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Una nueva vida para el Manzanares: de Madrid Río a Getafe

Tras el éxito del último proyecto de naturalización, se expanden las zonas de acondicionamiento

Paso del río Manzanares en Madrid después de las medidas de naturalización | Javiera Vercelotti

Santiago Martín era un niño cuando el Manzanares poco se parecía a lo que es hoy. Jugaba algunas tardes en la Casa de Campo, y recuerda cómo el río era una masa oscura y maloliente en torno a la que incluso existía el rumor entre sus amigos de que «si caías dentro podías desaparecer». Hoy, varias décadas después, Martín es el coordinador del Área de Agua de Ecologistas en Acción, y el temor de su infancia le llevó a perseguir un objetivo: convertir el río en un lugar agradable. Por ello, tras el éxito del primer proyecto de renaturalización, iniciado en el 2016, encabeza el siguiente designio que ha presentado esta mañana para hacer lo propio en la zona de Getafe.

«La gente se quejaba de los mosquitos y de que olía muy mal. Era bastante tremendo», relata Martín sobre los motivos que impulsaron a la renaturalización del Manzanares en la zona de Madrid Río, cuando se decidió acondicionar el espacio empezando por abrir de manera permanente las presas que estancaban el agua. «Se pretendía que el Manzanares pareciera un río muy grande, comparable al Támesis o al Sena, y lo único que se conseguía era convertirlo en una sucesión de piscinas de aguas sucias», asegura. De este modo, el proyecto se inició con la esperanza de verlo convertido en realidad en un tiempo estimado de, al menos, siete años hasta el presente 2023. Sin embargo, la sorpresa fue grande al ver que no habían transcurrido ni dos años y ya en 2018 los efectos positivos podían apreciarse a simple vista.

«Tras las mejoras se ve mucho más natural y más bonito. Se ven aves que antes no había, como cormoranes y otras tantas», indica Luis, vecino del lugar que ha visto de cerca la evolución del Manzanares. Asimismo, no duda en referir que estas mejoras han hecho del río un lugar clave de paseo para los madrileños. Por su parte, Mariano, que se encuentra caminando lentamente por la vía peatonal a un costado del río, relata que el barrio es ahora mucho más «ecológico», y que los beneficios no solo atañen a los viandantes, sino que han sido ventajosos también para el comercio local. «Los bares que surgieron son estupendos, porque hacen que mucha gente pueda expandirse, tomar un café y socializar», atestigua.

La voz de los comercios

Vista de la presa sobre el río Manzanares | Javiera Vercelotti

Las terrazas colindantes del río son una de las actividades preferidas por los madrileños que pasean por sus orillas, un ejercicio que se ha visto incrementado tras el proyecto de acondicionamiento. Así lo señala José Miguel, dueño del bar ‘El Cenachero’, ubicado a pocos metros de la ribera: «Desde que mejoraron el río veo mucha gente con niños de paseo. Antes no había tantos. La clientela ha aumentado», señala. En la misma línea, Aurora y Pedro, dueños de la cafetería ‘La Ribera’ desde hace diez años, aseguran que «se mueve más turismo», lo que retribuye en su negocio positivamente.

Sin embargo, no siempre llueve a gusto de todos. Este el caso de la Federación Madrileña de Remo, quienes hacían uso de los embalses del Manzanares para llevar a cabo sus actividades. Pero después de la renaturalización y apertura de las presas, se vieron relegados a entrenar en máquinas en seco e imposibilitados de practicar este deporte en Madrid. Las condiciones actuales «son imposibles para practicar este tipo de actividades», comenta la presidenta de la Federación, Lorena Rodríguez Salas: «Ahora mismo hay 20 centímetros de agua, eso no nos sirve ni para el piragüismo. Nosotros necesitamos un metro y medio como mínimo».

 Aguas claras para Getafe

Las muestras tempranas de mejora social y medioambiental siguen el cauce del río hasta encontrar la barrera invisible al fin del término de la ciudad de Madrid. Ecologistas en Acción pone ahora el foco en Getafe, donde hoy han presentado un nuevo plan de acción sobre el paso del Manzanares, mucho más ambicioso y extenso que el realizado en la capital. Este contempla la limpieza y la restauración a lo largo de nueve kilómetros de tramo fluvial, además de la creación del «bosque de ribera más grande de la Comunidad de Madrid», asegura Andrés Aganzo, coordinador del grupo ecologista en el municipio. 

El ‘Plan de naturalización y restauración ambiental del río Manzanares a su paso por Getafe’ pretende «recuperar sus valores naturales, paisajísticos, culturales y sociales», revela la ONG. El «corredor verde» se ubicaría en el Parque Regional del Sureste, –uno de los pocos espacios protegidos de la parte austral de la Comunidad– y cuyo perímetro, por motivos de recuperación medioambiental, quedaría vallado durante cinco años antes de pasar a ser de uso público. El proyecto incluye la creación de los llamados «empleos verdes», algunos estacionarios relacionados con las obras previstas y otros de tipo fijo para el mantenimiento anual de la zona.

El notable estado de suciedad de la zona, provocado por «vertidos de escombros, amianto» y demás residuos, ha provocado varias quejas de los vecinos y de los propios ecologistas, asegura el portavoz, que también manifiesta como causa el propio desconocimiento de los ciudadanos. Aganzo apunta que actualmente algunos colegios del municipio realizan jornadas de conexión con la naturaleza, para lo que se desplazan hasta La Pedriza, en la Sierra de Guadarrama. Algo que le parece innecesario cuando «hay una zona de alto valor ecológico» a escasos kilómetros del centro urbano. 

Ante la pregunta de si se planea seguir naturalizando el cauce del Manzanares en su paso por Rivas Vaciamadrid, Santiago Martín, contesta: «Poco a poco, hay que seguir avanzando».

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