Casa de Campo

Ciclistas con varios grados de más

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A las tres de la madrugada del sábado, Madrid es un hervidero de personas en busca de alguna sala que disponga de buena música, un ambiente festivo y un variado surtido de cócteles y cervezas. La almendra central alberga decenas de este tipo de locales. En la calle Atocha, un grupo de jóvenes abandona la discoteca, a punto de marcharse a casa. Uno de ellos, en palpable estado de embriaguez, se fija en un puesto de BiciMAD cercano. No lo duda. El chico, que intenta mantener lo más dignamente que puede el equilibrio, comienza a enfilar el arduo camino hasta la hilera de bicicletas, dispuesto a regresar a su hogar a pedaladas.

El uso de la bicicleta tras una noche de borrachera se ha incrementado notablemente en la capital española desde 2014, año en el que se inauguró el servicio público de BiciMAD. Los datos son reveladores. Según la Policía Municipal, el número de multas por este tipo de falta se ha incrementado casi un 2.000% en el último bienio, con 137 casos registrados en 2015. Casi tres de cada diez ciclistas que pasan por los controles de alcoholemia son «cazados» por las autoridades.

Fuente: Policía Municipal de Madrid
Controles de alcoholemia a ciclistas en Madrid. Fuente: Policía Municipal de Madrid

Según Iván Villarrubia, uno de los creadores del portal web EnBiciPorMadrid.es, el principal problema es que los ciclistas «piensan que no están sujetos al mismo control que los vehículos de motor». Para él, las multas son el último eslabón de una cadena de errores: «Lo importante es que la gente sepa lo que pasa; el problema es que lo sepan y lo sigan haciendo».

Para Villarrubia, existen varias razones por las que la gente usa BiciMAD en estado de embriaguez: «La primera de ellas es que el transporte público a esas horas es insuficiente», afirma. También es preocupante la «relajación de los usuarios» ante las normas de circulación cuando van en bicicleta, algo que representa «una falta de información previa». Pese a todo, señala que, si una persona elige este transporte estando borracha en vez del coche o la moto, «paradójicamente disminuye el riesgo de sufrir un accidente grave».

La DGT recuerda que la cantidad de alcohol en sangre permitida para la conducción de bicicletas es exactamente la misma que la de los coches y las motos: 0,5 gramos por litro. Poco más de una cerveza. De la misma forma, la normativa municipal prohíbe a los ciclistas circular por la acera dentro de Madrid. Su lugar son los carriles bici o, en su defecto, la carretera. El incumplimiento de las normas de tráfico puede acarrear multas de más de 500 euros.

Vandalismo y fallos técnicos

Pese a todo, no son los conductores ebrios el único problema para la red de bicicletas públicas madrileña. Desde su puesta en marcha, el vandalismo y las incidencias técnicas han hecho mella en BiciMAD, que se ha visto obligada a plantear su cierre definitivo ante la falta de soluciones. Un estudio realizado el pasado octubre por BiciBAD, una organización que informa de los desperfectos del servicio a través de Twitter, reveló que solo el 39% de las bicicletas (662) estaban en condiciones de usarse, frente a las 1.015 que estaban estropeadas.

Otro de los grandes contratiempos es que, en muchas ocasiones, las bicicletas no llegan a su destino. Decenas de vecinos se han quejado al ayuntamiento por la gran cantidad de velocípedos que han encontrada tirados por la calle o los parques. La Policía tiene que retirar un centenar de ellas cada día, una tarea que dificulta su labor y acerca de la cual ya han expresado su malestar.

De hecho, la Coalición Sindical Independiente de Trabajadores-Unión Profesional (CSITUP) ya exigió soluciones el pasado verano al Director de la Policía Municipal de Madrid, Andrés Serrano, por los problemas generados por la red. En una carta abierta dirigida al máximo responsable del cuerpo, los agentes expresaron su malestar por tener que movilizar las patrullas «durante horas» solo para custodiar las bicicletas que los usuarios dejaban tiradas por la ciudad.

 Crecen los accidentes

La capital española ha sido testigo, en los últimos dos años, de la proliferación descontrolada de accidentes  relacionados con el uso de bicicletas. Según la directora general de Sostenibilidad y Control Ambiental, Paz Valiente, hasta el pasado marzo se registraron un total de 255. Más de la mitad de los ciclistas afectados necesitaron asistencia sanitaria.

Este hecho coincide con el incremento del uso del velocípedo como medio de transporte. Un informe elaborado por EnBiciPorMadrid.es revela que cada día se producen en Madrid alrededor de 110.000 desplazamientos sobre las dos ruedas, un 25% más que en 2008. Por cada 1.000 de estos trayectos se produce una media de tres accidentes.

Los errores en el servicio de BiciMAD y la irresponsabilidad de algunos conductores suponen un hándicap para la actividad ciclista en Madrid. Un hecho que la sitúa a la cola del Índice de Copenhague, que muestra los mejores lugares para el transporte en bicicleta, muy por debajo de otras ciudades europeas como Estrasburgo y Eindhoven.

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