Coslada

El cierre de la fábrica que apostó por el primer CD de España

Corre el año 1959. Madrid se desplaza en tranvía y la ciudad se abre hacia el área metropolitana. El país comienza a remontar tras lustros de miseria con el Edificio España, a los pies de Gran Vía, como símbolo de la apertura económica. No muy lejos de allí, en un modesto piso de la calle Santa Engracia, comienza a gestarse la que será la fábrica de discos más importante de España. El baile acompasado entre la aguja y el surco de los vinilos formó parte de la banda sonora de un Madrid que hoy recordamos en blanco y negro.

Ahora, la empresa Iberofón, que un grupo de amigos levantó en ese pequeño lugar, se ha convertido en otra fábrica abandonada tras cerrar el pasado 28 de febrero después de 55 años de actividad. Esa minúscula factoría, hoy desposeída de su nombre original y rebautizada como Sonopress, comenzó su andadura montando codiciados muebles tocadiscos. El éxito y los encargos obligaron a trasladarse en 1974 al incipiente polígono industrial de Coslada, surgido al abrigo del crecimiento económico que se vivía en la capital.

«En aquella época no había casi nada alrededor», comenta Julio Ayuso, presidente del comité de empresa, con 38 años de antigüedad en la fábrica a sus espaldas. Recuerda que entró a trabajar en la empresa en 1975, un año después de su apertura en la ciudad del Corredor del Henares y rememora que la empresa tenía que traer a los trabajadores en autobús porque «hasta allí no llegaba nada». Durante esta cincuentena han producido vinilos, cassettes, CD, DVD y Blu-Ray, ostentando el orgullo de haber sido los primeros en haber fabricado un CD en España, en el año 1987.

De este polígono industrial han salido clásicos como Enamorado de la vida (1983) de Raphael, Entre enemigos (1988) de Luis Eduardo Aute o Hey! (1980) de Julio Iglesias. También superventas como el millón de copias inesperadas que alcanzó en 1999 el primer disco de Estopa titulado con ese mismo nombre o los éxitos de El Canto del Loco. «El proceso de fabricación tras la grabación era inmediato», explica Ayuso. En el mismo recinto de Sonopress en 2009 echó el cierre Sonoland, el estudio donde se gestaron los mayores éxitos de la música española. «Según terminaban los cantantes de grabar comenzaba la fabricación», explica.

Vista del estudio de grabación y de la fábrica. Foto: D. N.
Vista del estudio de grabación y de la fábrica. Foto: D. N.

La factoría ha parado sus máquinas a pesar de estar bajo el paraguas de la multinacional alemana dedicada a los medios de comunicación Bertelsmann, que compró Sonopress en 2006 y la renombró como Arviato Digital Services. «Morimos fabricando 20 millones de unidades durante el año pasado», espeta indignado y, a la vez orgulloso Ayuso. Sonopress, como es popularmente conocida en Coslada, era la última gran fábrica de discos en España. El año pasado se produjeron en nuestro país 63 millones de unidades, por lo que aproximadamente un tercio de la producción total se realizó en esta ciudad del este de Madrid. El veterano trabajador, que ha llevado las negociaciones de despido con la multinacional, tiene la amarga sensación de que podrían haber seguido llevando discos a las casas. El último «made in Spain» impreso en Coslada se puede leer en el libreto del DVD de la película Metallica: Through the Never que el cuarteto estadounidense estrenó en agosto de 2013.

Julio Ayuso lleva «toda una vida fabricando discos» y, como presidente del comité de empresa, sabe muy bien de lo que habla. «La fábrica alega pérdidas durante los cinco últimos años», comenta enfadado. Esta cifra contrasta con las que dan los trabajadores, que presentaron un plan de viabilidad alternativo que contemplaba el despido del 40 por ciento de la plantilla –la mayoría por prejubilaciones– para mantener viva la factoría. El cierre deja a 134 personas en la calle, la mayoría de ellas del Corredor del Henares. «Trabajo había».

«Morimos fabricando 20 millones de unidades durante el año pasado»

Los amantes del rock recuerdan con tristeza la muerte de Elvis. Julio Ayuso rememora aquel 16 de agosto del 77 como una de las más intensas de su carrera. Su muerte les hizo trabajar más allá del anochecer una jornada tras otra. «Hicimos una tirada especial de un millón de cassettes y un millón de vinilos de sus grandes éxitos», comenta. Aunque también recuerda que por aquella época, «sin que ocurriera nada especial», Sonopress llegaba a producir entre 60 y 70 millones de unidades al año. «Había turnos especiales de fin de semana y se trabajaba las 24 horas del día».

«Han sido unas negociaciones largas y duras», explica Alfredo Cuerva. Berstelmann, después de meses de conversaciones con los empleados, acordó unas condiciones por encima de las que fija la última reforma laboral. Las indemnizaciones se fijaron en 40 días por año trabajado hasta un máximo de 40 meses y un lineal de 5.000 euros.

Alfredo Cuerva entró en Sonopress hace 25 años. «Comencé a trabajar en el área de tapografía –un tipo de impresión de los CD– y desde entonces estuve entrando y saliendo hasta hace 17 años», cuando le hicieron fijo. De su experiencia en la empresa se acuerda de los grandes éxitos que han llevado al formato CD y, por encima de todo, el incendio de 1992 que arrasó con casi toda la maquinaria. «Fue un susto. Se provocó por un operario que vino a tapiar el suelo».

«La piratería nos ha podido»

El comité de empresa de Sonopress explica que la multinacional –con la que no se ha podido contactar para este reportaje– achaca el cierre a la «descarga ilegal de música y películas de internet». La venta de música grabada en España descendió en 2013 por duodécimo año consecutivo. Los españoles se gastaron 119,8 millones de euros en comprar música, un 15,1 por ciento menos que el año anterior. Cifras muy lejanas al récord de 626 millones de euros de ventas en 2001.

«La piratería nos ha podido», lamenta el guardia de seguridad cuando asoma de la garita para despedir a uno de los últimos coches que atravesará esa barrera. Al preguntarle por quién queda en la fábrica, se resigna a apuntar que «ya nadie». «Solo queda el comité de cierre y en unos tres meses todo estará desmantelado». Hasta entonces tendrá que cumplir con su turno a rajatabla como lleva haciendo desde hace seis años, pero tendrá que cambiar los saludos y las charlas con los empleados que van y vienen por horas muertas en la garita. Desde el día 28 de febrero, de Sonopress solo queda el fantasma de lo que fue. «Es una pena. 134 trabajadores a la calle. Afortunadamente yo soy externo a la empresa. Solo espero que me manden a otro lado».

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Un comentario en «El cierre de la fábrica que apostó por el primer CD de España»

  • es una pena. La ley antipirateria que tanto nos prometía el gobierno uno tras otro y que nunca llega porque economicamente no les interesa. Las multinacionales que abusan de los trabajadores, alegan perdidas, cuando todo es una estrategia comercial.. pero en españa es facil alegar perdidas … todo esto se permite y se permite que 134 familias queden en la calle desprotegidas ante un futuro incierto y unas malas edades. Bertelsman que alega benificios años tras años no ha sido capaz de recolocar a esta plantilla. gracias

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