No hay lugar para la lectura
Son las cinco de la tarde y en «La Salita» no cabe un alma. 46 cabezas inmóviles pasan hojas, subrayan y memorizan. Al fondo de la estancia, Pablo susurra en el oído de Almudena, es el último examen de su amiga y siempre estudian juntos, siempre en el mismo sitio porque en Retiro faltan bibliotecas.
«La Salita» es un centro de estudio de la calle Doce de Octubre con dos habitaciones, una para veinte personas y otra donde caben 24. Abre de lunes a sábado de diez a dos de la tarde y de cuatro a nueve de la noche. Nunca hay sitio en época de exámenes. «Abre muy tarde y siempre tienes que ir media hora antes para hacer cola, siempre hay alguien que se queda fuera», sentencia Almudena. Estos dos estudiantes cuentan dos peleas que hubo en la puerta de la biblioteca: «Si llevas media hora esperando y llegan diez y se cuelan porque uno ha ido antes a guardar el sitio te molesta», agrega Pablo.
Libros en la casa de las fieras
Desde 2004 hay un proyecto aprobado para convertir la antigua Casa de Fieras del parque del Retiro en una biblioteca municipal. «¿Pero desde cuándo están las obras? Yo llevo toda la carrera pensando que al año siguiente la abrían y sigue cerrada», se queja Almudena. El proyecto de remodelación obtuvo un presupuesto de unos 5,99 millones de euros —aunque fuentes del Área del Gobierno de Las Artes del Ayuntamiento de Madrid aseguran que es mayor— y se estimó que en 22 meses estaría finalizada la obra.
La remodelación comenzó en 2007 pero inmediatamente se paralizó por la crisis. En abril de 2008 la retomaron las reformas y hasta 2009 no fueron constantes. La fecha de entrega en ese momento era septiembre de 2011—han pasado cuatro meses y la obra continua—.
En estos cuatro años Almudena ha vagado por muchas bibliotecas: «Empecé en la de Conde de Casal, pero tardo media hora en llegar, cuando abrieron «La Salita» de la calle Doce de Octubre me pareció una solución, ahora le veo muchos problemas». Esta sala de estudio cierra a mediodía por lo que los estudiantes hacen cola dos veces: una por la mañana y otra por la tarde. Los sábados por la tarde no abren y, según Pablo «hay una sala que utilizan para actividades infantiles el fin de semana pero a diario no nos dejan estudiar ahí». Otra de las quejas se refiere a las ventanas, transparentes y a pie de calle: «Ves y te ven, no favorece a la concentración y además hay ruido de fuera», describe Almudena.
Hoy la Casa de Fieras está rodeada por una vaya metálica verde que impide la visión. Uno de los encargados de la obra
explica que «se ha restaurado la fachada original así como las cerámicas» y se ha añadido una segunda estructura acristalada de dos plantas. La biblioteca está proyectada en la cara norte del edificio. Por fuera, la Casa de Fieras ya parece una biblioteca, después de ocho años desde que el proyecto fuera aprobado. Almudena terminará en una semana la carrera sin haber pisado la biblioteca del Retiro.
Durante el mes de febrero los estudiantes continuarán sus colas frente a «La Salita», algunos se quedarán fuera y pasearán hasta la biblioteca de Conde de Casal, otros esperarán en su casa la apertura de la nueva sala de estudio.
Si que es una lata la falta de bibliotecas en el barrio. Si al menos fuese primavera-verano, el buen tiempo y la luz nos permitiria tumbarnos en la hierba con el libro de turno.
Genial el titular del reportaje. Pero, que los vecinos de Retiro se pongan a la cola porque los de Las Tablas, uno de los nuevos barrios del norte de Madrid, llevamos reclamando un biblioteca desde el año 2005. El proyecto ha estado en los programas electorales del PP desde hace años, pero todavía no ha hecho nada. Y tal y como está la cosa, me da la sensación que no la vamos a tener ni para el 2020. Bueno, mi más sincera enhorabuena por esta iniciativa del Máster de ABC. Os seguiré de cerca y seré muy crítico, aunque constructivo. Suerte, colegas.