Libros sin fronteras

Como un oasis en pleno desierto descubres una librería alejada del concepto tradicional de compra-venta en la calle Covarrubias 38 de Madrid. Su nombre es Tuuu Librería. Fue fundada a finales de 2012 y tiene una filosofía sencilla: puedes llevarte a casa los libros que te quepan en las manos a cambio de un donativo destinado a fines benéficos.

El objetivo es facilitar el acceso a la cultura de todo el que lo desee. Por una parte, mediante la donación de libros a bibliotecas, institutos o asociaciones culturales que no disponen de material educativo por motivos económicos. Por otra parte, los beneficios de la librería recaen en la ONG Yooou.org, que financia con becas de estudio la formación educativa de niños en Latinoamérica además del envío de libros y material escolar. Los libros que llegan allí son de lectura juvenil e infantil y se utilizan para hacer bibliotecas, no librerías. Anteriormente, las obras incluso han llegado a países como Filipinas o Burkina Faso. El único inconveniente es el transporte aéreo.

En un principio, un convenio con Iberia —entre 2010 y 2011— permitió hacer llegar este material, por peso, en los vuelos con bajo número de personas a los países en vías de desarrollo pero tal acuerdo se rompió. Actualmente, pese a no contar con un contacto que apueste fuerte con ellos en este aspecto, se las ingenian para hablar con embajadas, con las ONG locales o con empresas para que les respalden en su propósito. Ellos no tienen presupuesto suficiente para pagar los envíos a las aerolíneas al ser muy costosos —dos euros por libro—. Si tenemos en cuenta que pueden llegar a enviar 1.000 libros, la cifra a pagar se dispararía hasta los 2.000 euros, cantidad que no pueden permitirse.

Su altruismo les ha llevado a llenar de libros un camión de bomberos (donado por la Cruz Roja Española) para así crear una biblioteca en Arequipa (Perú), según recuerda Alejandro de León, fundador de Yooou y de Tuuu Librería. «Nos buscamos la vida para hacer cuantos más envíos mejor», sostiene. Las últimas entregas han sido ocho nacionales (Santiago de Compostela, Badajoz o Toledo, entre otros) y una internacional (Marruecos), aunque son cifras que varían.

Para la Asociación ADENOCH, una de las beneficiarias en Guatemala, la ayuda de esta organización «es imprescindible». A juicio de Elder Andrade, una de sus trabajadoras, esta ayuda combate la pobreza extrema del país y apoya el desarrollo de los niños que son «el futuro de nuestras comunidades», explica.

Fomento del voluntariado

Las estanterías se nutren de ejemplares donados por el público o entidades amigas. Los voluntarios se encargan de seleccionar, sellar y distribuir las obras —alrededor de 1.000 al día— que finalmente acaban en las manos de ávidos lectores en búsqueda de apasionantes historias. La idea funciona y el «boca a boca» todavía más.

Son en total 100 voluntarios en el proyecto —entre 20 y 30 completamente implicados—  cuyas principales tareas están relacionadas con el almacenaje, la base de datos, la explicación del proyecto o las redes sociales, entre otras cosas. Tienen un patrón común: su amor por los libros, como Manuel Carrasco que compagina esta actividad con su profesión en el mundo audiovisual. Todos ellos dirigidos por un responsable que siempre está presente. Abren todos los días del año de lunes a domingo, salvo el 25 y el 31 de diciembre, desde las doce del mediodía hasta las ocho de la tarde.

No cesa el ir y venir del público tal como describe Álkistis Papagianni, colaboradora del proyecto: «Tenemos las estanterías repletas porque la gente se anima a traer los libros». Si algo está claro es el papel imprescindible de los voluntarios en esta iniciativa. Son «piezas clave», reconoce.

Todavía recuerda una curiosa anécdota que sucedió hace algún tiempo. «Una vez una mujer casi se marcha con una maleta llena de libros. Tuvo que dejarlos», confiesa entre risas. Y es que la afluencia de gente les ha convertido en una referencia. Silvia, usuaria asidua, asegura que frecuenta la librería porque es caro comprar en la Casa del Libro o a La Central mientras que aquí «los precios son económicos, hay libros en varios idiomas y colaboras con un fin benéfico», sentencia.

Existen otras formas de participar. Además de aceptar cualquier material educativo, desde Tuuu Librería se anima a cooperar con la iniciativa a través del voluntariado o haciéndose socio tras el pago de una cuota anual de doce euros. Los socios no tienen privilegios especiales sino que realizan ese pago para el mantenimiento y la sostenibilidad del proyecto. «Es importante que se sientan parte del equipo, como si fuera un club de fans», aseguran.

Youuu.org, una apuesta por la educación

Esta ONG desde que vio la luz, en el año 2009, lucha por romper el círculo vicioso de la pobreza. Tuuu Librería es sólo el primero de otros proyectos solidarios como son por ejemplo MAYAS (maestros y alumnos solidarios), enfocado en dar clases de refuerzo a niños en riesgo de exclusión o con problemas de aprendizaje —1.000 anuales—entre Madrid y Asturias.

Otra iniciativa es un fondo de microcréditos que destina parte de los beneficios al anterior proyecto. «Es un fondo que queremos hacer sostenible en algún momento», apunta el fundador de la ONG, Alejandro.

Asimismo publican mensualmente, desde septiembre de 2013, todas las cuentas tal como demandaba el público como señal de transparencia. «Qué menos que publicar en la web hasta el último céntimo que ingresamos», explica rotundamente Alejandro. Y añade que así se muestra que la colaboración garantiza la sostenibilidad económica del proyecto con el paso de los años.

También el histórico Café Comercial promueve esta iniciativa social, desde junio de 2014, y al tiempo que recaudan fondos, explican a sus clientes en qué consiste el proyecto solidario, según cuenta su gerente Fernando Vera. Además realizan una serie de eventos para difundir la propuesta como fomentar «el Día de la Lectura» o actos especiales con motivo del «Día del Libro», por citar algunos.

Finaliza mi visita en la librería. Antes de marcharme reparo en un tablón de anuncios adornado con pequeñas notas adhesivas con los datos personales de los usuarios interesados en obras o autores concretos. Los clásicos del séptimo arte también tienen hueco. Montañas de libros siguen llegando. La cadena funciona.

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