ActualidadCongreso de Periodismo Digital 2019Entrevista

«Fact-checking»: un arma contra la desinformación

clara-jimenez-ana-pastor
Ana Pastor (izq.), de Newtral, y Clara Jiménez (dcha.), de Maldita.es. Fotos cedidas por ambas a «Madrilánea»

Las redes sociales han acelerado no solo la velocidad con que los bulos viajan alrededor del mundo, sino que han contribuido a multiplicar su difusión. Aunque cada vez más personas son conscientes de que consumen desinformación, en la batalla contra la manipulación y la mentira, Clara Jiménez (cofundadora de Maldita.es) y Ana Pastor (propietaria de Newtral) subrayan la importancia de educar a los ciudadanos para que sean capaces de verificar por sí mismos si los contenidos que reciben en sus móviles son ciertos o no.

En el marco del XX Congreso de Periodismo Digital de Huesca, Madrilánea ha hablado con ambas periodistas para reflexionar sobre la manera de luchar contra las falsedades que circulan por Internet y que, desde sus respectivos medios, se encargan de desmentir con datos.

–La desinformación es uno de los desafíos de primer nivel a los que se enfrenta el mundo democrático. ¿Qué ha cambiado con la llegada del móvil y las redes sociales?

Clara Jiménez: La desinformación ha existido siempre, lo que pasa es que antes se informaba quien podía: el poder, las élites económicas, la Iglesia, los grandes medios de comunicación, los gobiernos… Ahora se ha democratizado la información y el acceso a ella. Cualquiera que tenga un móvil puede leer prensa, cosa que antes a lo mejor no podía hacer. Sin embargo, también se ha democratizado el acceso a la desinformación y la forma de desinformar. Hoy en día es mucho más fácil que alguien desde su casa ponga un tuit con una mentira y que esta se viralice.

Ana Pastor: Ha habido desinformación toda la vida. Ya en la primera guerra de Irak se distribuyó por todas partes la imagen del famoso cormorán, el pájaro lleno de petróleo, que no era de esa guerra. Se ha producido un salto cualitativo desde entonces. Las redes hacen que todo vaya a una velocidad completamente diferente a la que antes se podía mover un bulo. La mentira forma parte del ser humano. Esto ha ocurrido siempre, en las ciudades y en los pueblos hacían correr bulos sobre algunas personas. Ahora, eso se ha multiplicado. Ya lo hizo la radio, ya lo hizo la televisión y actualmente las redes hacen que todo sea muchísimo más rápido, expansivo y, por tanto, peligroso. Si bien, las podemos utilizar para lo contrario: para difundir las verificaciones, que es lo que hacemos nosotros en Newtral.

El término fake news se ha convertido en un arma arrojadiza contra los periodistas – Clara Jiménez

–En la era de la posverdad y las fake news o noticias falsas, ¿qué soluciones se proponen para combatir esta epidemia?

C. J.: Nosotros nunca hablamos de fake news en Maldita.es; es lo que recomiendan todos los expertos que llevan años estudiando este fenómeno. Preferimos hablar de desinformación porque, en esta guerra contra la mentira, no debemos darle la categoría de noticia a algo que nunca ha pretendido serlo. Además, el término fake news se ha vuelto un arma arrojadiza contra los periodistas. En cuanto a las soluciones, a muy corto plazo, los proyectos como Maldita.es y la proliferación del fact-checking como herramienta periodística ayudan un poco a limpiar ese ecosistema desinformativo, pero es verdad que este es un problema que afecta a toda la sociedad, que es poliédrico y que necesita que toda ella se involucre. Por un lado, todos los ciudadanos siendo conscientes de que pueden estar consumiendo desinformación y que tienen que estar atentos para procurar no compartir aquello que no hayan contrastado y, por otro, en el largo plazo, hay que empezar a educar a la población para que tenga una cultura más crítica y pueda hacer sus propias verificaciones con una serie de herramientas que nos permitan a todos protegernos de la mentira.

A. P.: Es muy importante el trabajo periodístico, incorporar dentro del equipo ingenieros y programadores, pero también que las plataformas asuman responsabilidades. Si WhatsApp es un agujero negro es porque Facebook lo permite. En el caso de las elecciones de Brasil, se pidió que el reenvío de mensajes se limitara, precisamente para evitar los bulos, y Facebook dijo que no les daba tiempo, que ya estaban en campaña y que no podían hacerlo. Las plataformas como Facebook y Twitter tienen un compromiso, no de censurar, porque todos somos adultos y cada uno tiene que saber qué hace con lo que lee, pero sí de permitir que los periodistas podamos hacer verificación y que esta conste en lo que los ciudadanos leen.

–¿Es la cooperación con los gigantes de Facebook (*) y Google esencial para poner remedio a la desinformación?

C. J.: Es imprescindible. Somos el único miembro español del grupo de alto nivel sobre desinformación que eligió la Comisión Europea hace un año. Una de las cosas de las que nos dimos cuenta en ese grupo es que, efectivamente, la cooperación es fundamental. Si cada uno vamos por nuestro lado, no vamos a llegar a ningún punto porque este problema tiene muchísimas facetas diferentes. Entonces, necesitamos colaborar con las plataformas, por supuesto, pero también con los medios de comunicación tradicionales y con los ciudadanos. Tenemos que estar todos mucho más unidos en esto. Al final, los malos no son tantos, pero están mucho mejor organizados que nosotros.

A. P.: Creo que algunas de estas plataformas están en un proceso de debate interno. No sé si eliminar lo falso es la solución. Me conformaría con que, si algo está verificado, el ciudadano sepa que está verificado y, si no lo está, lo sepa también. De la misma manera que cuando consumes un medio tradicional le das la credibilidad que con los años se ha ganado o ha perdido, pienso que en el nuevo mundo en el que nos encontramos es muy importante que existan los verificadores.


(*) Newtral y el proyecto independiente de Maldita.es se incorporan al programa de verificación de datos externo de Facebook, que fue lanzado ayer en España. Ambos medios españoles pertenecen a la Red Internacional de Verificación de Datos (International Fact-Checking Network, IFCN), creada por el Instituto Poynter de Estados Unidos. Se centrarán en revisar y evaluar aquellos contenidos potencialmente falsos o engañosos que sean publicados en la plataforma.


–¿Es el periodismo de verificación o fact-checking la «salvación» o es necesario conjugarlo con tecnología (extensiones, alertas, chatbots, etc.)?

C. J.: La tecnología es indispensable no solo para el fact-checking, sino también para el periodismo del siglo XXI que trabaja en red, que es multiplataforma y que pretende ser multiformato. A mí se me hace inconcebible una redacción que no tenga un ingeniero, porque me parece que las posibilidades de alcanzar a los públicos y de contar las cosas de una manera diferente aumentan. Enriquece mucho nuestro trabajo, sobre todo si está bien coaligado. Hay miles de maneras de innovar en periodismo, pero muchas necesitan tecnología y tenemos que ser conscientes de que hay que trabajar con la ingeniería al lado.

A. P.: No soy capaz de aplicarme a mí una palabra tan poderosa como la salvación. La verificación es hacer periodismo. Nos aliamos con la tecnología para poder seguir innovando, pero sobre todo considero que la salvación pasa por que la gente realmente le ponga un coste a las mentiras. No sirve de nada que nosotros las combatamos si a la población le da igual que le engañen. La sociedad tiene que tener claro que mentir no está bien. Estamos empezando a testar con ciertos algoritmos que nos van a ayudar a ser más rápidos y más eficientes, pero es un camino que estamos empezando a andar. La automatización del fact-checking es el lugar hacia el que queremos ir.

La tecnología es indispensable no solo para el fact-checking, sino para el periodismo del siglo XXI que trabaja en red y que es multiplataforma – Clara Jiménez

–El periodista estadounidense Jeff Jarvis ha defendido la importancia de alfabetizar mediáticamente a las masas. ¿Comparten su visión de educar y otorgar a la población las herramientas necesarias para distinguir lo verdadero de lo falso?

C. J.: Eso es un poco lo que hacemos en Maldita.es. Nosotros desarrollamos herramientas tecnológicas «para que no te la cuelen». Tenemos nuestro servicio de WhatsApp, donde cualquiera nos puede reportar algo para que lo verifiquemos, nuestra extensión de Chrome y de Firefox que cuando entras en una página que parece un poco sospechosa te avisa de cuántas noticias de ella hemos desmentido. Acabamos de estrenar la «buloteca», que es un lugar donde los ciudadanos pueden aprender y enseñar a otros a verificar, así como ayudarnos a nosotros en las verificaciones. Te das cuenta de que ellos saben mucho más que tú en muchos temas y necesitas de esa sabiduría común para poder verificar determinadas cosas.

A. P.: La pedagogía es muy importante. Las redes sociales puedan mostrar de forma más rápida las mentiras, pero también la verificación de estas. Es verdad que hay personas a las que les va a dar igual que les engañen o no en función de quién les lance la mentira. Hay que hacer mucha pedagogía y no rendirse. El esfuerzo es tremendo especialmente cuando se aproxima una campaña electoral, pero no hay que dejar de repetir que algo no es verdad para mantener nuestra credibilidad como periodistas.

La alianza con la tecnología nos está ayudando a ser más eficaces, más rápidos y a viralizar las verificaciones – Ana Pastor

–WhatsApp es un agujero negro de bulos. ¿Cómo afrontan el reto que propone este servicio de mensajería privado?

C. J.: Es una sensación que tenemos, pero no lo podemos medir porque no tenemos acceso al WhatsApp de todo el mundo. No obstante, cuando el 36% de la población consume información a través de la aplicación, alguien tiene que decirle que eso que le está llegando y que considera una noticia es realmente un bulo. Lo afrontamos con comunidad. En Maldita.es tenemos un servicio de WhatsApp al que llegan 250 mensajes de media al día de personas que nos reportan cosas que les han enviado y que les huelen un poco raras. Procuramos construir alrededor de ellos. Es decir, nos mandan algo, lo verificamos y siempre les decimos: «Oye, ahora eres tú el que tiene que volver a tu grupo de amigos, de familia, de vecinos o de compañeros de trabajo y decirles que esto es mentira», porque esa es la manera de hacer que la verdad salga de nuestro hueco pequeño de WhatsApp y llegue a más personas.

A. P.: Es el lugar más oscuro para la verificación, precisamente porque tiene el inconveniente de que no es una red social abierta. Nosotros tenemos un equipo de verificación compuesto por doce periodistas y cuatro personas vinculadas a la tecnología. Lo primero que hacemos cuando llega un bulo es verificarlo de manera periodística, pero en paralelo estamos creando una base de datos que nos permite chequear los que ya han aparecido. La alianza con la tecnología y el equipo de innovación nos está ayudando a ser más eficaces, más rápidos y a viralizar luego las verificaciones.

Una muestra de cómo Newtral y Maldita.es desmienten los bulos en Twitter
Una muestra de cómo Newtral y Maldita.es desmienten los bulos en Twitter

–¿Cuáles son los límites del fact-checking?

C. J.: La realidad es que hay cosas que no se pueden verificar metodológicamente. Si no existen datos, no existen datos. Un ejemplo de una discusión que alguna vez hemos tenido en la redacción: una vez nos llegaron unos memes que decían que el Partido Popular y Ciudadanos eran los primeros partidos de Europa en pactar con la ultraderecha. Para que yo pueda verificar eso, tengo que definir qué es ultraderecha y entonces me tengo que posicionar. No puedo verificar algo así. Eso entra dentro de lo que es inverificable para mí. Tengo que hacer una decisión consciente y editorial de que Vox es ultraderecha, porque de ultraderecha no existe una definición consensuada. Hay estadísticas del CIS en las que se pregunta a la población dónde sitúa a cada formación política [dentro del espectro ideológico]. Si eso lo tuviera me podría basar en eso, pero como Vox no es una fuerza parlamentaria aún, no dispongo de ese dato para poder justificar mi decisión, así que no lo puedo verificar.

A. P.: No me parece que los tenga. El límite es que puedas contrastar con datos. Si no puedes hacerlo con datos y con expertos no estarás haciendo un buen trabajo. En Newtral, no verificamos opiniones ni especulaciones, porque entonces nos pasaría lo mismo que a los políticos que entraríamos en un terreno mucho más viscoso y derruido y nos saldríamos de nuestro trabajo.

Los medios de comunicación se han dado cuenta de que tienen que trabajar para la verdad y no para los políticos  – Ana Pastor

–¿Se necesita hacer un CrossCheck -proyecto de periodismo colaborativo que reúne a redacciones de toda Francia y el exterior para desmentir afirmaciones falsas o engañosas que circulan por la red- en España hoy?

C. J.: Me alegra que me hagas esta pregunta. Hace dos semanas Maldita.es reunió a 40 medios para intentar hacer un CrossCheck en España. Estamos en proceso de que eso se materialice, porque creemos que es importante que el fact-checking entre en las redacciones, aunque solamente sea en campaña electoral. Es fundamental que desde las redacciones de los medios de comunicación tradicionales se conciencie a la población y a los propios periodistas de que hay que verificar.

A. P.: Ya hay un amago de hacerse aquí. Estuvimos el otro día reunidos, pero la duda que me surge con este proyecto es que no hay verificación política. Entonces, montarlo de cara a unas elecciones y que no se haga verificación política como la que hacemos nosotros, no sé hasta qué punto no se queda un poco cojo. Además, habría que llegar a un acuerdo con muchas redacciones sobre lo que es verificable y lo que no.

–¿Cómo se puede restaurar la credibilidad de los medios de comunicación tradicionales?

C. J.: Es verdad que los medios se han quedado muy tocados después de la crisis, pero considero que este momento, en el que la desinformación prolifera tanto y en el que la ciudadanía no sabe muy bien qué creerse y qué no, es también una oportunidad para estos. Los que sean capaces de ganarse ahora la confianza de los lectores saldrán adelante.

A. P.: La crítica que se ha hecho, en muchas ocasiones, a los medios de comunicación ha tenido que ver con la cercanía entre el poder y la prensa. De unos años a esta parte eso ha cambiado no solo en los medios que hemos aparecido ahora, sino también en los que ya existían, que se han dado cuenta de que tienen que trabajar para la verdad y no para los políticos. En la credibilidad también está la asunción de errores, porque estamos todo el día pidiéndoselo a los políticos y me da la impresión de que a veces no lo practicamos y es un ejercicio muy sano. Si alguien se equivoca en un dato tiene que rectificar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *