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Cerdos, pandas y cante flamenco: así celebra Madrid el Año Nuevo Chino

Un photocall en el que los asistentes se tematizaban para el Año Nuevo Chino. Fotos: M.C.
Un photocall en el que los asistentes se tematizaban para el Año Nuevo Chino. Fotos: M. C.

Nada más doblar la esquina se descubren las aceras, estrechas y abarrotadas, con negocios a ambos lados de la calle regentados por los protagonistas de la semana. En su exterior, los caracteres señalan que no solo se habla castellano en la zona, y los farolillos rojos que cuelgan de los locales evidencian que es tiempo de fiesta. Mientras pasea uno puede llegar a sentirse como extranjero en territorio desconocido, como si aquello no estuviera pensado para que estuviéramos ahí. Al doblar la esquina se empieza a escuchar el bullicio popular, que confirma que estamos todavía más cerca. Globos por doquier, bolsas tematizadas y bufandas rojas empiezan a aparecer de la nada hasta llegar a invadir los rincones de las calles. Al llegar a la plaza, la muchedumbre no deja ver un centímetro del asfalto y se confirma haber llegado al destino: la feria del Año Nuevo Chino en Usera.

Esta semana el distrito madrileño ha acogido gran parte de los eventos organizados por el Ayuntamiento de Madrid con motivo de la celebración del Año Nuevo Chino. Este festejo, también conocido como Fiesta de la Primavera, coincide con el primer día del calendario lunar. Aunque se desconoce la época en la que comenzó a celebrarse la fiesta, su origen tiene una curiosa leyenda detrás: según la cultura asiática, había un monstruo llamado «Año», que cada año recorría las aldeas en busca de personas para saciar su hambre. Un día, un viejo extranjero contó a la gente cómo ahuyentarlo. Cuando una de esas noches el monstruo llegó a la población y vio a dos pastores jugando con sus látigos, al oír sus chasquidos, huyó atemorizado. Posteriormente acudió a otro pueblo y cerca de la entrada de una casa vio una prenda de ropa tendida. Desconociendo de lo que se trataba, echó a correr despavorido, pensando que podría tratarse de un enemigo. Al llegar a la tercera aldea, la luz de los faroles de una casa lo deslumbró y también escapó. Desde ese momento, y para protegerse del monstruo, los chinos deciden tirar petardos, colgar tiras de papel y encender faroles para celebrar el Año Nuevo Chino. Junto a esto, hay otras muchas tradiciones que tienen lugar en este día tan importante para la cultura milenaria, como barrer el polvo, pegar pegatinas rojas, hacer la danza del dragón y el león, rezar para atraer la suerte o tomar vino dulce.

Los pandas, animales típicos chinos, también estuvieron muy presentes en la celebración
Los pandas, animales típicos chinos, también estuvieron muy presentes en la celebración

El distrito de Usera es el que tiene una mayor concentración de ciudadanos chinos de toda España, y es por eso por lo que se convierte en el epicentro de la celebración en la capital. El pasado fin de semana tuvieron lugar los eventos más multitudinarios de las fiestas. El viernes 8 se inauguró, en la plaza de la Junta del Distrito de Usera, la feria tradicional y el escenario que se convertirían en el centro de las fiestas. Desde ese momento y hasta las 19.30 horas del viernes (y el sábado entre las 11.00 y las 19.30) tuvieron lugar diferentes eventos, como una actuación de chinos cantando flamenco o una exhibición de monjes Shaolín. Al lado opuesto de la plaza era el mercado tradicional el que copaba todas las miradas –y las eternas filas–, en donde se podía disfrutar del arte de la tradicional caligrafía china, la ceremonia del té y dulces tradicionales o comprar algún recuerdo típico, como joyas o los parasoles chinos.

Sandra, una joven que se encontró con la feria casi por sorpresa, confesó haber aprovechado la ocasión para conocer un poco más de las tradiciones asiáticas. «Es muy divertido. Estoy conociendo un poco más de la cultura, sus bailes, la música… ¡y también hay comida! Me parece una buena iniciativa», recalca.

El sábado, no lejos de lo que fue el viernes, la plaza de la Junta de Distrito de Usera estaba, si cabe, todavía más a rebosar. Miles de familias de todas las edades se habían acercado por la mañana para hacer un acercamiento hacia la cultura asiática. De hecho, todos los eventos organizados estaban pensados para los que desconocían la enorme tradición que envuelve a esta popular fiesta. «Los bailes, la comida y el ambiente eran muy divertidos. Hemos descubierto mucho de la cultura», aseguró Alejandra, una chica que se encontraba con su novio paseando por la feria.

Pero el plato fuerte del día tuvo lugar al caer la noche. En el Parque de Pradolongo, a 10 minutos a pie de la Junta Municipal de Usera, se celebró la Ceremonia de la Luz, otro de los eventos tradicionales del Año Nuevo Chino. Los asistentes pudieron recoger una vela y un nenúfar para depositar sus mejores deseos, encender la candela y dejarla flotando en el lago acompañados de un imponente atardecer. Además, varios asistentes también dejaron sobre el lago farolillos flotantes, con sus correspondientes velas y deseos, y algunos incluso lanzaron linternas voladoras al cielo de Madrid.

Los nenúfares luminiscentes invadieron el lago del Parque de Pradolongo, en Usera
Los nenúfares luminiscentes invadieron el lago del Parque de Pradolongo, en Usera

Mala organización

Varios de los asistentes coincidieron en que el evento no estuvo todo lo planeado que debería haber sido. Las colas, tanto para acceder al interior de la feria tradicional como al escenario eran impresionantes. Cerca de una hora de media había que esperar para poder entrar a las carpas, algo que llegó a indignar a varios asistentes. «Cuando hemos estado esperando, nos hemos dado cuenta de lo mal organizado que está todo esto. Falta personal», asegura Miguel, que tuvo que esperar más de una hora para poder entrar en la feria de artesanía, dice, para hacerse con un set de preparación tradicional de té chino.

Pero esto no solo sucedió en la plaza de la Junta Municipal de Usera, sino que también se extrapoló a la Ceremonia de la Luz. «Se suponía que iba a empezar a las 18.00, pero aquí no pasa nada», aseguró Guillermo, que no entendía por qué en el programa anunciaban una hora que no se había cumplido. En realidad, en ese momento, la organización empezó a repartir los nenúfares y candelas a los asistentes, que estaban aguardando en una fila desde hacía horas. «Menuda cola… y todo para que me den una vela de mierda. Si lo llego a saber me la traigo de casa», decía Alejandra, algo angustiada por la tardanza. Sea como fuere, parece que el castillo de fuegos artificiales compensó la espera, que dejó sobre la noche del Madrid unas estampas impresionantes.

Los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Madrid para celebrar el Año Nuevo Chino
Los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Madrid para celebrar el Año Nuevo Chino

A pesar de que algunos de los eventos más importantes ya han tenido lugar, la celebración se alargará hasta finales del mes de febrero. Desde el día 11 y hasta el 19 en la Biblioteca José Hierro, de Usera, hay una muestra de libros ilustrados mediante técnicas tradicionales chinas, y los días 23 y 24 de febrero se ubicará en la Plaza Mayor de Madrid la feria tradicional. Todo ello para darle la bienvenida al año del cerdo, que ofrecerá fertilidad (sobre todo masculina), prosperidad, y estabilidad.

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