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«Para nosotras no ha habido ley»

Tres prostitutas hablan con un cliente en la Calle Montera. ABC

Las prostitutas de la calle Montera acusan a Ana Botella de opinar de un problema que desconoce. Cinco pares de piernas forman un corro casi perfecto. Hay seis grados y el sol comienza a ponerse. «Eso es lo que debería desaparecer», dice Marcela. «Muchas de ellas son menores de edad ¿sabes? y se pasan ahí las 24 horas del día, casi sin dormir y sin comer. Marcela (nombre falso) sabe bien de lo que habla. Esta ecuatoriana lleva ocho años subida a unos tacones, ronda los 50 y tiene algo de «madame» y de activista política. «La alcaldesa no se da cuenta de lo que vivimos día a día. No le vamos a agradecer porque no hay trabajo. Hay mucha gente que hace esto porque de eso viven sus hijos. Yo por ejemplo tengo dos hijos, y todas las demás también tienen. De aquí nosotras no nos vamos a ir ni muertas».

Marcela ha escuchado las declaraciones que la nueva alcaldesa de Madrid ha hecho esa misma mañana en la cadena Telemadrid y está indignada. «La prostitución va contra la dignidad de los seres humanos y se produce siempre en una situación de debilidad», ha dicho Ana Botella.

La ecuatoriana lo matiza: «Las latinas estamos allí por nuestro propio querer y somos legales en España. Otra cosa es lo que pasa con esas chicas de ahí, las rumanas». Marcela me señala un grupo de cinco chicas en corro. Les escasean los años y la ropa. «Basta ver cómo van vestidas para saber que las están explotando. ¿Ves? Eso es lo que debería investigar la alcaldesa. Son hasta maltratadas… les dan unas buenas palizas. Mira, esa chiquitina vino el otro día toda moreteada de lo que le pega ese hombre por no haber hecho dinero». También a nosotras nos tiraron cubos de pintura y de aguas sucias desde las ventanas y nos insultaron, pero para nosotras nunca ha habido ley».

Aunque Marcela se queje, la líder del Consistorio madrileño también ha defendido esta mañana que las administraciones protejan a las víctimas, en este caso las mujeres que hayan caído en las redes de bandas dedicadas al tráfico de personas.

Hetairas

La asociación Hetaira se dedica a combatir el estigma social que recae sobre las prostitutas y defender sus derechos. Debe su nombre a las mujeres de alta cuna que ejercían la prostitución de forma libre en la antigua Grecia y en eso basa su filosofía, en la libre elección. «Hay mujeres que tienen su dignidad donde la tienen que tener y son trabajadoras del sexo», afirma Carmen Briz, periodista, miembro del colectivo. «En los momentos en los que estamos, la crisis y los malos empleos hacen que las chicas decidan dedicarse a esto más que nunca, y no se les puede quitar esa capacidad de decisión», añade.

Otra declaración de la alcaldesa ha recibido críticas. Según ha afirmado Botella, el ayuntamiento de Madrid tiene previsto lanzar campañas de concienciación para que no se consuma prostitución: «No hace falta penalizar, sino pensar que las mentalidades cambian», ha afirmado. Es suficiente con informarles de que estas mujeres (las prostitutas) no son totalmente libres. Botella reaccionaba así ante la decisión del Ayuntamiento de Badajoz de incluir en las ordenanzas municipales multas de hasta 1.500 euros a los clientes de la prostitución callejera .

Carmen Briz piensa que la decisión de la alcaldesa caerá en saco roto: «Me parece que se van a gastar una ingente cantidad de dinero para convencerles de algo que no tiene sentido. No van a conseguir nada hasta que no tengan en cuenta a las chicas en las decisiones públicas».

Las chicas piensan como Briz. La búlgara rubia de unos 25, la rusa morena de ojos verdes y la propia Marcela opinan lo mismo: «Hay hombres que no cambian». Marcela dice más: «Si los hombres vienen aquí es porque lo necesitan y si no lo pueden conseguir aquí por 20 o 25 euros, se irán a buscarlo a otro sitio y luego habrá violaciones. En eso debe de pensar la alcaldesa antes de ponerse a barrer con la escoba».

Ya son casi las ocho y con la caída del sol llegan más clientes. Sus pies se mueven despacio, recorren con los ojos el «buffet libre» que hay bajo los andamios y eligen su objetivo. Abajo las afroamericanas, un poco más arriba las nórdicas, en el centro de la plaza las búlgaras y en torno al corro, cinco chicas que no llegarán a los 18. Todas esperan ser elegidas esa noche. A su alrededor, un enjambre de policías, chulos y turistas representan su papel.

La veterana de la calle Montera termina su discurso de casi una hora con una sentencia: «Parece mentira, pero en el mundo todo viene del sexo».

Un comentario en ««Para nosotras no ha habido ley»»

  • Entonces en base a qué opina la Botella? Sus prejuicios? Información de los medios? Fuentes policiales?

    Es curioso que resulte tan contradictorio lo que nos dicen las chicas y lo que otros nos dicen de ellas, no crees?

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