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Elecciones generales 10-N: ¿Cómo viven esta jornada los eclesiásticos?

Autores: Paula Arocha, Alejandro Cascón y Antonio Ramírez

El 10 de noviembre los españoles están llamados a las urnas, de nuevo. Para la mayoría  de la población española esto es algo normal. Los ciudadanos españoles, hacen un esfuerzo en su día de descanso y se acercan a las mesas electorales para ejercer su derecho al voto. Pero hay otra parte de la población la cual se desconoce bastante. Por poner un ejemplo: ¿cuántas veces no se han visto imágenes televisivas con monjas asistiendo a los colegios? Por lo tanto, ¿qué piensa la Iglesia sobre las elecciones? ¿Hay interés por parte del clero en ir a los colegios electorales el próximo domingo? ¿Cómo perciben el panorama político español? En Madrilánea hemos estado con algunos de los miembros eclesiásticos para comentar la actualidad política y la jornada electoral.

Paulina Núñez es la consagrada de Regnum Christi en Madrid. Para ella la jornada electoral será algo normal: «Espero que las opiniones de la gente sean informadas y que busquen el bien y que no busquen el revanchismo». La religiosa pone toda su «esperanza» en que el resultado sea el más favorable para todos: «Confío en que haya decisión para que las cosas buenas sucedan. Es un hecho que tenemos que hacer de la sociedad un mejor lugar».

Como Paulina, el padre Ángel Llorente, párroco de la Universidad Francisco de Vitoria, dice haber participado siempre con «normalidad» cada vez que ha decidido ejercer su derecho al voto. Sacerdote desde 1969 y presente en todos los comicios democráticos desde el final de la dictadura franquista, dice «no sentir ninguna pasión especial cuando vota». Pero considera primordial y una cuestión de «moralidad» que los españoles acudan el 10 de noviembre a las urnas: «Nosotros queremos el voto universal de todos. Los ciudadanos tienen una obligación moral y cívica de votar».

Mismo deber asegura experimentar Sor Xiskya, religiosa balear de la congregación Pureza de María, pero también una estrella de las redes sociales, donde es conocida como la monja tuitera, — tiene más de 65.000 seguidores en Twitter, además de ser filóloga y periodista—. La popular clériga cree que para la institución será un día como otro cualquiera: «No me atrevo a hablar en nombre de la Iglesia porque es muy grande y plural. Pero puedo decir que en mi entorno vivimos las elecciones como unos ciudadanos más». También asegura no notar alguna diferencia con los miembros del clero masculino, tanto a la hora de acudir a las urnas, como en sus motivaciones políticas, ya que «algunas pasan más del tema y a otras les interesa menos, como en todo». 

La consagrada Paulina, en el colegio mayor de la UFV. Foto: Paula Arocha

Sobre la relación de las monjas con las urnas y la política nos habla igualmente el padre Llorente, y explica cómo ha cambiado su situación a lo largo del tiempo: «Como la iglesia no quiere meterse demasiado en las corrientes políticas, entiendo que al principio no iban a votar o no tenían especial interés. Me pasaba a mí también a principio de la democracia. No tenía madurado que fuera una obligación cívica. Y como uno está implicado al bien social mucho más que el político… Porque las monjas y los sacerdotes queremos el bien público sin ninguna remuneración. Los políticos tienen intereses no solo ideológicos, sino también económicos». Por su parte, Paulina ve bien que las monjas tengan voluntad democrática y participen en este día, aunque deja claro que ellas también «tienen que reflexionar sobre los distintos programas electorales». 

El padre Llorente, en su despacho. Foto: Paula Arocha

A pesar de esta explicación, probablemente exista otra pregunta que se harán muchos lectores, ¿las monjas de clausura acuden a votar a las urnas? Sor Xiskya viene a desmentir el tópico sobre la ausencia de estas el día de los comicios: «Las que conozco van a votar como todo el mundo. Algunas comunidades, incluso, son sede de colegios electorales. Como periodista que soy, un año hice un reportaje sobre este tema con fotos de ellas ante las urnas». Estas declaraciones concuerdan con lo que piensa el Padre, quien reflexiona sobre la evolución que ha tenido esta pequeña comunidad: «Antes carecíamos de conciencia cívica y por tanto no teníamos claro que era bueno lo que teníamos votar».

Como cualquier ciudadano

Estar en una mesa electoral un día de domingo puede ser un incordio para algunas personas. En este caso, ¿qué piensan los responsables de la Iglesia sobre este asunto? «A mí me tocó una vez y estaba en el extranjero», comenta Llorente. «Me dijeron que era muy grave el no asistir. Yo les dije que me mandaran el billete si querían que fuera. Entiendo que tenemos una obligación cívica, pero el sentarse en una mesa tiene que ser voluntario, no obligatorio». También Sor Xiskya tuvo que acudir en una ocasión a la mesa «y fue como si fuera unas ciudadana más». Es una opinión que comparte la consagrada Paulina, que aunque nunca ha sido llamada, asegura que si ocurriera, acudiría con «total normalidad».

 

Sor Xiskya, en una imagen de redes sociales. Foto: Twitter

La jornada electoral del 10 de noviembre será la cuarta vez que los españoles pasen por las urnas en cuatro años. En esta ocasión es debido a la incapacidad de unos y otros partidos políticos para ponerse de acuerdo y formar gobierno: «La repetición electoral tiene un esfuerzo económico, además de organización; hay un punto triste por la falta de consenso entre los ciudadanos, puesto que una primera vez nos pareció excepcional, pero ahora nos estamos acostumbrando a ello», dice la consagrada Paulina. 

Llorente ataca directamente a los políticos, algo en lo que está de acuerdo su compañera Xiskya: «Es la cosa más absurda, además de evidenciar de que tenemos unos políticos que no tienen ni buena categoría personal, ni política y de estado», asegura el cura. «Valoro negativamente que haya otras elecciones. Me parece una vergüenza que los partidos no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo; pienso que la clase política española está en desprestigio total», sentencia la hermana mallorquina. 

 

Pluralidad política

Desde la llegada de la democracia a nuestro país, el papel de la Iglesia en España ha tendido cada vez más a desligarse del terreno político. Su labor ahora, afirma Sor Xiskya, está centrada en «temas sociales», y destaca el trabajo de instituciones como Cáritas, la cual considera «vital para todos». La religiosa se muestra segura a la hora de señalar que esa debe ser la única función de la Iglesia en la sociedad española y recalca, orgullosa, la diversidad de ideologías que existen entre sus miembros. «En la Iglesia hay libertad de ideología política y como tal, hay personas de todos los colores políticos».

A pesar de que Sor Xiskya es partidaria de que exista pluralidad de ideas dentro de la institución, no lo es tanto el que sus representantes aireen sus pensamientos políticos de manera «descarada» en público. «La política no es un tema en el que la Iglesia deba pronunciarse. Distinto es cuando surgen temas sociales relacionados con la violación de derechos humanos básicos (como pasa en otros países) o que afectan a la esencia de la antropología cristiana como por ejemplo el «biohacking»». 

En distinta tesitura se posiciona el padre Llorente, quien considera que hay ocasiones en las que la Iglesia debe opinar sobre lo que pasa en el ejecutivo, «más cuando hay políticos vanagloriándose de molestar a un muerto», afirma sobre Pedro Sánchez en relación a la exhumación del dictador Francisco Franco. El sacerdote se siente muy descontento con la postura tomada por la Iglesia y afirma que ha salido «perjudicada» por el silencio mostrado ante la exhumación. «Muchos pensamos que no se tenían que haber callado. Si en un cementerio alguien tiene algo que decir, esos somos nosotros. Y ahora resulta que la Iglesia no se mueve porque han sacado a un muerto, da igual el que sea». Además considera que es una ofensa a la paz sellada por los españoles tras el final de la dictadura: «Esto es reírse de la transición, de las autoridades que enterraron allí a Franco».

No obstante, el párroco tiene claro que esta situación es excepcional y que la sociedad española ya no necesita la opinión de los suyos en la gran mayoría de los asuntos: «En una democracia pacífica, la Iglesia suele inhibirse a la hora de dirigir el voto». Algo con lo que está de acuerdo Sor Xiskya y Paulina. Personas con un modo de vida distinto al del resto, pero que comparten muchas de las preocupaciones y problemas de un ciudadano anónimo cualquiera. Por eso acudirán a las urnas el 10 de noviembre. Y esto a pesar de que como bien señala la monja tuitera en una declaración digna de transmitir a sus decenas de miles de seguidores, «estas elecciones serán más de lo mismo». El enfado con los políticos también se ha convertido en algo universal. 

 

 

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