Microteatro

Sara tendrá que esperar

Rania es palestina. Acaba de cruzar el checkpoint entre Jerusalén y Ramala. Enseña a su recién nacida a su marido en el asiento de atrás de un coche. Foto: I.M.B
Rania es palestina. Acaba de cruzar el  «check point» entre Jerusalén y Ramala. Enseña a su recién nacida a su marido en el asiento de atrás de un coche. Fotos: I. M. B.

ESCENA 1, CRUZAR AL HOSPITAL

El público entra en la sala donde se va a desarrollar la obra de microteatro, la cual es una representación del  «check point» de Qalandia que separa Jerusalén de Ramala. Al entrar por la puerta hay una cabina rodeada por hierros. La cabina es pequeña y acristalada (para escenificarla se pueden poner trozos de plástico que cuelguen del techo y forme un cuadrilátero). Frente al público, hay dos soldados jóvenes. Son israelíes. Es una pareja formada por un SOLDADO CHICO y una SOLDADO CHICA. Están sentados delante de los espectadores, dándoles la espalda. Los soldados llevan el traje militar de la ISAF (Fuerzas de Defensa Israelíes). Y en el brazo tienen el logo de su unidad, con su nombre escrito en hebreo. Miran a la pantalla de su ordenador, se supone que están registrando a los palestinos que cruzan desde Cisjordania hasta Israel, pero no paran de besarse y mirar Facebook. Solo hay una silla y SOLDADO CHICA está sentada sobre las rodillas de SOLDADO CHICO. Hay tres actores que están esperando a pasar el puesto de control. El primero entra en escena. Es PALESTINO. Tiene la piel oscura, el pelo negro y los ojos claros. Viste un vaquero, zapatos de piel negra y una camiseta de manga corta también negra. Lleva una pequeña maleta de ruedas y llega hasta la cabina donde están los dos soldados besándose.

SOLDADO CHICO. Deja de besar a la chica. Pasaporte por favor. 

PALESTINO. Aquí lo tiene, el pasaporte y la autorización. El PALESTINO enseña su pasaporte verde que significa que reside en Cisjordania y que no puede cruzar a Israel sin autorización, y su permiso especial para estar 24 horas en Jerusalén.

SOLDADO CHICA. Cierra su página de Facebook y comprueba el nombre del palestino en el sistema. Hay un problema con su permiso. Por favor, vuelva a tramitarlo.

PALESTINO. ¿Cómo que hay un problema?, si tiene un sello oficial, ¡mire!

SOLDADO CHICA. Lo siento, le he dicho que no está en el sistema. Siguiente, por favor.

PALESTINO. ¡Pero, tengo que cruzar para ver a mis padres que están enfermos en Haifa, nadie más les puede ayudar…!

Un soldado entra por la puerta de la sala, agarra de los brazos al palestino.

SOLDADO 3. Acompáñame a la salida. Los dos desaparecen del escenario.

La siguiente palestina que estaba esperando en la cola se sitúa, impertérrita, delante de SOLDADO CHICO y SOLDADO CHICA. Lleva una falda negra hasta los pies y la cabeza tapada por un velo de color granate. Tiene muchas bolsas en las manos. Su nombre es RANIA.

SOLDADO CHICO. Pasaporte, por favor.

RANIA. Umm… Onomatopeya, señala con la mano su barriga. Está embarazada y va a dar a luz.

SOLDADO CHICA . Pase. No mira ni su pasaporte ni su nombre en el sistema.

RANIA cruza por delante de la cabina y sale por la puerta. Cuando pasa el puesto de control, se queda esperando. El tercer PALESTINO de la cola se coloca delante del SOLDADO CHICO. Viste con pantalón de traje negro, cinturón marrón, camisa de manga corta blanca y zapatos de piel marrón. Lleva bolsas y dos botellas de agua. Su nombre es TAHSEEN.

SOLDADO CHICO. Nombre y pasaporte.

TAHSEEN. Tahseen Yaqueen. Este es mi pasaporte.

SOLDADO CHICA. No tiene autorización para pasar.

TAHSEEN. ¡Pero Rania es mi mujer y va a dar luz! Lo dice gritando. Señala a RANIA, la cual está esperando en la entrada.

SOLDADO CHICA. Lo siento, ella puede pasar porque tiene que ir al hospital y en Cisjordania vuestro gobierno casi no tiene hospitales. Pero tú no estás embarazado. Tienes que irte. Su tono de voz es tajante y uniforme, como si fuera una máquina.

Foto de la Jerusalén, ciudad santa, al otro lado del «check point» de Qalandia. Foto: I.M.B
Foto de la Jerusalén, ciudad santa, al otro lado del «check point» de Qalandia

ESCENA 2, TAHSEEN Y SU HERMANO EN EL COCHE

El SOLDADO 3 entra por la puerta delantera, coge a TAHSEEN y lo empuja al fondo de la sala. Los dos desaparecen por la puerta de atrás. El público sigue en la cabina con SOLDADO CHICO y SOLDADO CHICA. Ellos se levantan y se van. El «check point» ha cerrado. Hay un segundo en el que los espectadores se quedan solos en la sala, totalmente a oscuras. SOLDADO CHICO y SOLDADO CHICA vuelven a entrar en el puesto de control. La chica mueve la hoja del calendario y pasa del 2 de abril de 2012 al 3 de abril de 2013. La pareja ya no está como ayer. No se besan delante del ordenador. Hay una silla al fondo de la cabina. La soldado la coge y se sienta al lado del soldado, como si fueran dos extraños intentando evitarse. Ella tiene los cascos puestos. Él mira su Facebook en su Iphone. Intentan no mirarse. Por la puerta de atrás aparece TAHSEEN acompañado de su hermano.  Entran a oscuras, sin ser vistos por el público. El escenario cambia. Hay dos asientos de coche y un volante. El HERMANO DE TAHSEEN está sentado del lado del conductor y TAHSEEN del lado del copiloto. Empiezan una conversación. Las llaves están  puestas. El HERMANO DE TAHSEEN mira a la pareja de soldados que está en el check point. Está fumando y tira las colillas por la ventanilla del coche, cayendo al suelo del escenario.

HERMANO DE TAHSEEN. ¡Mira a esos dos! Señala a los soldados. Ayer se estaban besando y hoy ni se hablan. Así son los israelíes, parecen hechos de hielo.

TAHSEEN. Yo no creo que sean tan malos. Pero no me gusta vivir así, bajo este muro.

HERMANO DE TAHSEEN. ¿Has pedido un permiso para construir una nueva casa en nuestras tierras del pueblo? Ten en cuenta que vas a tener tu cuarto hijo. Ya no entráis todos en una casa con una sola planta. Además, en el piso de abajo vivo yo con mi familia. ¡No tenemos espacio!

TAHSEEN. Lo sé… Y me gustaría tanto tener una casa nueva con una biblioteca para mis libros… Sí que lo he solicitado, y hoy me ha llegado. Lo han denegado por ser Zona C. Tahseen mira hacia abajo.

HERMANO DE TAHSEEN. ¡Malditos cabrones! ¡Y aún encima los defiendes! Tenemos la tierra desde hace décadas, pero como está en zona C nos impiden construir en ella. Le han hecho lo mismo a todos los vecinos del pueblo.

TAHSEEN. El maldito problema ha sido los acuerdos de Oslo de 1993. Los americanos piensan que con ellos casi consiguen la paz entre Israel y Palestina, pero en realidad lo que hicieron fue fraccionar Cisjordania en una telaraña. ¡Mira la casa de los primos que está en dirección a la carretera de Hebrón! Su cocina está en zona C, depende de la administración de Israel y los dormitorios en la zona B, depende de la administración de la Autoridad Palestina. Los israelíes deniegan todas las solicitudes de construcción en la zona C.

HERMANO DE TAHSEEN. Pues eso es lo que digo. ¡Y aun encima los muy hijos de puta nos dicen que somos unos desorganizados y que no podemos hacer nuestro estado! ¿Cómo vamos a hacer un estado si habéis robado nuestras tierras y cortado nuestro territorio con tijeras? El hermano grita la última frase y mira a los soldados desafiante. Levanta las manos mostrando su enfado.

TAHSEEN. ¡No les grites o nos encarcelarán y quiero conocer a mi cuarta hija!

El SOLDADO CHICO se da cuenta que el hermano de TAHSEEN está hablando de ellos. Coge su pistola, apoyada en la esquina de la cabina. La SOLDADO CHICA, que estaba con sus cascos escuchando música, le mira preocupada.

SOLDADO CHICA. ¿Qué pasa?

SOLDADO CHICO. Nada. Ese par de locos que están esperando a la mujer embarazada que dejamos pasar ayer sin permiso. Creo que nos están insultando. ¡Aun encima que les dejamos usar nuestros hospitales gratis porque su gobierno corrupto no es capaz de construir nada! ¡Y mira cómo nos lo pagan!

SOLDADO CHICA. Se quita los cascos, coge una revista de corazón del escritorio y pasa las hojas. No te enfades con ellos o te volverán a sancionar por pasarte con los civiles. Ya sabes cómo son… ¡Unos bárbaros! Utilizan a su propia población civil para inmolarse en Jerusalén. ¿Qué esperas de ese tipo de bestias?

SOLDADO CHICO. ¿Y hasta cuándo debemos vivir con ellos? ¿Por qué no se van de una maldita vez? Hace aspavientos con las manos. Tiene  la correa del fusil agarrada con el puño derecho  cerrado.

SOLDADO CHICA.  Deja de mirar la revista y se acerca a él. No le toca, pero le habla en un tono cariñoso. Oye, siento mucho que ese terrorista matara a tu hermano en el atentado del autobús en Jerusalén… Pero… Creo que deberías superarlo.

SOLDADO CHICO. ¡Tú qué sabrás de atentados! (Aparta a la chica con un pequeño empujón en el hombro mientras grita). ¡Llevas en Israel menos de un año, tu familia es rica y americana, puedes quedarte o volver a la maldita tierra de oportunidades! Pero yo he nacido aquí, he sufrido esta mierda de guerra desde pequeño y no puedo irme a ninguna parte.

SOLDADO CHICA. ¡Que haya nacido en América no significa que sea menos judía que tú! ¡Además, hablamos de esto ayer y te dije que no me voy a ninguna parte, que Israel es mi casa y siempre lo ha sido y que quiero quedarme aquí, contigo! Vuelve a acercarse a él. Pero sigue sin tocarle.

SOLDADO CHICO. Aunque seas judía nunca sabrás lo que significa haber nacido en Israel.

La SOLDADO CHICA vuelve a ponerse sus cascos. Y se aparta de él.  No le habla pero con su gesto quiere que él se dé cuenta de que está enfadada. Una chica entra por la puerta de entrada. Es española, viste con pantalones vaqueros y camiseta corta. Enseña el ombligo. Lleva una cámara. Quiere cruzar de Israel a Palestina, al sentido contrario de los palestinos. Se sitúa delante del SOLDADO CHICO.

SOLDADO CHICO. Hola, ¿de dónde eres?

EXTRANJERA ESPAÑOLA. De España.

SOLDADO CHICO. Chica… Latina… Se ríe. Bonito país, me encanta, ¿cuánto tiempo llevas en Israel? Le sonríe coqueteando.

EXTRANJERA ESPAÑOLA. Un mes, estoy de viaje. Le devuelve la sonrisa al soldado porque está nerviosa.

SOLDADO CHICA. Pasaporte, por favor. Se saca los cascos y mira a la extranjera de modo desafiante.

SOLDADO CHICO. Déjala pasar, ¿no ves que es española? A los israelíes nos gusta mucho España.

SOLDADA CHICA. Los extranjeros, sean españoles o chinos, están obligados a enseñar el pasaporte, igual que los palestinos. Debemos cumplir órdenes. Mira al soldado.

La EXTRANJERA enseña el pasaporte a la soldado. Deja de sonreírle. LA SOLDADO CHICA inspecciona su pasaporte.

SOLDADO CHICA. Ya puede pasar.

SOLDADO CHICO. Si necesitas ayuda, aquí estamos. Vuelve a sonreír a la EXTRANJERA.

La EXTRANJERA camina con su cámara en dirección al coche donde están sentados TAHSEEN y su hermano. El HERMANO DE TAHSEEN la mira.

HERMANO DE TAHSEEN. ¡Welcome to Palestine! (Sonríe a la EXTRANJERA igual que el israelí).

EXTRANJERA. Thank you.

TAHSEEN. ¿De dónde eres?

EXTRANJERA. De España.

TAHSEEN. España, Andalucía… ¡Ahí estuvieron los árabes!

EXTRANJERA. Lo sé, soy de Málaga.

TAHSEEN. Siempre quise ir a España.

HERMANO DE TAHSEEN. ¡Mira, Tahseen, ahí viene Rania!

ESCENA 3, RANIA HA DADO A LUZ Y CRUZA EL «CHECK POINT»

Se oye el llanto de un bebé recién nacido. RANIA aparece de nuevo en las ecena por la puerta principal. Lleva el pelo recogido en un velo de flores oscuras. Tiene en sus brazos a su hija, su nombre es SARA. Está envuelta en una manta amarilla. La aprieta contra el pecho, se pone delante del SOLDADO CHICO, mientras acaricia la cabeza de su bebé.

SOLDADO CHICA. Pasa.

SOLDADO CHICO. ¿La has dejado pasar sin apuntar su nombre en el sistema?

SOLDADO CHICA . Sí, igual que tú haces con todas las extranjeras. Mira al soldado y se vuelve a poner los cascos.

RANIA cruza con SARA en los brazos y se dirige hacia el coche de TAHSEEN. Lleva una sonrisa pletórica dibujada en la boca. TAHSEEN sale del coche y coge a su hija. Abraza a su mujer. Es la primera vez que ve a SARA. Llama a la extranjera, la cual se acerca.

TAHSEEN. ¿Puedes sacarnos una foto con tu cámara, por favor?

EXTRANJERA. Sí, claro.

HERMANO DE TAHSEEN. ¡Estás loco, si nos ven sacando una foto en el check point nos meterán en la cárcel!

TAHSEEN. Pero quiero una foto con mi hija…

HERMANO DE TAHSEEN. Empuja a RANIA y a TAHSEEN a la parte de atrás del coche, al entrar, RANIA se quita el velo. Aquí dentro no os dirán nada.

EXTRANJERA se acerca a la puerta del coche. Saca a la foto.

TAHSEEN. Muchas gracias ¿Cómo te llamas?

EXTRANJERA. Isabel.

TAHSEEN. Acaricia a su hija. Yo he llamado a mi hija Sara porque es un nombre internacional, aparece en la Torá, en la Biblia y en el Corán.

RANIA. ¡Tahssen es tarde, tenemos que irnos! Le dice a su marido chillándole.

TAHSEEN escribe su correo electrónico en un trozo de papel y se lo da a la EXTRANJERA.

TAHSEEN. Mándame las fotos cuando llegues a Andalucía y acuérdate de Sara y de nosotros. Ésta es mi mujer, Rania. Éste es mi hermano. Y yo soy Tahseen. Señala a su mujer y a su hermano.

RANIA. ¡Welcome to Palestine! (Sonríe).

TAHSEEN cierra la puerta. La EXTRANJERA vuelve a cruzar el «check point» y desaparece por la puerta principal. Una vez dentro del coche, RANIA le pregunta a su marido.

RANIA. ¿Y los papeles de la casa? ¿Han llegado? ¿Nos van a dejar construir una casa más grande? RANIA mira con cara preocupación a TAHSEEN.

TAHSEEN. Sí, han llegado. Sonríe y mira hacia abajo.

RANIA. ¿Y?…

TAHSEEN. Creo que Sara va a tener que esperar para tener una habitación nueva.

ESCENA 4, EL «CHECK POINT» VACÍO

LA SOLDADO CHICA cambia de nuevo la hoja del calendario. La deja lista para el día siguiente. Es 4 de febrero del 2013. Sale por la puerta sin despedirse de su novio. A continuación, el SOLDADO CHICO se va con el fusíl en la mano. El público se queda solo en la cabina, puesto de control. Todas las luces (exteriores e interiores) se apagan. Silencio absoluto.

 

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