Centro

La pieza más importante del Belén

El mercadillo navideño preside la Plaza Mayor. Foto: Isabel Permuy
El mercadillo navideño preside la Plaza Mayor. Foto: Isabel Permuy

Abetos llenos de lazos, gorros de Papá Noel, todo tipo de figuras del Niño Jesús y un sinfín de estrellas de Oriente iluminadas que avisan de la llegada de la Navidad. Las calles de Madrid se llenan de gente que respira el ambiente típico de estas fiestas. La Plaza Mayor es uno de los lugares donde más se viven estas sensaciones gracias a la llegada del mercadillo navideño.

Hay 104 puestos en el mercadillo de la Plaza Mayor. Ana y Mar Cañada son las encargadas de uno de ellos. Estas hermanas, que llevan alrededor de cuarenta años al frente del puesto, son la cuarta generación de una familia que se ha dedicado a la Navidad. Con el abrigo puesto, se preparan cada mañana para trasladar el espíritu de estas fiestas a todos sus clientes, mientras ellas mismas disfrutan de lo que hacen.

Su bisabuela fundó el «negocio» en 1947, cuando el mercadillo todavía se situaba en la plaza de Santa Cruz. Antiguamente se alargaba hasta después de Reyes, «pero ya hace unos años que solo dura hasta el 31 de diciembre», cuenta Ana Cañada.

No se puede vivir todo el año de los frutos de un mes, por lo que estas hermanas  tienen otros trabajos y hacen coincidir las vacaciones que les corresponden con este mes para poder dedicarse plenamente al mercadillo. «Entre la familia, nos vamos ayudando como podemos», afirma Ana mientras se asegura de que todos los productos expuestos estén bien colocados. Con mucha cautela, coge una de las cuatro campanas con dibujos de Papá Noel que ocupan la primera fila de los productos y la sitúa a la misma altura que las demás.

Ana Cañada colocando las figuras. Foto: E.C
Ana Cañada colocando las figuras. Foto: E.C

Sin embargo, el utilizar sus vacaciones para encargarse del mercadillo no les impide viajar, aunque sea por trabajo. Cuando pueden escaparse unos días, se van a lugares como Alemania, de donde traen productos navideños que no están tan comercializados en España, como grandes bolas de nieve musicales. Sus clientes las quieren y ellas lo saben, así que no dudan en buscarlas y ponerlas a su disposición.

También las guirnaldas de luces navideñas son uno de los productos más demandados, y en este puesto se pueden encontrar de todas las formas y colores. Colgadas del techo, iluminan las figuras que representan el nacimiento de Jesús. Los árboles de Navidad, en cambio, tienen un resplandor propio, ya que hay abetos con luces incorporadas, algo que también suelen reclamar sus clientes.

Ana afirma que, del mismo modo que el suyo, muchos de los puestos también siguen una tradición familiar, pues han pasado de padres a hijos. Aunque todos venden productos similares, la competencia es sana. Ana cuenta que todos los comerciantes de la plaza se apoyan entre ellos y se intentan ayudar siempre que es posible. Con esto, se incluye a los hosteleros: «Esto atrae a mucha gente, por lo que los restaurantes están encantados porque consiguen muchos beneficios».

El recuerdo de lo artesanal

Antiguamente, explica Ana, vendían productos artesanos. Recuerda cómo cuando eran pequeños iba con toda la familia al campo a llenar sacos de piñas y dedicaban todo el verano a escarcharlas para venderlas después. Cuando su abuela era la encargada del puesto, también se dedicaba a crear centros de mesa navideños para sus clientes, pero ahora todo esto es más complicado, y ya no cuentan con nada artesanal entre sus productos.

Aunque cada vez sea más difícil continuar con estas costumbres, este puesto va bien encaminado. Mientras una joven sobrina de estas hermanas ya se dedica a él, Ana afirma que a su hija mayor también le gusta estar en el mercadillo, por lo que en el futuro puede que siga su ejemplo. Pero no solo es tradición familiar lo que une a estas personas a la Navidad, la pasión por estas fiestas es un ingrediente esencial para vivirlas desde dentro: en la Plaza Mayor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *