Retiro

¿Qué pinta una pintora regentando una cafetería en Madrid?

Vivir creando. Dos palabras que resumen la vida y obra de Ana Cañas. Una polifacética artista que ha trabajado como ilustradora de cuentos, infógrafa de diferentes periódicos y diseñadora de interiores. Además, desde hace pocos meses, es también hostelera.

Esta conquense nacida en 1963 regenta desde el pasado noviembre su propio local, La Barandana. Un espacio que fusiona dos tipos de negocios: una tienda de ropa y una cafetería. El establecimiento debe su título a un juego de palabras entre el nombre de su propietaria, la palabra ‘bar’ y la calle donde se ubica, Sainz de Baranda.

Regentar un local es solo la última parte de una historia que empezó con su amor por la pintura. Acompañada de su ordenador y una taza de café, Ana Cañas cuenta que estuvo unida al arte desde que tiene memoria: «Me recuerdo siempre queriendo pintar o jugando a dibujar». Por eso, estudió Bellas Artes en la universidad. Pronto compaginó sus estudios con su trabajo como ilustradora de cuentos infantiles en editoriales como Anaya o Santillana. Desde el principio, el color y los paisajes se convirtieron en los protagonistas de sus primeras pinturas.

Durante su etapa universitaria empezó a ejercer como infógrafa en El País Semanal en los vetustos ordenadores Macintosh de los años ochenta. Después entraría a trabajar en Diario 16 y en su sucesor, El Mundo. «Realmente es un trabajo bonito pero era un poco desesperante crear para el día siguiente. Me sentía a veces como que había que rellenar un hueco. Daba igual la calidad», recuerda Ana.

Pese a sus diferentes trabajos, su pasión siempre ha sido pintar. Ana se sirve de la pintura para plasmar sus reflexiones acerca de los lenguajes de la comunicación y de la muerte. En sus obras, la artista ve el fin de la vida como un absurdo, «como la vida entre dos nadas». En una de sus obras, Time Over, descarga toda esa rabia por el sinsentido de morir. «Creo que es como ir al psicólogo conmigo misma», añade.

La artista crea en su estudio, ubicado en Malasaña. Algunos de sus trabajos ya han sido expuestos en la galería Begoña Malone de la calle Pelayo. Sus cuadros son a menudo fruto de la inspiración de elementos urbanos como el arte urbano de la calle.  Un ejemplo es su obra dedicada a las mujeres maltratadas, Muñecas. En ella, aparece «yo sin ti soy yo», una frase que alude a las mujeres que recuperan su personalidad al dejar a su pareja. Según Ana, una chica que compró el cuadro rompió a llorar al verlo.

Ana Cañas pintando Timer Over. Foto: Joshua Duffill

La Barandana

Ana comenzó su andadura en el mundo de la hostelería al trabajar en una cafetería, situada dentro de un gimnasio. Al cerrar el local decidió abrir el suyo propio, a medio camino entre una tienda de ropa y una cafetería. Su idea es de inspiración inglesa: «En Londres te encuentras una peluquería que es galería de arte y a la vez librería. En esta fusión la gente se sorprende muchísimo», afirma la pintora. Añade que le ha servido para salir un poco del estudio: «Yo tengo amigos artistas que solo se dedican al arte y alguno está un poquito “pa’llá”. Siempre tienes que tener un pie dentro y fuera».

La pintora ha diseñado su propio espacio a través de los diferentes elementos que encontraba por la calle para reciclarlos y adaptarlos a las necesidades del local. Un lugar que está vivo gracias a exposiciones de fotógrafos y que ha tenido gran aceptación en el barrio, acostumbrado, apunta Ana, a restaurantes más clásicos.

Respecto a la ropa, la Barandana  pone a la venta moda para jóvenes, entre ellas la marca de skaters, Rustik Soul. Además, la artista se ha animado a crear su propia línea oficial de prendas de la tienda, que apuesta por vestimentas cómodas y fáciles de llevar. Busca ahora incorporar una terraza al local y ha decidido «customizar» sus propias sillas, las cuales pinta en una nave de Tres Cantos.

Ana llevaba un tiempo triste por no poder pintar mientras trabajaba hasta que la experiencia de regentar un negocio le ha hecho ver las cosas de forma diferente. «He llegado a la conclusión de que pintar, no es solo pintar en un lienzo, es vivir creando y haciendo cosas».

Un comentario en «¿Qué pinta una pintora regentando una cafetería en Madrid?»

  • Que el arte sea siempre bien venida, donde quiera que sea.
    Felicidades Ana.

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