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Chamberí, una de las zonas más demandadas para vivir

Chamberí, el distrito más pequeño de Madrid,  se ha convertido en una de las zonas más pobladas y más demandadas de la capital. Son muchos los encantos y rincones que esconde, desde su epicentro en la plaza de Chamberí hasta en sus más recónditas calles. No es de extrañar que sea uno de los barrios más cotizados. Se encuentra en una de las zonas más céntricas, pero sin los agobios que eso conlleva. Sus buenas comunicaciones, su diversidad comercial y su ambiente sociocultural hacen de este distrito el lugar idóneo para establecerse en la capital.

Transformaciones del barrio

Su nombre procede de la época de Napoleón, cuando las tropas francesas ocuparon Madrid y se instalaron en un campamento en torno a la actual plaza principal del distrito. Fueron los propios militares quienes le pusieron el nombre por la ciudad francesa de Chambery, capital de Saboya.

El que fue un arrabal de Madrid y coto de caza de la aristocracia en tiempos de Felipe IV en 1625, se convirtió en una alternativa residencial en el siglo XIX, como consecuencia del aumento de población.

En las calles en las que hoy conviven jubilados, estudiantes, inmigrantes y familias de clase media, antes coexistían la clase trabajadora con la aristocracia madrileña. Los obreros de las industrias existentes en la zona contrastaban con la clase alta que se había construido allí sus palacetes y casas burguesas, sobre todo en la zona de Almagro conocida como el triángulo de oro. Hoy, es la zona administrativa del distrito donde se encuentran la mayoría de las embajadas, la sede del Partido Popular y el Defensor del Pueblo.

En los seis barrios que conforman Chamberí (Gaztambide, Arapiles, Trafalgar, Almagro, Ríos Rosas y Vallehermoso) se distribuyen sus más de 150.000 habitantes. Los chisperos, nombre con el que se denominan a sus residentes, disfrutan de una gran oferta de ocio cultural. Los Teatros de Canal son un buen ejemplo en donde poder deleitarse de la danza, la ópera, el flamenco u obras de teatro, entre otras muchas actividades.

A unos metros más al norte, se sitúan las instalaciones deportivas, construidas sobre los primeros depósitos de la empresa pública Canal de Isabel II, responsable de la gestión del ciclo del agua en la Comunidad de Madrid. El complejo deportivo, inaugurado en el 2007, está formado por pistas de pádel, fútbol, atletismo y golf. Además, en otros dos edificios adyacentes se encuentran las piscinas de verano y un gimnasio con actividades dirigidas y una sala de musculación. Un referente para los amantes del deporte.

Plaza de Chamberí. Foto: Jose Alfonso
Plaza de Chamberí. Foto: Jose Alfonso

Cuatro importantes museos componen el barrio de Chamberí: el Museo Geominero, el Museo Sorolla, el Museo del Metro y el Museo de Arte Público, antes llamado Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana.

Si lo que te gustan son las compras, Chamberí es tu barrio. Cuenta con una importante área comercial, una mezcla entre grandes superficies repartidas entre la calle Fuencarral y Santa Engracia y pequeños comercios con una larga trayectoria, que se adaptan perfectamente a las nuevas propuestas de negocio.

Un comerciante de la zona, Daniel, dueño de una famosa zapatería en la calle Fernando el Católico, lleva 25 años en el negocio familiar que ha pasado de generación en generación. Daniel cree que, a pesar de que las ventas han descendido, el pequeño negocio sigue funcionando. Afirma que es una zona tradicional que no ha perdido el concepto de barrio.

No hay que olvidarse de la magnífica cantidad de oferta de restauración, desde lugares icónicos como La Espuela de Oro, La Taberna de Moncloa, El Rey de las Tortillas o El doble; hasta restaurantes lujosos de reciente apertura como Perrachica, Opium Madrid o Conlaya.

Todo tiene un precio

El distrito de Chamberí cuenta con una importante tasa de envejecimiento, mayores de 65 años, y un crecimiento en ascenso de inmigrantes en los últimos años. Además, al localizarse tan próximo a la zona universitaria, los estudiantes lo han convertido en su zona predilecta para vivir y, como consecuencia de esta demanda, han propiciado la subida del precio de los alquileres.

Un estudiante, Héctor, explica que para él es «un barrio perfecto que tiene muy buenas comunicaciones». Lleva tres años compartiendo piso con una chica en la calle Galileo, cada uno paga 350 euros por su habitación más los gastos comunitarios. «No es una vivienda barata, pero merece la pena pagarlo; estoy muy cerca de mi universidad y la zona es muy tranquila», afirma.

Una casa de dos habitaciones oscila entre los 850 y los 900 euros. El precio de los pisos varía en unos 100 euros menos en el caso de que no se encuentren amueblados. Es decir, se paga aproximadamente unos 400 euros por habitación, 13,73 euros por metro cuadrado; frente al barrio de Salamanca, el más caro, que son 14,15 euros por metro cuadrado y Villaverde, el más barato, que son 7,74 euros el metro cuadrado.

En cuanto a la venta, nos encontramos un panorama similar al del alquiler. Los pisos más caros se encuentran en la zona de Salamanca donde el metro cuadrado está valorado en 4.495 euros y en Chamberí con 3.927 euros por metro cuadrado y con una pequeño aumento del 2,35% con respecto al año anterior. Entre uno y otro, se sitúa Chamartín con 4.191 euros por metro cuadrado, según los datos proporcionados por pisos.com.

Muchos de los pisos son comprados por inversores, que aprovechando las circunstancias del mercado inmobiliario compran los pisos para posteriormente, alquilarlos a estudiantes, que suponen el 80% del alquiler en el distrito.

Chamberí es un barrio de contrastes, un barrio que ha conseguido unir la tradición con la modernidad formando una combinación única.

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