Nacho Criado.

«Siempre que viene la cartera y ve que la exposición es nueva nos dice: “¡Ésta no me la habéis explicado!”»

Repiten con ellos porque para las hermanas extremeñas la continuidad de los artistas es un factor muy importante, como también lo es la confianza. «Cada año traen una obra nueva, diferente. Son ellos pero al mismo tiempo no lo son. Sabemos cómo trabajan, por eso seguimos confiando en su talento», confiesa Mayte. En la feria que se celebrará en Ifema entre el 25 de febrero y el 1 de marzo, la galería Formato Cómodo tendrá de cerca de 40 metros. «En ARCO dispones del espacio que puedes o quieres pagar, a nosotros nos gustaría uno más grande pero las medidas van en proporción del número de artistas que se lleven, no de sus obras, así que como llevamos cuatro…», cuenta la extremeña.

Desde 2010, cuando participaron por primera vez, las hermanas acumulan gran cantidad de éxitos en la feria de arte contemporáneo que se celebra en Madrid. Empezaron con ganas e ilusión, y sin «pagar mucho porque entramos con tres artistas, tres mujeres: Paula Rubio Infante, Ingrid y Hisae. Era un estand pequeño pero conseguimos vender de todas, fue muy emocionante. Y así ha seguido todos los años», recuerda la galerista.

Precios moderados

«Trampa», del artista Guillermo Mora
«Trampa», del artista Guillermo Mora

Los precios a los que colocan las obras de sus artistas son relativamente asequibles, «no se puede poner a un artista de treinta y pico años un precio muy alto. Estos suelen ir a la par de la carrera del artista», confiesa Mayte.

El perfil de sus clientes, en cambio, es más variado. Gente de todas las edades, de diferentes regiones y países. En la feria de arte conocen cada a año emblemas de la cultura, gente que no suele asistir a las exposiciones de su galería en el centro de la capital.

Así, la feria de arte contemporáneo de Madrid se convierte en una oportunidad única para conocer personas que impulsen el arte que acoge la galería Formato Cómodo, y de este modo dinamizar las obras de los artistas a los que representan. «Nos encanta ARCO», revela la gemela.

En cambio, en el número 5 de la angosta calle Lope de Vega, donde a punto de pasar desapercibida se hacina la galería Formato Cómodo, se cuelan de vez en cuando algunos curiosos, ávidos de entender el arte en el que, al contrario que los habituales asistentes de ARCO, no suelen ser duchos.

La curiosidad del visitante

A veces son vecinos del amarillo edificio, sin embargo la más asidua es la cartera. «Siempre que viene a entregarnos algo y ve que la exposición es nueva nos dice: “¡Ésta no me la habéis explicado!”», cuenta Mayte. Muestra tal interés por las obras que acogen las dos hermanas que, agradecidas y con ilusión, le cuentan de qué va.

Las hermanas Castellano —a las que sus amigos llaman «las mellizas» pese a que en realidad son gemelas— nunca habían contemplado la posibilidad de ser galeristas y se adentraron de golpe en un mundo casi desconocido, el del arte, por casualidad. Aunque la genética jugó un importante papel en su decisión. Pilar, la pequeña de las Castellano, «la que más habla», como la define su hermana, tomó las riendas y allanó el camino emprendiendo este viaje, y Mayte la siguió. «Así es más fácil, entre dos, nos dividimos el trabajo y no supone tanto esfuerzo», asegura la mayor.

Empezó como un experimento pero se ha convertido con los años en un proyecto consolidado y de éxito. Un espacio en el que creen en jóvenes artistas, los apoyan y dinamizan sus obras. Dos hermanas gemelas y una misma ilusión, el arte. Fueron valientes al comienzo, apostando por artistas y obras desconocidas, arriesgando. «Y lo seguimos siendo», concluye Mayte Castellano.

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