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Aprender idiomas entre cañas y libros

Víctor, Sara, Andrea y John Charles conversan en inglés
De izq. a dcha., Víctor, Sara, Andrea y John Charles conversan en inglés. Fotos: M. Dorado

Los miércoles, jueves y sábados por la tarde, la pintoresca cafetería-librería internacional J&J Books and Coffee, radicada en el corazón del barrio madrileño de Malasaña, se convierte en un lugar de reunión donde se dan cita personas de diferentes nacionalidades para realizar intercambios de inglés-español. Entre risas y cañas, en un ambiente familiar y amigable, se consigue crear una atmósfera idónea para aprender y divertirse al mismo tiempo.

Al entrar en el número 47 de la calle Espíritu Santo, se abre un mundo paralelo donde el inglés es el protagonista que coloniza todas las conversaciones. Bajando una estrecha escalera de madera, se llega a un sótano que alberga hasta 10.000 libros de segunda mano en inglés. Se trata de un fondo irregular en el que caben desde superventas a guías de viajes, clásicos, literatura infantil, biografías o novelas de misterio. Cuando el reloj marca las ocho, la música que ameniza la sala desaparece y poco a poco empieza a aparecer un tumulto de gente, bebida en mano, que ocupa las mesas del centro y cada recoveco del espacio hasta llenarlo por completo.

Los hay habituales que se conocen entre sí, pero también mucho primerizo que prueba la experiencia de practicar una lengua extranjera de manera amena y gratuita (hay una regla no escrita que obliga a pedir al menos una consumición). Cualquiera es bienvenido y acogido con una naturalidad sorprendente. No hay posibilidad de quedar aislado, porque Kelley Walling, el anfitrión del intercambio, rápidamente le introduce en un grupo. Desde hace nueve años, cuando decidió conducir estas charlas voluntariamente, este nativo de Alaska se encarga de presentar a unos y otros, intentando en todo momento que los asistentes se sientan cómodos. Prefiere decir de sí mismo que es «el desorganizador». Es traductor freelance y habla tres idiomas -inglés, español y portugués-. Trabaja para una multinacional, a la vez que da clases particulares por Skype.

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Kelley Walling (dcha.), anfitrión del encuentro, posa junto a uno de los asistentes 

Walling está casado con una española, por lo que venir a estos intercambios es para él un modo de conocer personas de diferentes culturas y también compatriotas con los que, de manera distendida, pasar un buen rato hablando en su lengua materna. «He conocido gente de distintos países: Reino Unido, Francia, Noruega… Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre hay muchos americanos», relata.  Respecto al número de asistentes, señala que «la ratio cambia según el día, pero hablamos de alrededor de 20 a 50 personas». Añade que «el 90% de los que vienen quieren hablar en inglés y el 10% restante pretende practicar el español».

Para este alaskeño, las reuniones que se realizan en este bar se diferencian de otras por su flexibilidad. Son encuentros espontáneos en los que entablar una conversación con cualquiera es sencillo. «Hay otros intercambios que son muy formales y estructurados, en los que el organizador pide una rotación de parejas para que se hable con todo el mundo. Aquí no es así y cada uno charla con quien quiere. Los que vienen se toman muy en serio mejorar su inglés y suelen tener ya cierto nivel, por lo que aprenden bastante», destaca.

Es sábado por la noche y el sótano de J&J Books and Coffee está a reventar. A Walling se le ha acabado el botellín y, tras volver con uno entero, confiesa a Madrilánea con tono guasón que a veces canta durante estos eventos:

–Do you have a request? (¿Tienes alguna petición? – pregunta)

–In English? (¿En inglés?)

–Yes, but I also know two songs from Raphael (Sí, aunque también conozco dos canciones de Raphael)

–Is «Mi gran noche» one of them? (¿Es «Mi gran noche» una de ellas?) [Duda antes de responder que ese tema no está en su repertorio y arranca a interpretar «Escándalo»]

–Do you know «Another one bites the dust» from Queen? (¿Conoces «Another one bites the dust» de Queen?)

Y, de repente, metido en el papel de Freddie Mercury, entona el estribillo de la canción de la banda británica.

El bar está a reventar desde las 20 horas que comienza el intercambio
El bar está a reventar desde las 20 horas que comienza el intercambio

En medio de todo el barullo, en una mesa situada al fondo de la sala, Sara, ingeniera agrónoma de 29 años, y Víctor, coach y publicista de 40, conversan sobre las principales motivaciones que les han traído hasta el lugar. Es la primera vez que Sara asiste a este intercambio, pero ha estado previamente en otros. Lo que más le atrae de estos encuentros es «conocer gente distinta, con quienes comparta alguna afición», en un ambiente cosmopolita.

Por su parte, Víctor visita regularmente este local, concretamente desde septiembre, porque es un entorno tranquilo y relajado, propicio para adquirir fluidez en inglés, y donde se «motiva la conversación y el debate». Aparte del componente social, este coach acude a los intercambios en busca de su crecimiento personal: «Me gusta escuchar a otras personas y ver lo que me pueden aportar». Le sorprende cómo cambia la afluencia y el perfil de los que asisten a las reuniones según la semana. Eso sí, aclara que «es fácil integrarse en cualquier grupo». A pesar de que su objetivo es hablar en inglés, comenta que si hay alguien interesado en cultivar su español se dedica un tiempo a cada uno de los idiomas para que el aprendizaje sea recíproco.

En el otro extremo de la mesa, se encuentran John Charles (23 años), biólogo de Kentucky (Estados Unidos), y Andrea, de Roma (Italia). Ambos quieren mejorar su español, sobre todo John Charles que es auxiliar de conversación en un colegio de Madrid. Mientras charla con Andrea aprende nuevas palabras que añade a la aplicación de notas de su móvil. Hacer oído es muy importante cuando se estudia un idioma. Por eso, pide recomendaciones de series españolas que tengan buena crítica y que le ayuden a dar un salto cualitativo en su conocimiento de la segunda lengua más hablada a nivel mundial.

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Fachada del local situado en Malasaña
Fachada del local de Malasaña 

Este local pequeño y singular, que nació en el año 2003, es uno de los pioneros en organizar este tipo de encuentros. Aunque hay bastantes más bares repartidos por toda la capital que fomentan esta práctica, este es uno de los más famosos. «Llevamos desde 2005 haciendo los intercambios», cuenta a Madrilánea el propietario del establecimiento, el americano David Cardillo.

No es la única actividad que realizan en su interior. Además, J&J Books and Coffee celebra la Quiz Night los viernes a partir de las 23 horas, que consiste en un juego de preguntas en el que, por equipos de máximo cuatro personas, compiten por ver quién es el ganador de la noche. Da igual el día de la semana, el entretenimiento en el local está asegurado.

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