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«Hoy trabajo por necesidad»

Antonio Butres, taxista de 43 años y padre de dos niños pequeños, hace guardia junto a varios conductores a escasos metros del Congreso de los Diputados. Está en contra de la reforma laboral, pero ha ido a trabajar. «Te voy a explicar lo que pasa», dice, «pasa que a nosotros [los taxistas] no nos afecta directamente, pero no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que están haciendo».

Los taxistas son autónomos, eso quiere decir que no sólo renunciarían al sueldo del día de huelga, como un asalariado normal, sino que además perderían dinero. «Salimos a trabajar para cubrir gastos –combustible, taxímetro, pago de la licencia y el coche para el que no haya terminado de pagarlo–, y cuando los cubres empiezas a ganar tu jornal», continúa Antonio. «Tienes que hacerlo por necesidad».

La Confederación del Taxi de España (CTE) difundió hace tres días un comunicado en el que anunciaba que no secundaba el parón, pero también señalaba que «no le es ajena la preocupación de los trabajadores en la presente situación económica y social», y por ello respetaría la «decisión personal de cada taxista» de acudir o no a trabajar. Esta es la posición mantenida por la Federación Profesional del Taxi de Madrid, pero no por la Asociación de Empresarios Madrileños del Taxi (AEMT). La agrupación abre su página web con una viñeta de Mingote crítica con la protesta, y señala de manera breve y contundente que está en «total y radical desacuerdo» con la Huelga General.

Por otra parte, la Asociación Gremial de Autotaxi de Madrid (AGAM) ha asegurado que sólo el 3% de la flota, «como máximo», no ha ido hoy a trabajar, según ha informado Europa Press. En total, la AGAM estima que hay más de 15.500 miembros del sector en todo Madrid.

Viñeta de Mingote empleada por una de las asociaciones para mostrar su rechazo a la jornada de protestas

Jornada tranquila

Un número inusual de coches particulares y bicicletas reivindicativas han compartido hoy carril con los taxistas, pero aseguran que no han tenido grandes problemas. Algunos manifestantes han colocado pegatinas en los cristales de los vehículos, pero en general nadie les ha increpado por ir a trabajar, y los piquetes informativos del aeropuerto de Barajas no han sido más que eso, informativos.

Los compañeros de Antonio se arremolinan y escuchan la conversación, asienten y murmuran, pero no terminan de hablar. Tampoco de arrancar. No han tenido mucho lío, dicen, aunque una redactora de ABC descubrió que hay quienes saben aprovechar cualquier ocasión para bajar la bandera. En la parada de autobús 188, en Guzmán el Bueno, los taxis aparcaban en el carril reservado de la EMT para recoger a los viajeros que perdían la paciencia.

El taxista termina contando que, aunque sean pequeños, ya explica a sus hijos que tendrán que salir de España si quieren encontrar empleo. «Como sigan así las cosas, las grandes empresas no tendrán que irse a Marruecos a producir. Como la gente trabaje cada vez más barato, vamos a terminar haciendo lo que en China: trabajar por un plato de arroz».

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