Jesús Maraña: «Hace meses me apetecía poner un restaurante»

 

Con una larga trayectoria profesional, tanto en revistas como Interviú, como en la dirección de Público, Maraña esta inmerso en su nuevo proyecto Infolibre, que acaba de publicar su edición en papel.

En este mundo digital, Infolibre ha dado el salto al papel con Tintalibre. ¿Cree que se sigue relacionando el papel con la veracidad?

Sigo considerando, pero no por capricho, si no que las encuestas lo indican, que el grado de credibilidad del papel como soporte es muy importante y en muchas parcelas mayor que internet y que la televisión. Si no me confundo, solo lo supera la radio en el ámbito informativo. Para que los lectores sigan confiando en los periodistas tienes que darles credibilidad, y utilizar el papel. Aunque es muy complicado, ya que se consume mas tableta y móvil, yo también utilizo antes estos soportes que el papel. Pero son dos universos que pueden complementarse y convivir. A los lectores les ofrecemos como atractivo una publicación con buenas firmas emparentada con lo digital. La acogida en los quioscos y en el gremio ha sido espectacular en el primer número. Llevamos una semana y está muy por encima de lo que nosotros esperábamos, vamos a ver como evoluciona.

¿ Cuándo cree que el proyecto será rentable?

En el plan de negocio que hemos realizado, que ha tenido un proceso de estudio muy detallado, está calculado que en el tercer año, en el 2015. Si todo va bien, en esas fechas debería llegar el punto de equilibrio y dar beneficios.

¿Bajo qué valores se rige Infolibre, y ahora  también Tintalibre?

No damos información que no tenemos posibilidad de asumir, como el deporte, ya que es muy difícil competir y no tenemos gran cosa que aportar, así que nos centramos en áreas en que las creemos que los periodistas que nos hemos juntado podemos ofrecer buenos puntos de vista. A veces publicamos ensayos de buenas firmas relacionados con el deporte, pero no la competición deportiva.

Por otro lado, en el oficio de periodista hay que revindicar la veracidad. Hay que convencer a los ciudadanos de que es su derecho. Nosotros no estamos aquí solo porque es nuestro oficio, si no que si no estamos nosotros, tendrían (los ciudadanos) que exigir que hubiese otro medio para hacer este papel. Si no hay buen periodismo, no funciona bien la democracia. Y eso lo tenemos que revindicar los periodistas, porque las empresas periodisticas están en manos de sus acreedores.

Tal y como están las cosas muchos compañeros de profesión han perdido la ilusión…

A mí hace unos meses me apetecía poner un restaurante de cocido leonés, que me sale fantástico, pero al final vuelves a la ilusión y la vocación. Ahora con el tema digital, y si se consigue convencer a una serie de personas para que se impliquen, hay posibilidades. No es tan caro como era antes montar un medio de información, es menos arriesgado en ese sentido.

¿Hay viejas firmas  que rechazan escribir para webs o es una leyenda?

Hace años había firmas que seguían en la máquina de escribir, pero firmas buenísimas. Pero al final pienso, que en contra de esa literatura que se ha establecido de que los periodistas a partir de una cierta edad, y yo me incluyo, estamos aferrados al pasado, a la tinta… ¡En mi generación pasamos de la máquina al PC…  Hemos ido pasando por todo! Hace diez años yo estaba en los primeros ordenadores y ahora estoy en Twitter porque hay que estar. Tenemos que tener el oído pegado al asfalto, vivir con la gente lo que ocurre y adaptarnos. Lo que ha fallado no son los periodistas, es la forma en que las empresas han afrontado la revolución digital, cómo se han rendido ante otros poderes.

¿Cuál ha sido su mejor experiencia profesional?

Por mi forma de ser, la experiencia profesional que más valoro es la que vivo ahora. Cuando empezamos a montar Público, pues Público; con Interviú… ese mundo surrealista me encantó. Todas muy enriquecedoras, te obligan a estar en la calle. La mejor experiencia  profesional siempre es la última.

En su ponencia se ha llevado el aplauso del público por declarar que paga a sus becarios y estos tienen seguridad social…

Pagamos a los becarios y las universidades asumen el pago del seguro. Nosotros defendemos que no se puede no hacerlo, no compartimos la filosofía de tener becarios gratis. Yo empecé trabajando sin cobrar pero siempre fue algo muy provisional. Para ser coherente, si revindicas que el periodismo tiene un valor tienes que revindicar el valor de quien lo ejerce.

De todos los proyectos que se han expuesto junto al suyo,  ¿cuál es su preferido?

Son todos muy diferentes. Una cosa que hemos comentado entre nosotros, es que está muy bien que existan medios que van dirigidos a distintos mundos. Yo soy lector de Mongolia y soy socio de eldiario.es y Nacho (Escolar) es socio de Infolibre. Considero que del centro a la ultraderecha hay decenas de cabeceras pero del centro a la izquierda no hay casi nada. Cada vez que nace un proyecto nuevo y se sabe que es progresista la gente dice que eso está saturado, y en realidad no hay nadie.

¿Cree que tanto Infolibre como Tintalibre saldrán adelante?

No sé si va a salir bien. Estamos probando cosas que no existen. Estoy muy contento con la acogida que está teniendo. Estamos percibiendo que la gente enseguida lo entiende, les decimos que renunciamos a estos ingresos y ellos ven lo que eso conlleva. Con esto no señalamos a nadie, que cada uno haga lo que quiera. Nosotros no hacemos acuerdos opacos con grandes empresas, bancos…  Si otros los hacen será por algo. Y esos ingresos hay que sustituirlos por algo coherente con lo que defendemos: el periodismo tiene un valor y por eso hay que pagar por los contenidos. Vamos a ver si funciona. De momento la acogida esta siendo muy positiva.