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Reporteros Sin Fronteras defiende la libertad de los periodistas latinoamericanos

Alfonso Armada, presidente de Reporteros Sin Fronteras (RSF), visitó el Máster ABC ayer miércoles, junto con dos periodistas que participan dentro del programa que esta ONG ofrece a profesionales en situaciones comprometidas. En concreto, acudió con Cynthia Yarel, periodista mexicana de Sinaloa; y César Bátiz, del diario digital «El Pitazo» de Venezuela.

El presidente de RSF, Alfonso Armada, en su visita ayer al Máster ABC (Foto: Beatriz Lozano)

 

Armada arrancó su intervención planteando una pregunta: «¿Qué pasa cuando te juegas la vida y trabajas sin libertad de prensa?». El último balance de RSF sobre el número de periodistas asesinados arroja una conclusión preocupante: cada año se producen más muertes en el ámbito de la prensa local. Es cierto que mueren menos, pero porque cada vez hay menos enviados especiales a las zonas de conflicto. Sin embargo, destaca el presidente de RSF el periodismo es ahora más «nacionalista y regionalista», por lo que incide, en mayor medida, en los ataques a los medios más cercanos.

Aludiendo a la esencia de Reporteros Sin Fronteras, que este año celebra su 25 aniversario, Armada reivindicó la cuestión de la verdad. Defendió el «ser un animal del papel» y la idea de que los periodistas deben «poner bajo sospecha todas aquellas informaciones que apelen a la emotividad».

Cynthia Yarel: entre el teclado y la pistola

Cynthia es una periodista que ejerció su profesión, por pura vocación, en la «nota roja», la sección encargada de informar sobre los crímenes en México. Es el país donde más periodistas son asesinados cada año. Ella era corresponsal del portal «Milenio» y cofundadora de «La Pared-Noticias», hasta que la situación de inseguridad se hizo insostenible para ella y su familia.

 

La periodista mexicana, Cynthia Yarel, junto a Bátiz, en su visita ayer al máster (Foto: Beatriz Lozano)

 

Ante la guerra contra el narcotráfico en México, que está más presente en el norte del país, los periodistas como Cynthia Yarel se encuentran entre el teclado de un ordenador que está apunto de escribir la verdad y un arma en la cabeza que les impide hacerlo. Culiacán, capital del estado de Sinaloa, es un campo de batalla entre gente que vive en la ciudad y la que se encarga de propagar el miedo.  El Gobierno Federal no ha sabido controlar una batalla, que ha arrebatado la vida a periodistas como Javier Valdez, que fue asesinado el 15 de mayo , redactor en el semanario «Ríodoce», escritor de narconovelas y corresponsal del periódico de «La Jornada», que fue asesinado el 15 de mayo del 2017.

Desde que inició su labor como corresponsal en el estado de Sinaloa, Cynthia se dio cuenta de que la información que transmitía a los portales nacionales sobre el narcotráfico se quedaba fuera de la cobertura. Decidieron, entonces, fundar su propio medio, «La Pared-Noticias», con los temas no publicados. Las presiones de los cárteles fueron constantes, intensificándose con el secuestro de los hijos del Chapo, en septiembre del 2016. «La Pared» publicaba primero la noticia. Sin embargo, emisarios del grupo criminal les exigen la retirada del periódico.

Desde ese momento, Cynthia relata cómo ha sufrido las presiones de los jefes del narcotráfico en México. Sobre todo, el asesinato de Javier Valdez. Este les aconsejó que ella y sus compañeros abandonaran la información respecto a los traficantes. Sin embargo, relata Yarel, él no se lo aplicó a sí mismo, motivo por el cual le asesinaron tras recibir doce balazos. Este crimen supuso el fin del periodismo de investigación en Sinaloa. Desde aquel momento, Cynthia se dio cuenta del peligro que corría, por lo que tuvo que marcharse a la capital, para evitar que fueran contra ella.

Allí entró en el Mecanismo de Protección Federal de Periodistas, mediante el cual se protege a los informadores, con recursos del gobierno central. Sin embargo, la periodista mexicana denuncia haber sufrido una doble victimización: tanto por parte del gobierno como de los propios periodistas.

César Bátiz y los medios bloqueados por el chavismo

César Bátiz, periodista de «El Pitazo» en Venezuela, denuncia enérgicamente la dificultad que hay en su país también para publicar la información en internet, debido a la la censura que «ejerce el gobierno de Maduro». Según Bátiz, lo más duro es no obtener ningún tipo de explicación por parte de las empresas telefónicas.

César Bátiz en su intervención ayer sobre la situación de bloqueo en Venezuela (Foto: Beatriz Lozano)

 

El gobierno encabezado por Maduro capa, desde el 2014, a aquellos medios críticos con el régimen. Es el caso del «Pitazo», el cual ha tenido hasta tres dominios diferentes: «Tuvimos .ml, .com y .net. Los tres están bloqueados por empresas de telefonía. «Lo que más nos molesta es que no nos explican el motivo del bloqueo», cuenta. En estos momentos, el bloqueo que sufre este medio venezolano es total, aunque hay atajos para intentar «burlar» la ley. Es el uso de la BPN, la cual «permite usar la IP —el número que identifica el ordenador— de otro país».

«El Pitazo» ha incentivado el periodismo ciudadano, de forma que haya cobertura en todos los estados del país suramericano: «El objetivo de que tengamos a «infociudadanos» es que nos envíen la información desde todos los puntos de Venezuela, para que nosotros la distribuyamos por varias plataformas».

Por último, César Bátiz opinó sobre el encuentro entre José Luis Ábalos y Delcy Rodríguez: «En Venezuela esta información ha salido como un cotilleo, no ha tenido tanto impacto como en España», explica. También afirma que las maletas no solo contenían documentos: «¿40 maletas? Ahí hay una mezcla de más cosas, como dinero en euros u oro», asegura.

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