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Madrid a través de sus tascas castizas

Lorena López/Esther Blanco

 

Mesón del Champiñón

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En los años 60, cuando Manuel Fraga Iribarne era ministro de Información y Turismo, en España surgió un deseo por reconocer y proteger el patrimonio; así, se reconvirtieron los bajos de la Plaza Mayor: unos antiguos almacenes que en aquel momento estaban muy deteriorados, en mesones destinados al disfrute de vecinos y foráneos.

Foto: TripAdvisorEl Mesón del Champiñón fue abierto en 1966 por Justo Nieto. Natural de Ayllón, se trasladó a Madrid en los años 60 y con 16 años comenzó a trabajar como camarero en un bar de la colonia Tercio Terol. Junto con sus hermanos montó la cafetería «Los cuatro hermanos» en la zona de Carabanchel. Su segunda apuesta sería El Mesón del Champiñón. Posteriormente abriría otros establecimientos: Salones Hiroshima, El Rincón de la Cava, también en zona de la Plaza Mayor, La Finca de los Jarales y el restaurante La Entrada en Torrelodones. Actualmente el propietario del negocio es Angel Nieto Antón.

Un lugar encantador y algo kitsch con sus champiñones gigantes pegados a la bóveda de la cueva y un hombre poniendo banda sonora a comidas y charlas con «clásicos contemporáneos» al piano electrónico. Los champiñones, elaborados con ajo, perejil, chorizo y rociados con un chorrito de limón, vienen con dos palillos para que te los puedas llevar a la boca sin verter el contenido. Las croquetas también eran muy ricas. Los precios son muy adecuados en una zona en que esperarías un sablazo porque los establecimientos suelen estar pensados para guiris incautos. Sólo se echa de menos un grifo de cerveza, quizás porque sea más típico pedir sangría o una jarra de vino.

Horarios: L-V: 18.00-1.30h / S: 12.00-16.00h, 18.00-2.30h / D: 12.00-16.00h, 18.00-1.30h

Dirección: Calle de la Cava de San Miguel, 17, 28005 Madrid

Mesón de la tortilla

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La leyenda cuenta que fue el general Tomás de Zumalacárregui quien inventó la tortilla de patatas como plato para sobrellevar las penurias del ejército carlista. Aunque se desconoce si es cierto, parece ser que la tortilla se difundió durante las primeras Guerras Carlistas. Otra versión nos lleva hasta una ama de casa navarra en cuyo hogar paró Zumalacárregui. En la casa lo único que había eran huevos, cebolla y patatas. Por lo que la señora acabó haciendo un revuelto con todo ello, que gustó mucho al general y popularizó entre sus tropas.

¿tortilla2Quién no se ha preguntado alguna vez dónde ir a comer un plato tan típico como es la tortilla de patata? Pues este mesón es una de las opciones más habituales para aquellos que quieran conocer de primera mano qué es la tortilla de patata. Encontramos al mesón en la que era la muralla defensiva que guardaba los dominios de la Plaza Mayor y aledaños. Largo y estrecho, construido bajo piedra, aprovecha hasta el último hueco. El Mesón de la Tortilla es un pequeño restaurante especializado en, como su propio nombre indica, tortilla española en sus diferentes variedades y la cocina típica española. Un lugar de obligado, pero hay que tener en cuenta el precio.

Dirección: Calle de la Cava de San Miguel, 15

Riazor

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Para disfrutar de cocina gallega no hace falta salir de Madrid. Al lado de la Plaza Mayor puede degustar los mejores platos de una de las gastronomías más típicas de la geografía española: pulpo a la gallega, lacón con grelos, raso con patatas… El precio medio de Riazor ronda los 25€, aunque por ese precio tiene una oferta más llamativa: una cena amenizada con un espectáculo. Diferentes artistas pasan cada fin de semana por el salón, situado en la parte superior del local, para amenizar a aquellos que vienen a comer.

riazorPara los bolsillos más ajustados, podrán disfrutar de un menú del día –con dos platos, postre y bebida– por 10€. Incluso si lo que quiere es tomarse solo una cerveza, la oferta es inmejorable: dos cañas y un plato a elegir por 5€.

Dirección: Calle de Toledo, 19

Horario: 7.00–24.00h

Casa Revuelta

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Casa Revuelta es de esos lugares que ya no quedan en esta ciudad: pequeños, antiguos, con sabor y gusto al Madrid de chotis. Fue fundada en 1966 por Santiago Revuelta, que llegó a Madrid en la década de 1930 e inauguró una pequeña taberna en donde solo se puede disfrutar de la tapa de pie –porque no hay taburetes–, y si tienes suerte en una pequeña mesa con bancos. Un lugar de paso que se ha convertido en un clásico que se esconde en una calle peatonal del centro. Un bar familiar que, hoy en día, regentan los nietos del señor Santiago (como todos conocen a su fundador).

Durante años, Sole dirigía desde la cocina las raciones de bacalao que se cocinan diariamente y cuya receta se desconoce; ahora lo hace su sobrino José. ¿El secreto de la receta? Solo lo saben aquellos que cocinan. Ni siquiera, a pesar de los años, la mujer o los hijos de Jose conocen cuál es el ingrediente secreto que hacen del rebozado de una de las tapas que más se saborean en Madrid. Aquí la clientela nunca deja de crecer.

Un negocio con antigüedad que hoy, después de 50 años mantiene su espíritu como si fuese el primer día. De Revuelta se dice que tiene el mejor bacalao de la ciudad, mejor que la reputada Casa Labra. «Labra tiene la fama, Revuelta el sabor» dicen los que son asiduos del lugar. Esta pequeña tasca es uno de los rincones más desconocidos de la capital. A ella acuden clientes de toda la vida y otros que, atraídos por la gente en su puerta, deciden asomarse a este local que parece de otro tiempo; incluso sus camareros podrían haber salido de los años 60. Bacalao y una Mahou fresquita son la especialidad de la casa; pero los callos, empanadillas y torreznos tampoco faltan.
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Dirección: Calle de Latoneros, 3

Horario: M-S: 10.30-16.00, 19.00-23.00h / D: 10.30-16.00h / Lunes: cerrado

Bodega Ricla

De esta bodega lo primero que llama la atención es la cantidad de botellas que adornan las paredes; cuatro barriles de Moscatel, y una caja registradora antigua. Como muchos de los negocios que se sitúan alrededor de la Plaza Mayor, Ricla es una tasca familiar que en la actualidad regentan los hijos del que un día fue trabajador en el bar. Embutidos de león y vinos son parte del atractivo de este local que frecuentan madrileños de toda la vida, algún que otro «guiri» y jóvenes rozando la treintena que eligen «el Ricla» para empezar sus rondas.

Si tienes suerte puedes llegar a uno de los taburetes que se esconden debajo de sus barras de madera, si no observar las paredes mientras se toma una caña de pie es otra opción: colgadas en sus muros varias fotografías muestran cómo era Madrid hace décadas. Otro detalle se esconde tras la barra: Chimay, un bulldog francés, observa el ir y venir de quien al Ricla se asoma. Incluso, a veces sale a saludar si la hora del cierre se acerca.

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Dirección: Calle Cuchilleros, 6

Horario: L, X y J: 13.00-16.00, 19.00-24.00h / V y S: 13.00-16.00, 19.00-1.00h / D: 13.00-17.00h / Martes: cerrado

Bodegas La Ardosa

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Entre Malasaña y Chueca las puertas rojas de «la Ardosa» llaman la atención en el primer vistazo; también lo hacen el anuncio de una cerveza irlandesa en la puerta y la cartelería tradicional. Bodega de la Ardosa abrió sus puertas en 1892 cuando Rafael Fernández Bagena creó una cadena de bodegas para comercializar sus vinos.

Gregorio Monje, carnicero de profesión, adquirió el local 78 años después y lo convirtió en lo que todo Madrid conoce hoy en día: un lugar donde es más habitual pedir una pinta que una caña. La dedicación de la familia Monje, y su pasión por la cerveza, convirtió a este local en el punto de referencia para las cerveceras europeas (en especial de Inglaterra y Alemania); sin ir más lejos, la familia presume de ser la primera bodega española a la que la familia Václav Berka –los dueños de la cerveza checa Pilsner Urquell– le concede el reconocimiento de tener una cerveza tan perfecta como la que se elabora en su fábrica en Bohemia (República Checa).

Un espíritu que todavía hoy impera entre sus muros (por los que ha pasado incluso Frank Sinatra), puesto que uno de los hijos regenta el bar, acompañado eso sí, por los consejos de su madre.

Dirección: Calle de Colón, 13

Horario: L-V: 8.30-2.00h / S-D: 11.45-2.30h

El Anciano Rey de los Vinos

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Esta taberna centenaria ha visto cómo la capital ha crecido con el paso de los años. Situado frente a la Catedral de la Almudena, El Anciano Rey de los Vinos fue fundado en 1909 y desde entonces su puerta roja sobre la que se puede leer vermut de grifo acoge a chulapos, chulapas y, ahora, turistas.

Su dueño, al no tener descendencia, dejó el bar en manos de un empleado de toda la vida, Constancio Cortés. Tras jubilarse su hija, Belén, abandonó su profesión para dedicarse al negocio «familiar».

Reside en un edificio histórico, de los del siglo pasado, pero la Historia no solo se esconde en su edificio: del nombre del local desapareció la palabra «Rey» durante la II República, para años más tarde recuperar su nombre original. Cerró sus puertas con el inicio de la Guerra Civil cuando la calle de Bailén se convirtió en una de las vías de acceso militar, y en 1940 las volvió a abrir. Desde entonces, el día a día nunca ha cambiado y el ritmo en hora punta es frenético

Dirección: Calle de Bailén, 19

Horario: 9.00-24.00h / Martes: cerrado

Taberna Antonio Sánchez

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Entre nuevas culturas y locales modernos en el antiguo barrio de los Manolos
–como se conocía a Lavapiés– se encuentra este lugar también conocida como «La Taberna de los tres siglos».

Cuenta la leyenda que sus torrijas se hicieron tan conocidas que hasta el Rey Alfonso XIII, y su familia, las pedían todos los días para desayunar. Sus muros también han visto pasar a escritores como Pío Baroja, Cossío o Antonio Díaz-Cañabate. Este último encontró en «el Antonio», en 1944, la inspiración para escribir su obra Historia de una taberna.

En la década de los 70 este lugar castizo, tanto como el bario que según la leyenda fue la antigua judería de la ciudad, estuvo a punto de cerrar; pero el espíritu de algunos de sus habituales hicieron que hoy siga abierta. Además de su grifo antiguo, de los que la caña sale de lado y con espuma, a este bar le diferencia su alma torera. Su primer dueño fue el picador Colita, que la compró en 1870 para después vendérsela al matador Cara Ancha. Antonio Sánchez, un comerciante de vinos de Valdepeñas, la compró en 1884, y le dio su nombre actual. Su amigo , pintor, convirtió a la taberna en el lugar donde celebrar una de sus conocidas tertulias, además de una sala de exposiciones.

Dirección: Calle del Mesón de Paredes, 13

Horario: L-S: 12.00-16.00h, 20.00-24.00h / D: 12.00-16.30h

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