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La cena de los 500 invitados

Te invito a cenar y sus chefs estrella
Te invito a cenar y sus chefs estrella

En Navidad el precio del besugo se dispara, la elección de dulces a la hora de asaltar la bandeja es un dilema, y la reunión con los parientes acaba cuestionando el sentido de la familia. Sin embargo, hay personas que acuden a la parroquia más cercana a por una bolsa con la que pasar el mes. Para ellas, siete asociaciones han preparado «Te invito a cenar», una iniciativa que pretende servir un menú de lujo para la noche del 22 de diciembre. Cocineros como David Muñoz (tres estrellas Michelín) o Quim Casellas (1 estrella) prepararán platos para 500 invitados.

Uno de los pilares de esta obra son los voluntarios. Según Ignacio Santa María, responsable de comunicación del acto, «van a ayudar a cocinar, a servir las mesas, en el coro. La gente se está apuntando dispuesta a trabajar de lo que sea».

Carmen Romo, estudiante de Físicas, es una de ellas. En exámenes, hay días en los que no tiene más remedio que tumbarse sobre sus apuntes en la mesa de la biblioteca, llenos de fórmulas con aspecto de jeroglífico. El sueño y una pasión por las picotas que desafía a la de Popeye por las espinacas restauran sus fuerzas. Pero el estudio no le impide colaborar con el Banco de Solidaridad, una de las asociaciones que promueven la cena. Una vez al mes visita a una familia dominicana en Tetuán. Comenta que el trato es muy bueno, que «siempre me quedo a charlar tranquilamente».

En la cena, será camarera.

LA ONG BOCATAS, IMPULSORA DE LA CENA

Jesús de Alba, Chules, es uno de los responsables de la ONG Bocatas. Cada viernes por la noche, sobre las ocho y media, cerca de diez coches salen desde la Parroquia de Santo Tomás Apóstol hasta el poblado de Valdemingómez. Son los voluntarios de la asociación, muchos de ellos estudiantes de bachillerato.

Para llegar, los conductores tienen que hacer piruetas evitando la cantidad de baches, auténticos cráteres, en el camino de tierra que lleva hasta el poblado. Allí les espera una furgoneta blanca de la organización. Tiene la bebida y la comida que se va a repartir. También un hornillo para calentar el menú de la noche: lentejas, carne, cocido…

«Lo que tenemos en común todos los que vamos a promover la cena es la pasión por el hombre, por las personas concretas que uno se encuentra cada día», comenta Chules cuando se le pregunta cómo surge la iniciativa.

Los voluntarios levantan una hoguera, que sirve tanto para calentar el cuerpo como para dar la señal de llegada. Poco a poco, empiezan a llegar cuerpos famélicos y rostros demacrados y huesudos, como de ultratumba. Los muchachos de bachillerato les reciben tras una mesa que hace las veces de barra:

-¡Muy buenas! ¿Qué te apetece? Hoy de plato caliente tenemos pasta con carne, ¡con carne!

 Dependiendo de la persona, la respuesta puede ser temblorosa o firme:

 -Pues dame, hombre, dame un platito. Y de beber ¿qué tienes? ¿No tendrás por ahí zumo de cebada, eh amigo? Jeje.

Chules irá de voluntario a la cena porque «es una ocasión estupenda para dar a conocer lo que hemos encontrado: la gratuidad». «Nadie quiere estar con los que menos tienen y todo el mundo quiere aparecer al lado de los más poderosos. Sin embargo, por el tesoro que tenemos, sabemos que la felicidad de la vida no está ahí, sino entre los más pobres», continúa.

Una de las personas que irá a la cena conoce perfectamente el poblado de Valdemingómez y a la ONG. Se llama Jesús Martínez, pero todo el mundo lo conoce como Sandokan. Cada viernes, vuelve al lugar donde una vez vivió: «Mi mote viene de que, en la época que yo estaba enganchado, tenía el pelo y la barba muy largas. Al ver a los de Bocatas, iba cantando hacia ellos. Chules me puso el mote».

Sandokan era vigilante de seguridad. «Poco a poco, vas entrando en la soledad. Y la droga es un refugio, no te hace ver la realidad tal como es», cuenta. Ha perdido sus melenas y su cabeza ahora es redonda como una bola de billar. Cuando habla de su pasado, lo hace con naturalidad. En sus palabras no hay lamentación o autocompasión; está encantado de hablar de su experiencia por si puede «ayudar a otros». «Tener buenos amigos en la vida es muy importante». Sandokan irá de invitado a la cena: «Me hace mucha ilusión, porque estaré con mis amigos. Estoy contento con ellos porque me han devuelto la alegría de vivir». Y continúa soltando la ristra de nombres de quienes son sus amigos.

Ahora trabaja en un despacho de abogados, ayudando con los recados. En noviembre celebró su cumpleaños en la parroquia desde donde salen los coches rumbo a Valdemingómez. Se reunieron más de cincuenta personas.

CÁRITAS

Con la llegada de la Navidad, Cáritas pone en un marcha una de sus campañas de sensibilización. Este año, «Navidad, es tiempo de esperanza». En Argüelles, la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso tiene más actividad que nunca por estas fechas.

A la entrada de la iglesia, hay un mendigo pidiendo. Su voz tiene algo de socarrona. Repite siempre la misma frase. Pero no como una letanía, sino como algo más áspero y descreído, como el sonido de un badajo demasiado agudo y oxidado. Parece sacado de la película «Plácido» de Berlanga. Alarga las eses cuando dice «limosna»:

-Una limosna por caridad

-Una limosna por caridad

-Una limosna por caridad

Despensa de la parroquia
Despensa de la parroquia. Foto M.J.

Carmen Rosa e Isabel están al frente del servicio de Cáritas en la parroquia. Desde noviembre dirigen la «operación kilo», consistente en la recogida de alimentos no perecederos. Se sorprenden de la cantidad de aceite de oliva que ha llegado, «¡con lo caro que está!». La bolsa de la comida se reparte entre «gente en paro, extranjeros y, ahora, muchas familias españolas», afirman. Se entrega en los salones parroquiales. Hay un pequeño refrigerio, a modo de encuentro, entre las distintas personas que reciben la ayuda: «Se les ofrece café, zumo y algo de comer. Con este gesto, charlan entre ellos y se sienten muy acogidos», comentan ambas.

Carmen e Isabel, al mirar el almacén repleto y las bolsas de comida preparadas para la entrega, exclaman: «La gente es muy generosa. La gente es extraordinaria».

Al preguntarles por el pedigüeño de la puerta, dicen que se ha negado a todo tipo de ayuda: «Se llama Eduardo, le hemos ofrecido de todo pero no nos hace caso. Sólo quiere que le dejen pedir tranquilo», comentan entre risas.

A la salida de la iglesia, el mendigo indómito sigue con su cantinela. Pero, ¡el oído no en engaña! Sus peticiones tienen un toque particular:

-Una limosna por caridad

-Una limosna por caridad

-Una limosna por casualidad

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Te invito a cenar

El 22 de diciembre, en el Palacio el Negralejo, (Rivas Vaciamadrid) se servirá un menú confeccionado por  siete de los mejores  cocineros de España. David Muñoz, con tres estrellas michelín; Sergio Fernández, el cocinero de «Las mañas de las mañanas de la 1»; Chema de Isidro, maestro de cocineros; Carles Mampel, pastelero y dueño de Bubo; Juan Pozuelo, del Grupo raza Nostra; Ricard Camarena, dueño del restaurante R.C., con una Estrella Michelín; Quim Casellas, chef de Casamar con una Estrella Michelín; Clara P. Villalón, ex concursante de MasterChef.

Siete asociaciones, integradas en la Compañía de las Obras, impulsan la iniciativa:

Casa de San Antonio

Banco de Solidaridad

Bocatas

Cepi-Cesal

-Asociación Alto Tajo

Casa de la Almudena

Familias para la acogida

 

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2 comentarios en «La cena de los 500 invitados»

  • QUE cada dia seamos mas solidario el año tiene 365 días y todos los días son navidad por que JESUS en nuestro CORAZON tiene que esta siempre a sin que nos tenemos que alludar todos los días

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  • Señora, mis ojos sangran con ese apocalíptico ‘a sin’. Que Dios se apiade de su alma.

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