ActualidadCongreso de Periodismo Digital 2019

Periodismo contra el reloj

De izquierda a derecha, Juan Rodríguez Talavera, Dori Muñoz y Antonio Rull, en la mesa redonda «Tráfico vs Audiencia» Foto: Óscar Rus

 


 

¿La audiencia hace al periodista o a la inversa? En las redacciones contemporáneas de gran parte de los medios de comunicación es común la presencia de una pantalla, de la que todavía hoy algunos románticos reniegan, que mide los datos de audiencia en una suerte de ránking de los horrores. A mayor número de visualizaciones de una noticia en concreto, mayor es la dosis de orgullo que al periodista le insufla el hecho de comprobar que su artículo copa los primeros puestos de la clasificación. No importa la permanencia del lector en la noticia en cuestión, solo el tráfico de visitas por minuto. Es la lucha eterna del periodista contra un dios Cronos renovado, el de la inmediatez.

Antonio Rull, el que otrora fuera analista de eldiario.es, en calidad de moderador, ha reflexionado junto a Dori Muñoz, de El Confidencial, y Juan Rodríguez Talavera, del diario AS, en la segunda jornada del Congreso de Huesca sobre la idoneidad del departamento de medición de audiencia y datos en el entorno de la redacción en un tiempo de embotamiento periodístico en lo que al mundo de las audiencias digitales se refiere. El problema no es tanto la forma en que el periodista acomoda su trabajo al universo fluctuante de las audiencias como la capacidad para abrazar esos porcentajes sin pervertir la labor del profesional.

En palabras de Rull, estos departamentos que trabajan con los datos de audiencia tienen el ministerio de «hacer que los periodistas no se sientan presos» a través de reuniones diarias o de una rutina de trabajo común para explicarle al periodista la letra pequeña de esos porcentajes.

«En El Confidencial tenemos un equipo de personas que se sirven de estos datos para dar soporte a la redacción», replicó Muñoz. Una especie de laboratorio que hace entender a la redacción las métricas de trabajo —las páginas vistas, el tráfico y la retención de audiencia, el tiempo de visualización, entre otras— para poder posicionar mejor el producto en el mercado de consumo de información y hacerle así más fácil al periodista el manejo de las audiencias.

Depurar métricas

En la actualidad, estos departamentos estudian una fórmula para depurar las métricas, es decir, dar prioridad a la recurrencia y retención de audiencia en detrimento de otras, como la adquisición de páginas vistas. Para Muñoz, estas últimas «penalizan la fidelización del usuario, porque contabiliza igual una persona que entra una vez al mes a otras que lo hacen rutinariamente». En esta línea, los medios tienen que incidir en la necesidad de hacer un buen producto «con una propuesta de valor» que haga más llevadera la experiencia de usuario.

Por su parte, Rodríguez Talavera puso el acento en el necesario distanciamiento de los parámetros de audiencia de la redacción propia de los contenidos: «Los puntos de vista no se tocan, no hay influencia del equipo. Es más un trabajo didáctico que una imposición». Distancia es lo que también busca Muñoz respecto a la relación con la audiencia que se cuece en redes sociales como Facebook: «No podemos trazar una estrategia que esté ligada con el potencial cliente que habita en esas redes».

Rodríguez Talavera cerró la sesión revistiendo al profesional que trabaja con este tipo de datos con el uniforme propio del periodista: «El equipo de audiencias también es hacer periodismo, entendiendo los datos como una palanca para hacer periodismo»

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