Salamanca

«Los abuelos quieren quitar a sus niños de la videoconsola»

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A comienzos de la década de los 90 la informática como forma de ocio ya comenzaba a hacerse un hueco en la vida de millones de jóvenes. Empezó entonces un paulatino decaimiento de los modos tradicionales de divertimento en favor de los videojuegos. Fue, sin embargo, por esas fechas cuando Fernando Monje y Álvaro Seguí crearon la tienda Don Juego, un espacio especializado en puzles y juegos de mesa.

En un momento en el que las grandes cadenas impregnan todo tipo de comercios, esta curiosa tienda situada en la calle Alcalá 113, en el distrito de Salamanca, pero con el parque del Retiro enfrente, se asemeja a esos baúles de recuerdos que contenían viejas reliquias de la infancia. Este ha sido el emplazamiento donde, al abrigo de una pintoresca fachada protegida, atienden a todo tipo de público desde hace más de 15 años.

Elena Herrera trabaja en Don Juego desde hace cuatro años, pero conoce el negocio y a los dueños de toda la vida. «Lo que nos define es la especialización en puzzles y juegos de mesa. Nuestro cliente comprende todas las edades, que sea una tienda de juegos no lo convierte en una cosa de niños», señala Elena. Pero evidentemente los niños tienen un papel importante, aunque a veces no sean ellos los que den el primer paso a la hora de adquirir estos productos: «Vienen muchos abuelos que quieren quitar a sus nietos de la videoconsola».

Vuelta a los juegos de mesa

¿Cómo resiste una tienda así no solo la crisis sino también la «invasión» del producto barato procedente de China? «No tener deudas es lo que nos permite estar abiertos mientras que el vecino cierra. Eso vale para nosotros, pero es una radiografía fiel de quién lo está pasando peor en la crisis». Dedicarse a productos tan concretos y difíciles de encontrar en otro lugar sirve para fidelizar a un cliente que busca una especialización muy concreta. Además, Elena cree que la crisis y la falta de dinero «está recuperando el valor de quedarse en casa a disfrutar, y como los contenidos de la televisión no ayudan mucho siempre nos quedarán los juegos de mesa».

Juegos de azar, de habilidad y didácticos en los que «el niño te suele ganar porque está menos trillado, tiene el disco duro vacío y tú lleno». Juegos tradicionales como el ajedrez, pero elaborado artesanalmente, las míticas peonzas de los patios de colegio, dieciocho tipos de bingo o una amplia variedad de cubos de Rubik completan la gama de productos de esta tienda.

«El mundo del puzzle genera gente muy aficionada. Es ciertamente una actividad de culto. Tenemos clientes muy generosos que incluso nos regalan cosas», apunta Elena mientras señala una inmensa recreación de 9.000 piezas de la batalla de Argel que les ha regalado un cliente hace poco.

Y es que en Don Juego se pueden encontrar puzzles desde dos hasta 32.000 piezas, el más grande, que tiene un precio de 294 euros. Dentro de ese abanico se encuentran rompecabezas que te permiten, entre otras cosas, crear tus propias recreaciones históricas. El lienzo Galería de cuadros con vistas a la Roma moderna, de Paolo Panini, de 9.000 piezas, preside este local en el que también te puedes llevar a casa un puzzle de 1.300 piezas de La creación de Adán y convertirte en tu casa en un imitador de Miguel Ángel.

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