Encuentros

Seis destinos con Carla Fibla

La periodista Carla Fibla tras el encuentro con el Máster ABC
La periodista Carla Fibla tras el encuentro con el Máster ABC (Foto: I. M. B.)

Abróchense los cinturones y abran su mente a un viaje por diferentes países de Oriente Próximo y el Magreb de la mano de la periodista Carla Fibla (Valencia, 1973), quien lleva más de 15 años viviendo en el mundo árabe. Se harán diferentes escalas para hablar sobre las corresponsalías de los medios, el estado del periodismo actual, la mal llamada «primavera árabe» o el papel de la mujer en el mundo musulmán. Partimos desde Madrid, donde nuestra cicerone decidió cursar Periodismo en la universidad Antonio Nebrija en el último momento. Nos disponemos a despegar, así que desde la «Aerolínea desde su asiento Madrilánea» les deseamos un buen viaje.

Francia

La primera parada es la ciudad francesa de Grenoble. Aquí pasó Fibla un año entero gracias a una beca Erasmus. Según la autora de Resistiendo en Gaza. Historias palestinas (Península), ese año le sirvió para aprender buen periodismo. «Fue una experiencia muy buena», asegura, y añade que la etapa universitaria se le pasó «muy rápido». Tan rápido que decidió poco después irse fuera. El primer destino fuera de Europa, Egipto, nuestro siguiente destino.

Egipto

«Me fui para quedarme a vivir en El Cairo con 22 años», rememora la periodista. Una ciudad caótica en la que a un europeo le resulta difícil vivir, más si cabe si es una mujer. «Lo pasé fatal. Tomás Alcoverro decía que cualquier periodista tendría que empezar en El Cairo», y asegura que el choque de culturas se hace muy evidente. Pero matiza que su sexo le abrió otras puertas, como la posibilidad de hablar con mujeres árabes de tú a tú, aspecto mucho más difícil para los hombres. Su consejo para las siguientes etapas: «En el mundo árabe, siendo mujer, no puedes ir a la defensiva. Si aprendes eso, puedes sobrevivir en cualquier lado».

Marruecos

Llegamos a Rabat. Aquí Fibla pasó siete años, de 2001 a 2008, donde cubrió diferentes países como corresponsal regional para la Cadena SER y el periódico La Vanguardia. A pesar de que, por su cercanía con España, pueda parecer un país relativamente avanzado dentro del mundo árabe, la realidad es bien distinta. «Marruecos es una dictadura y es un terreno difícil a la hora de trabajar». Recuerda que al poco de llegar estalló la crisis de Perejil, y que la realidad era muy diferente de la que se pintaba en los medios españoles. «Sobre el terreno todo era muy ridículo», afirma. Años después tendría que abandonar el país por presiones y amenazas del gobierno marroquí, que la obligaban a dejar de escribir sobre la cuestión del Sáhara. «Tenía una corresponsalía en el Magreb. ¿De qué iba a escribir? Les dije que no lo haría».

Carla Fabla durante la charla con el Máster de ABC
Un momento de la charla de Carla Fibla con los alumnos (Foto: V. R.)

Túnez

Uno de los países que Fibla cubría desde Rabat era Túnez. La zona lleva envuelta en dos años de revueltas populares, al igual que muchos de los países de su alrededor. Este movimiento ha sido apodado por los medios occidentales como «primavera árabe», expresión que no gusta a nuestra guía: «Es un término europeo para entender realidades muy diferentes, porque cada país ha tenido un desarrollo muy diferente, y eso se vio desde el principio». Según explica la reportera, estas revueltas comenzaron con la manifestación de un pueblo «que pedía poder comer». Fibla quedó impresionada de la mezcla de personas de diferentes sectores y las relaciones que se crearon entre ellos. «En Egipto, cuando cayó Mubarak, comenzaron a limpiar la plaza, a pintarla… se apropiaron de su país, porque llevaban décadas dormidos», afirma.

Siria

Pero si hay un lugar de actualidad, ese es Siria. El momento político es complicado, las revueltas y los muertos se suceden y Fibla aporta información de primera mano: «Al Assad va a caer, eso está claro. Pero ese país será un desastre, porque lo que hay dentro es una auténtica bomba. Se ha potenciado una guerra sectaria, y lo más probable es que se recrudezca el conflicto». En esta parada se habla también del papel y la influencia de las redes sociales en estas revoluciones, a la que se le ha dado bastante importancia en los medios de comunicación. La autora de España-Marruecos desde la orilla sur (Icaria) cree que hemos sobrevalorado el peso de estas plataformas: «Hay que tener en cuenta que solo el 10% de la población tiene acceso a internet. Y en las plazas, nadie tiene conexión».

Jordania

Llegamos a la última parada. Un mes después de irse de Marruecos en 2008, Fibla se instaló en Ammán, la capital jordana. Desde aquí cubre catorce países árabes para la Cadena SER, colabora con RNW, la radio pública holandesa, con Radio France International, la revista Afkar-Ideas del Instituto Europeo del Mediterráneo y el portal FronteraD. Además, en el año 2011 puso en marcha el portal Aish, dedicado a analizar e investigar sobre la vida árabe. «Su nombre quiere decir onza de pan. Me recuerda a cuando vas al kiosco y dices «Dame el pan», y además te dan el periódico». Al mes de comenzar el proyecto recibieron una lluvia de correos electrónicos interesados en colaborar con el medio recién nacido, y al cabo de cinco, ya eran 40 personas. «Es un espacio donde si alguien quiere hacer una historia la hace», sentencia.

Vuelta a España

Regresamos a España. A pesar de la situación que aquí viven los medios de comunicación, Fibla es optimista: «Todo esto será como un cambio de piel. Las empresas se tienen que dar cuenta de que nos tienen que dejar hacer lo que sabemos hacer, periodismo». Aún así, la co-autora (junto al periodista Nicolás Castellano) escritora de Mi nombre es Nadie (Icaria) es crítica con las secciones de internacional de los medios españoles, porque, a su juicio, no «engancha»: «Hay mucho refrito, veo mucha dejadez».

El próximo viaje, es el futuro, y según Fibla, hay que vivirlo a corto plazo,  «porque en cualquier momento te puede caer un ERE encima». Líneas Madrilánea espera que hayan tenido un viaje agradable y que la guía haya sido de su agrado. Muchas gracias.

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