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El edificio de Plaza España, abierto a sugerencias

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Edificio Plaza España                                                                                                                             Óscar del Pozo

 

La Junta de Gobierno ha aprobado esta mañana un estudio sobre una posible reforma del emblemático Edificio de España. En él se establece una pequeña modificación para que se ajuste a la Ficha de Condiciones Urbanísticas manteniendo las fachadas originales, según informa Miguel Ángel Juncos, uno de los responsables de prensa del Ayuntamiento. «Desde hoy hasta el 18 de mayo, los ciudadanos podrán leer con detenimiento el Estudio del Edificio de Plaza España y expresar su opinión, alegaciones o sugerencias» comenta.

Desde hace casi un año, el Edificio de Plaza España es noticia. El 14 de julio de 2015, el magnate chino Dalian Wanda, compañía que dirige Wang Jianlin, considerado el hombre más rico de Asia y dueño de una de las grandes fortunas mundiales, compró el edificio por 389 millones de euros a Metrovacesa para convertirlo en un hotel de lujo. Sin embargo, una de las cláusulas de su plan urbanístico exigía la sustitución de la fachada por motivos de seguridad. El Ayuntamiento, después de muchas quejas por parte de los madrileños, decidió no seguir adelante con el  plan de remodelación del grupo Wanda, alegando que la fachada del edificio era un Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid.  El proyecto se paralizó hasta el punto que surgieron rumores de que Wanda se había planteado vender el histórico edificio, algo que el propio grupo desmintió. El acuerdo firmado esta mañana forma parte del compromiso inicial entre grupo chino y el ayuntamiento.

Como su nombre indica, este edificio se ubica en la Plaza de España, en pleno centro de la ciudad. Sin duda, es uno de los lugares de referencia de la capital. Visita obligada por muchos de los turistas que, en un reducido número de días, intentan verlo todo.

Quizás hoy en día sea eso lo único que se puede ver en Plaza España, «la historia». Ha dejado de ser uno de los puntos de referencia de los madrileños, un lugar transitado a diario por cientos de personas que acudían a trabajar, a disfrutar de un paseo por el amplio parque que centra la plaza, a entrar en los numerosos centros comerciales o a tomarse la típica caña madrileña en alguno de los pubs próximos a la plaza. La Plaza de España hoy ha rebajado de manera notable la calidad de vida que le corresponde.

Fueron los hermanos Joaquín y Julián Otomendi los encargados de, bajo la financiación de la Compañía Inmobiliaria Metropolitana, elevar hasta el cielo el edificio, que se convirtió en el más alto de la ciudad, de España y hasta de Europa, convirtiéndose así en el edificio dominante, visto desde todas las esquinas de Madrid. Su objetivo, un lugar donde las personas pudiesen realizar todas las actividades necesarias sin salir a la calle, es crear un centro comercial de la época.

«Ahora la gente ya no se acuerda, pero en sus primeros años todo el mundo lo conocía como “el Taco” porque si te ponías a sus pies y mirabas hacia arriba siempre soltabas un taco entre asombro y dolor de cuello» recuerda riendo Alfonso, un vecino del Edificio España que ronda la tercera edad.

El edificio cuenta con veintiséis pisos, treinta y dos ascensores, cuatro mil puertas y tres mil ventanas. Un edificio de tal envergadura y belleza, debería mostrar tras su puerta principal un espacio de lujo y elegancia, comercial o privado, pero con cierto renombre en la capital. Sin embargo, esto no es así; desde 2005 el edificio permanece vacío y cerrado a la espera de que comiencen las obras que lo transformen en un hotel de lujo.

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