Guadalajara

La educación alternativa llega a Azuqueca de Henares

Entrada del Colegio Público «La Paloma»
Entrada del Colegio Público «La Paloma». Fotos: Mario Espejo

Todos los estudiantes han sentido alguna vez pánico al escuchar las palabras «El viernes examen». El profesor mandaba estudiar un bloque temático que más que aprendizaje, exigía memoria. El colegio público «La Paloma» de Azuqueca de Henares ha sido pionero en la provincia de Guadalajara en dar fin a esa metodología tradicional, dando paso a una educación que se caracteriza por extinguir el uso del «libro-guía» y que ha generado algunas disconformidades con el método por parte de algunos padres.

En España, esta innovadora técnica educacional se está implantando e imponiendo a la educación tradicional basada en libros y exámenes. El Colegio Madre de día de Granada, el Colegio San-Pedro de Barcelona o La Casita Spring de Madrid son algunas escuelas de educación primaria que enseñan mediante este sistema conocido bajo el nombre ‘Método Montessori’, cada vez más presente y más aceptado entre la docencia y la pedagogía.

En Azuqueca de Henares, este modelo educativo llamado por los integrantes del colegio como ‘Método Proyectos’ trata de desarrollar en los más pequeños una libertad creativa de búsqueda de información sobre un tema.  Según palabras de su creadora, la italiana María Montessori, «Esta investigación y exploración de manera individual e independiente provoca en los niños una estimulación de todos sus esfuerzos, permitiéndoles actuar, querer y pensar por sí mismos». Los profesores se establecen como observadores y guías de todo este proceso de aprendizaje con el propósito de intervenir cada vez menos en su desarrollo evolutivo.

Algunos de los «proyectos» de los niños
Algunos de los «proyectos» de los niños.

Enseñanza sin libros

Este sistema de educación alternativo tiene la peculiaridad de realizarse sin ningún tipo de libro guía. Esto facilita no sólo el ahorro que para muchas familias supone, sino que los niños no tengan que cargar con un peso desmesurado de material escolar en la mochila. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, un niño carga, de media, unos 10-12 kilos en su espalda, pudiendo ocasionar escoliosis y subluxaciones en la columna. La carga total que dictamina la OMS no debe sobrepasar el 15% del peso del estudiante, siendo este método sin libros que cargar ideal para no acarrear con ese peso.

Asimismo, el material que recopilan diariamente los niños tiene un control de error, enseñando que el desacierto forma parte del proceso de aprendizaje y estableciendo en los jóvenes una actitud positiva frente al fallo, desarrollando más confianza en sí mismos.

En «La Paloma», dejando de lado las matemáticas, que se explican mediante otra técnica, las demás asignaturas forman una única materia que se divide en ‘proyectos’.  Este plan, fraccionado temáticamente durante el año, es la piedra angular en la que giran las otras cinco asignaturas restantes: Lengua, Inglés, Sociales, Naturales y Arte. Así pues, centrados en el primer proyecto que trata sobre el Cuerpo Humano, las demás materias ajustan su contenido en el aprendizaje de las distintas partes de éste, ayudando a los jóvenes alumnos a permanecer concentrados por períodos prolongados que no deben ser interrumpidos.

El profesor de uno de los cursos de segundo de primaria, Daniel Ramírez, estimula a los pequeños, por ejemplo, ocultando todos los días partes de un esqueleto humano de papel que los niños tienen que encontrar y colocar en un corcho. De esta forma, se propicia una motivación en el alumno para que encuentre el material de aprendizaje. La clase, fraccionada en cuatro grupos de trabajo, son los encargados de encontrar y traer el material que diariamente se trabaja en el aula. De este modo, el grupo de proyecto que el profesor Daniel Ramírez nombra como «Grupo Bob Esponja», tiene la labor de traer el próximo día información sobre una parte del cuerpo humano y explicarla a los demás grupos. En palabras del profesor, gracias a esta metodología «Los profesores también aprendemos con la cantidad de información que traen los alumnos».

«Lolo», esqueleto de papel donde los niños colocan los huesos escondidos.

En fase de prueba

Aunque innovadora, esta metodología generó algunas discrepancias por parte de los padres en el momento de instaurarse, alegando la mayor carga de trabajo que supone para algunos padres este método. Sin embargo, según la directora del centro, Silvia de la Sen «al principio algunos padres sí que se mostraron contrarios a esta forma de aprender, pero ahora están encantados».  Por otra parte, el hecho de que la enseñanza sea grupal y diaria no quita que la educación y enseñanza tradicional a base exámenes haya sido eliminada en su totalidad. El profesor Daniel Ramírez explica que, por su parte, estos exámenes se siguen realizando para ayudar a establecer una nota individual más justa, ya que «lo que siempre ha funcionado no hay por qué quitarlo» y que además, todavía se encuentran en una fase de «ensayo y error».

Aún no se sabe si esta revolución en la educación acabará por asentarse en la mayoría de los colegios de educación primaria. Lo que sí queda fuera de dudas es que la educación tradicional está en entredicho más que nunca.

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