Poesía

Poesía Ilustrada de la mano de Paula Bonet

Paredes ilustradas con poesía / Foto: Paula Bonet
Paredes ilustradas con poesía / Foto: Paula Bonet

La unión entre poesía y pintura no es nueva. «Ut pictura poesis» decía Horacio en la Epístola a los Pisones o, lo que es lo mismo, «como la pintura, así es la poesía». Entre todas las artes, estas dos pueden ser independientes, pero cuando se juntan solo ellas son capaces de compaginarse tan bien. Paula Bonet, pintora y dibujante española, conoce a la perfección los lazos que unen a la imagen y a la palabra, pues su trabajo podría considerarse «Poesía Ilustrada».

¿A qué nos referimos? Según la ilustradora, el campo visual es en el que mejor se siente, pero la palabra es lo que más le atrae. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, Paula Bonet fue en primer lugar profesora de castellano. «Fue algo circunstancial y temporal. Estudié Bellas Artes y me especialicé en pintura y en retórica visual. Mi interés por el dibujo siempre ha estado ahí», comenta la ilustradora. La mayoría de sus dibujos llevan contenido poético y con ellos intenta adentrarse en las emociones humanas.

Haciendo memoria sobre sus primeros trabajos, Paula recuerda las primeras frases que incluyó en sus ilustraciones. «Fueron los aforismos del poeta Carlos Marzal, en una exposición titulada «Morderse la Lengua»». También los poemas de la cantante Carolina Otero. «Allá por el 2009, nos encontramos y vimos que sus textos y mis imágenes encajaban perfectamente». Ilustradora y cantante hicieron una intervención en los lavabos de UBIK, una librería-cafetería del Barrio de Ruzafa, en Valencia. «La titulamos «La noche hasta el cuello» y nos propusimos partir de la idea de que los lavabos eran el lugar público más privado que podía existir, por todo lo que acaba haciéndose en ellos», rememora. En esa intervención, los versos de Carolina Otero revisaban las burradas que se ven escritas en los baños, pero de una forma muy poética, con alta carga de ironía. Paula, mientras tanto, ilustraba esas palabras con su arte visual.

Otro de sus trabajos tuvo que ver con las canciones de Mazoni. Las ilustró para un programa cultural llamado «El bestiari il-lustrat». «Fue un proyecto interesante. Dibujé sus letras y el líder del grupo, Jaume Pla, tuvo que adivinar de dónde salía cada dibujo. Una vez lo hacía, yo acababa la obra escribiendo las palabras con tinta china junto a las imágenes». Sin olvidar los poemas de María Leach, con la que asegura tener una inspiración mutua y que crece con los años. «Nuestra primera exposición se tituló «Pauline on the Leach» y la segunda, mucho más grave, estaba hecha de palabras, óleos y aguafuertes, hablaba de un duelo y de la muerte a destiempo». Además ilustró un poemario llamado «Si uneixes tots els punts» de su amiga Estel Solé, y poemas de Luci Romero. «También participé en un proyecto que se llevó a cabo en París, en la Shakespeare & Company. Ilustraba en directo las canciones de los grupos que tocaban en aquella mítica librería una tarde de septiembre. Eran Baden Baden, You&You, Thos Henley y Moriarty», comenta la artista.

[imagebrowser id=119]

Pero Paula Bonet también escribe. Ha publicado dos libros, «Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End» y «813»,  en los que se ha atrevido con el texto y lleva un año preparando su tercer proyecto editorial. Nos cuenta que verá la luz a finales de 2016 de la mano de Lunwerg Editores y que, en esta ocasión, habrá un hilo narrativo y se alejará del dibujo para que los aguafuertes y las pinturas ilustren la historia. Está planeando un viaje al «Taller 99» de Santiago de Chile para encerrarse y dedicarse de lleno al trabajo calcográfico de su nuevo libro. «En mis libros siempre intento que texto e imagen vayan de la mano. Mi objetivo es encontrar el verdadero equilibrio y que no sea la imagen la responsable final de cualquiera de mis trabajos». Su primer contacto con el mundo editorial fue de la mano de la editorial valenciana «Andana». Se trató de un libro infantil llamado «Léeme» y cuenta que aunque no disponían de mucho presupuesto y para producirlo casi tuvieron que hacer un «Verkami» –una de las principales plataformas de crowdfunding en España, que se encarga de financiar proyectos de artistas, creadores y diseñadores–, fue bonito.

Hablamos con Tacha Romero Hierro, de la Fundación Centro de Poesía José Hierro en Madrid, que asegura que la poesía se puede aprender. Este centro, ubicado en Getafe, imparte cursos de poesía para todos los públicos y está muy relacionado con la pintura. «Mi abuelo, José Hierro, dedicaba los libros con colores, utilizando orujo o café. Para él la poesía era el centro de las artes y la aglutinadora de todo», cuenta Tacha. Hay talleres anuales, seminarios y cursos para niños y aunque algunos de ellos están más enfocados a la escritura, también prestan mucha atención a las artes plásticas, a la música y al cine, sorprendiendo así a sus alumnos. Para Tacha: «Surge una imagen y tienes necesidad de traducirla, y con el texto pasa igual. El poder de la imagen es tremendo».

¿El artista se hace o se nace? «Pienso que todos nos hacemos a nosotros mismos. Uno puede nacer con aptitudes para el dibujo o para la escritura pero no desarrollarlas por muchos motivos. Uno puede dibujar excepcionalmente pero no saber comunicar. Uno puede no ser un virtuoso del dibujo pero transmitir como nadie. Lo más importante es que haya una intención y, sobre todo, una historia o la necesidad de explicarla», cuenta Paula. «Mi objetivo es comunicar, y hay veces que para ello necesito que haya texto junto a la imagen. No sé si una imagen vale más que mil palabras. Lo único que sé es lo que me vale a mí, y lo que me vale a mí es bastante mutante…hay veces que necesito solo la palabra, otras en las que una imagen es suficiente. Y otras en las que la fusión de ambas me parece necesaria. Pero no hay ninguna regla». Paula Bonet.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *