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Atlético de Madrid-Real Betis, vuelta a la realidad del fútbol femenino tras el récord del Metropolitano

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Atlético de Madrid y Betis se saludan antes de que empiece el partido. Foto: Manuel Camacho

Hace dos semanas, el Wanda Metropolitano se engalanaba para recibir, en una ocasión excepcional, a su equipo femenino de fútbol. El líder, el Atlético de Madrid, recibía al Fútbol Club Barcelona, al que aventajaba en seis puntos ante 60.739 espectadores -de una capacidad para 67.829-. Récord en España y en Europa al haber registrado la mayor asistencia de la historia en un encuentro de clubes al superar los 48.121 espectadores de  San Mamés durante un partido de la Copa de la Reina entre el Athletic Club y el Atlético de Madrid.

En el encuentro que se ha disputado esta mañana, el Atlético de Madrid volvía a su habitual casa, el Cerro del Espino -campo en el que entrena el equipo masculino-, con una capacidad de 3.376 espectadores. Si el despunte deportivo que tuvo el equipo colchonero contra el Barcelona se hubiese mantenido en su vuelta como equipo local, se hubieran necesitado 18 Cerros del Espino para dar cabida a tanta gente. La realidad ha vuelto a lo que acostumbra al fútbol femenino.

Ficha del partido

El Atlético de Madrid recibía en esta ocasión al Real Betis -cuarto clasificado- en Majadahonda a las 14:00 de la tarde, ante los fieles aficionados que siguen diariamente la actualidad del equipo femenino pese a la escasa cobertura mediática de la que gozan.

Al ritmo de AC/DC calentaban los dos equipos, la esencia del rock and roll va ligada a la camiseta del Atletico de Madrid. En los primeros veinte minutos de juego, ambas escuadras desplegaron una gran calidad técnica, con un juego de toque -el primer centro llegó en el minuto 17 por el conjunto local- y con una presión adelantada.

Las rojiblancas llevaban el peso del partido, aprovechando la potencia de Ludmila, la pausa de Sampedro y el desborde y calidad de Jennifer Hermoso. En un principio, insistían en los pases al hueco a Ludmila después de haber estado trenzando pases en el centro del campo. Pero en ciertas ocasiones estaban arriesgando demasiado con pérdidas de balón en zonas en las que el Betis podría hacer daño al conjunto entrenado por Sánchez Vera.

Precisamente, en el minuto 12, un mal pase de Meseguer en su campo permitió que Virgy, tras una asistencia medida de Rosa Márquez, se quedara frente a Gallardo. Con sangre fría, siguió adentrándose en el área para terminar engañando con el cuerpo a la portera rojiblanca y marcar por el palo corto de Gallardo.

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Ludmila se retira lesionada en la segunda parte. Foto: M. Camacho

Una remontada en seis minutos

Bastaron seis minutos para que la líder de la Liga Iberdrola le diese la vuelta al marcador. Primero, en el minuto 18, Meseguer vio el desmarque de Sosa. Con un centro medido al área y que superó a la defensa rival, Sosa, como si de una velocista se tratase, llega a ese balón que, con un toque para controlar el balón y otro para definir al palo contrario, puso el empate. Otros tres minutos después, la presión de Esther en campo bético hizo que Van Dongen diese un mal pase, lo que aprovechó para situarse en una zona escorada del área y batir a Erina. De esta forma, el Atlético de Madrid se puso por primera vez por delante en el marcador.

Al filo descanso, Jennifer Hermoso demostró porque es una de las jugadoras españolas más mediáticas. Ludmila inició la jugada con un pase a Esther, que ésta asistió a Hermoso en un pase de gran calidad. Lejos de marcar al primer toque, la «23» optó por regatear a la guardameta rival para anotar totalmente a puerta a vacía. 3-1 y el partido sentenciado.

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Ángela Sosa en el momento de lanzar un córner durante el partido ante el Real Betis. Foto: M. Camacho

El tercer gol del Atlético de Madrid dejó tocado al Betis, que en la segunda parte desapareció del encuentro, estando a merced de su rival. Las locales buscaron ampliar su renta, pero les faltó puntería. El partido acabó siendo una sucesión de faltas, con lesión incluida de la delantera local Ludmila.

En la grada, daba la sensación de estar viendo un deporte distinto al que se ve en los campos de Primera División. Por norma general, el fútbol femenino pasa desapercibido para la mayoría, por lo que requiere un seguimiento más exhaustivo que el que se suele consumir. Solo escuchando las conversaciones de aquellos que se dieron cita en el Cerro del Espino se ve el tiempo que dedican a este deporte: estadísticas por doquier, analizar la Womens Champions League, el resentimiento por la eliminación contra el Wolfsburgo e ilusión en hacerse con la Copa de la Reina.

Ojalá pudieran jugar más veces en el Wanda Metropolitano para que los aficionados puedan ver cómo Sampedro organiza al equipo, la inteligencia, potencia y arrancada de Tounkara, la clase de Sosa o el desborde de Hermoso. Hoy sobresalientes. Al igual que en el Betis el ímpetu de Rosa Márquez, la definición de Virgy o el hambre de victoria que demostraba Priscila en cada jugada.

Solo se ha hablado de lo deportivo. Ni un mal gesto, ni un insulto a las jugadoras ni a la afición contraria. Ovación a las jugadoras rivales y camaradería entre las dos hinchadas. Muchos deberían de aprender. Se respiraba fútbol, e irónicamente, a veces se echa en falta los fines de semana.

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