Moncloa-Argüelles

Las cumbres borrascosas de la Librería Alberti: historia de una inundación

alberti

El 15 de noviembre, horas antes de que el techo de la Librería Alberti se viniese abajo, Lola Larumbe la abrió como todos los días desde hace más de treinta y cinco años. A las siete y media se presentaba allí mismo una nueva edición de Cumbres Borrascosas, un capricho del destino.

-Empezó a caer agua poco a poco. Intentamos salvar algunos libros, pero cuando vimos que no había nada que hacer salimos. Entonces, todo se vino abajo.

Miles de litros de agua caliente provenientes del circuito de la calefacción central del edificio cayeron sobre las estanterías. El motivo: unas obras en el piso superior en las que se tocó lo que no se tenía que tocar.

Se perdieron más de cinco mil libros y una de las lámparas más emblemáticas del establecimiento, obra del ceramista Arcadio Blasco. El resto -las luces, el aire acondicionado, el techo y el mobiliario- podrá recuperarse. El perito todavía no ha calculado el valor de los daños.

A pesar de todo, la librería abrió al día siguiente.

-Al principio no teníamos ordenador, y ahora mismo un librero sin ordenador es como si no tuviera ni manos ni pies ni ojos. Estábamos en la puerta como para decir «no estamos cerrados y no vamos a cerrar». Era lo más importante.

pub-presentacion-aramburu
Presentación del último libro de Fernando Aramburu en el pub Singles. Foto: Pep Amengual

Los famosos «Encuentros en Alberti», por los que han pasado los principales rostros de las letras españolas de las últimas décadas, tampoco se paralizaron. Vecinos, amigos y clientes ofrecieron sus espacios para realizar las actividades previstas por la librería. Dos días después de la inundación, Fernando Aramburu presentó Patria, su nueva novela, en un pub setentero que prestó su espacio a la librería. Hablaron de literatura entre luces de colores y bolas de discoteca. Hay una suerte de imán para las situaciones inverosímiles en la Alberti.

-Nos han pasado muchas cosas, siempre exageradas. Hace tres años tuvimos un robo que se salió de lo normal. Nos hicieron un butrón. Es una forma de robar en las cámaras acorazadas de los bancos o de las joyerías. Rompen la pared en un local contiguo y entran. No fuerzan las cerraduras ni los escaparates. Los ladrones accedieron desde un local contiguo, que no estaba alquilado. Rompieron la pared a martillazos. Era algo típico de los años 60, 70 y 80. Lo peculiar fue que en una librería no se había hecho. Entraron buscando dinero, porque novelas no se llevaron.

La historia de Larumbe tampoco se escapa a lo pintoresco. Estudió biología, aunque su pasión andaba por otros derroteros. Antes de terminar la facultad, decidió con unos amigos que quería montar una librería. Porque sí. Porque, como dice, era ingenua, inocente y tenía una idea romántica de la vida. Entonces se toparon con la Alberti, que estaba cerrada temporalmente. Entraron para comprar las estanterías y salieron con un contrato de alquiler. Fue en 1980. Ha llovido mucho desde entonces, aunque el libro en papel todavía sigue vivo.

24 comentarios en «Las cumbres borrascosas de la Librería Alberti: historia de una inundación»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *