Congreso de Periodismo Digital 2019

La difícil tarea de no informar en fuera de juego

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De izquierda a derecha: Alberto Gómez, Ana Martínez, José Yelamo y Ana Núñez-Milara. Foto: María Lozano

Autores: Manuel Camacho y Mario Espejo

Grandes aglomeraciones de gente en lugares públicos, vítores, abucheos, pancartas y otros compartiendo auriculares para escuchar una retransmisión en directo. Bien podría ser el seguimiento de la final de un Mundial en una gran ciudad, pero es la descripción que ha realizado Ana Martínez, periodista de Antena 3, del seguimiento de un discurso de Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, en la plaza de San Jaime de Barcelona.

Esto, es consecuencia de que ahora en los medios televisivos la información se realice de forma más atractiva. Según José Yélamo, periodista de La Sexta, «la gente actualmente está cabreada constantemente y ha despertado en ellos un espíritu crítico que antes no tenía, por eso hacemos la actualidad más llamativa».

Prueba de ello es «la desconfianza que se tiene ahora a la política, antes era impensable». El fútbol acostumbra a que cuando haya un gol o algo relevante se sepa al instante, esto se ha trasladado al ámbito de la política en acontecimientos como el juicio del procés o el de Urdangarín.

Redes sociales como instrumento político

De esta forma, entra a juicio de Ana Núñez-Milara, periodista de Telecinco, el debate en la peligrosidad de las declaraciones. La rapidez por sacar la información es más que conocida por los políticos que usan las herramientas tecnológicas para lanzar frases más llamativas y atractivas. Una política muy visceral como afirma Núñez-Milara: «Nosotros tenemos que poner el filtro para no darles el altavoz que quieren para no ser meros títeres. Tenemos que marcarles nosotros y ponerles el ojo encima».

Aun así, esto ha supuesto un cambio de paradigma. Lo que antes era comentar el partido en el bar se ha transformado en analizar la actualidad política. Tal y como dice la periodista de Telecinco, «esto antes era impensable. Se ha atraído la atención del espectador con algo como un juicio o la moción de censura de Rajoy».

En Al Rojo Vivo, en Los Desayunos de Televisión Española y en Las Mañanas de Cuatro se puede observar la conexión simultánea a la que están inmersas las cadenas televisivas a la hora de afrontar un hecho actual. Al igual que en las retransmisiones futbolísticas, hay una gran cantidad de resultados en directo que están relacionados entre sí.

Hacer atractiva la información también conlleva ciertos peligros. El modo de informar puede fomentar la polarización del mensaje. Como si de aficiones se tratara, se generan bandos y más radicalización.

Esto lo refleja Núñez-Milara añadiendo que «cuando apelas al sentimiento, como en el fútbol, se corre el riesgo de polarizar la situación, entrar en un mundo más propio de hooligans que de seguidores de fútbol. Además, se obliga a los políticos a perfilarse mucho con unas ideas muy marcadas». Las redes sociales juegan un papel muy importante en este nuevo contexto periodístico. Twitter es el mejor ejemplo de la polarización. Si no opinas o no te posicionas parece que no estás correctamente informado y es una percepción errónea, no dejarse engatusar por los equipos de fútbol.

Esta inmediatez está provocando a su vez que se enjuicie la calidad de la información. Eva Arderius reafirma esta postura de los medios diciendo que «los titulares deben ser cortos, tienen que caber en un tuit. La política, cada vez más se hace con gestos, abucheos, pancartas, se habla de fichajes, se habla de goleada, de seguidores…» Lo complicado es encontrar un equilibrio entre la información y el contraste y la calidad, como dice Núñez-Milara, «ojalá saber el equilibrio perfecto entre información y contexto. Una responsabilidad compartida hasta que encontremos dicho equilibrio».

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