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Los vecinos de Bravo Murillo 297, hartos de vivir en la «Plaza Sin Ley»

Situación diaria a la que se enfrentan los vecinos de Bravo Murillo 279. Foto: BM279
Situación a la que se enfrentan los vecinos de Bravo Murillo 279. Foto: BM297

Cada día, durante dos años, Jesús Santiago ayudaba a su mujer a levantarse y a subir a una silla de ruedas para ir a su centro de día. También cada día, durante dos años, el coche de la clínica no podía recogerla en su portal. Su marido tenía que desplazarla 100 metros hasta llegar al vehículo. La plaza donde se encuentra su edificio siempre está colapsada. Es el resultado de un espacio que ha quedado fuera del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) del Ayuntamiento de Madrid.

«Es lamentable, pero no nos queda otra que aguantar hasta que nos hagan caso», dice Santiago. Camiones dando marcha atrás, furgonetas en doble fila, coches montados en las aceras y motos jugando al Tetris. Así es el día a día en el número 297 de Bravo Murillo. Sus vecinos la llaman «la Plaza Sin Ley»: un día murió un hombre y el coche fúnebre no pudo llegar a su puerta. Son 11 los bloques que agrupan 300 viviendas en las que se estima que viven en torno a 1000 personas. Y junto a ellos los comercios ubicados en los bajos llevan años protestando en busca de una solución.

Este problema se remonta a 1969. Aquel año las viviendas se construyeron encima de lo que era la antigua Plaza de Toros de Tetuán y se llegó al acuerdo con el Ayuntamiento de que la plaza fuese una «propiedad privada de uso público». Esto significa que cualquier persona de la ciudad puede aparcar en la zona, pero son los vecinos quienes deben cubrir el mantenimiento. Además, esta calificación también supone que cada vez que el «gorrilla» genera colas de hasta 15 coches que acuden a aparcar motivados por la ausencia de parquímetros, la Policía Municipal no puede echarle porque está dentro de una finca privada.

«La situación no sólo es un caos, sino que llega a ser peligrosa. Este fin de semana una grúa tuvo que salir dando marcha atrás sin visión», explica Alicia Asensio, vicepresidenta de la Comunidad de Propietarios. Éste es un ejemplo más por el que los propietarios de Bravo Murillo 297 urgen una ley que rija dentro del espacio. Según aclaran en su página web, ellos «están dispuestos a hablar y encontrar una solución viable y legal». De hecho, el pasado octubre la comunidad convocó una manifestación para darle visibilidad y pedirle al Consistorio que actúe.

«La comunicación con la Junta del Distrito de Tetuán es difícil. Tenemos la sensación de que no existe voluntad de solucionar un problema que afecta a muchas personas», lamenta la vicepresidenta. Eso sí, lo que más preocupa a la portavoz es la dificultad para entrar que tendrán los servicios de emergencia el día que lo necesiten.

En la memoria recogida por la comunidad se señalan los tres años y medio de reuniones con la Junta Municipal y con el responsable de Urbanismo, José Manuel Calvo. La primera notificación al Gobierno se hizo en 2014 y casi cuatro años después la realidad se sigue agravando, por ejemplo, en días en los que se activa el Protocolo Anticontaminación. En el ínterin se han discutido alternativas que no han llevado a ningún puerto.

Meses esperando una respuesta oficial

La primera solución oficial que presentó el Ayuntamiento fue que los vecinos, por voto unánime, le cedieran la propiedad. Se rechazó tras considerarse «inviable poner de acuerdo a un millar de propietarios». La segunda, consensuada tras una reunión con el Concejal de Urbanismo, consistía en configurar un carril de entrada y otro de salida, inhabilitar las plazas de aparcamiento y sólo mantener una zona de carga y descarga para los establecimientos de la zona. Según los vecinos, una opción mucho más razonable ya que facilitaría la entrada de vehículos de emergencia y evitaría el bloqueo actual. La licencia para comenzar las instalaciones de esta segunda alternativa se solicitó el pasado mayo. Pese a ello, el Gobierno Local replicó el mes pasado explicando que la única alternativa era la peatonalización del espacio.

«Respondimos y seguimos sus indicaciones para no tirar por tierra tres años de lucha, pero el Ayuntamiento todavía no ha concretado algunos aspectos importantes», dice Asensio. «No sabemos dónde se colocarían los contenedores de las obras, ni si los agentes de movilidad actuarían con los coches que aparquen en la plaza si se hace peatonal», añade. Los vecinos siguen a la espera de una respuesta oficial que resuelva todas sus dudas.

En este contexto, fuentes de Ahora Madrid en el distrito, han asegurado que el diálogo es fluido y que sí se ha llegado a un acuerdo: «La solución municipal es hacer peatonal la plaza para impedir el paso de vehículos». Sin embargo, el representante de Ciudadanos en Tetuán, Antonio Crespo, asegura que la gestión que quiere llevar a cabo el Consistorio es «inviable» porque «los vecinos quieren asegurar el paso de vehículos de emergencias por seguridad y si la finca se peatonaliza no podrán pasar».

Asimismo, asegura que «si no se escuchan las necesidades de los vecinos no se pueden aportar alternativas que solucionen el problema». El grupo municipal de C’s fue el primero en presentar una propuesta a la Junta del Distrito para regular la plaza motivados, según cuentan, por la situación de abandono que tenían. Su propuesta fue apoyada por el Partido Popular y por el PSOE, pero rechazada por Ahora Madrid. Hoy, Bravo Murill0 297 se encuentra en un limbo jurídico. «No perdemos la esperanza de que este Gobierno haga algo», finaliza Alicia Asensio, vicepresidenta de la comunidad.

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