Diario de a bordo

Gervasio Sánchez: Viaje al «corazón del drama»

Gervasio Sánchez
Gervasio Sánchez visita el Máster de ABC

Gervasio Sánchez no ha estado en la guerra. Más bien la ha vivido en carne viva, con todo el dolor y todo el sufrimiento que conlleva. La visita de ayer a ABC de este fotoperiodista dejó claro un aspecto: no hace falta irse a Bosnia, a Ruanda o a Sierra Leona, como él, para comprobar de primera mano cuáles son los límites del ser humano. Solamente, recordó, debemos contemplar a España hace unas décadas. Nadie está libre de caer en desgracia. «Los que matan en la guerra son como nosotros, no os equivoquéis», dijo a los alumnos del máster.

Las fotografías de Sánchez revelan una profunda implicación del periodista con el mundo y, sobre todo, con sus víctimas. Según él, si el reportero no «siente dentro el dolor de las víctimas, no va a transmitir con decencia». Este concepto, el de la decencia, permanece enraizado en todo momento en la vocación comunicadora de Sánchez, que no duda sobre cuándo hacer la fotografía precisa o, por el contrario, cuándo colgar a tiempo la cámara. Su aspiración diaria es clara: «Poderse mirar al espejo por la noche en la intimidad del hogar y ver que has actuado decentemente».

Más adelante, y tras preguntarse para qué sirve el oficio de periodista, el fotógrafo abogó por que los reporteros penetren en la complejidad de los conflictos, en viajar «al corazón del drama». «Hay algunos que se quedan en los aledaños», denunció. Sus instantáneas, hechas desde su propio corazón hasta el alma de los fotografiados —a quienes profesa un gran respeto—, demuestran lo que Sánchez exige siempre al periodismo: que cuente «aquello que pasa, de manera cada vez más dura e intransigente». No pide ni morfina ni calmantes para la información. Sánchez retrata la realidad tal y como se le muestra a su lente.

Trabajo de 24 horas

Según el periodista, la Guerra de los Balcanes permitió que muchos soldados españoles se «sensibilizaran ante el dolor de la guerra». Sin embargo, ¿se sensibilizaron los medios de comunicación? Para él, los periódicos viven inmersos en una peligrosa competición de cien metros, cuando el periodismo «es un maratón». Esta lucha por la primicia, según dijo, «es una de las razones por las que el oficio ha perdido su influencia social». «Los periodistas tenemos que ser los enemigos y los vigilantes del poder. Un periodista tiene que ser impertinente», aseveró después de precisar que el horario laboral de un periodista es, necesariamente, de 24 horas. De todos modos, aseguró que es «más fácil ser inmolado en el periodismo local» que en el internacional, debido a los intereses económicos y a las presiones editoriales. «No tiene por qué ser de más calidad la información internacional» que la de aquí, «pero hay que pagar a los becarios para investigar temas que interesen», propugnó.

Balanza anímica

El compromiso de Gervasio Sánchez demostró no tener caducidad. Ya está trabajando en el proyecto «Vidas minadas 25 años», que presentará en 2022. Su fortaleza tampoco parece rendirse. Su truco: contemplar la paz que sigue a la guerra; observar la belleza que sucede al dolor. Por eso casi siempre ha vuelto a los sitios en los que ha trabajado como fotógrafo, para «limpiar» sus recuerdos. Y para ver que la vida sigue después de tanta muerte. De esta forma, según confesó, es como logra «equilibrar la balanza anímica». Por eso en su rostro, como en sus fotografías, conserva un reflejo de esperanza.

Un comentario en «Gervasio Sánchez: Viaje al «corazón del drama»»

  • Esta bien ver el lado humano de los fotoreporteros, que el hecho de hacer esas fotos les afecta, y que bonito eso de que vuelva a los lugares pasada la noticia.Un gran reportaje

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