El Parque del Oeste, sobre ruedas
Cada fin de semana en el paseo de Camoens, dentro del Parque del Oeste, los madrileños pueden surfear sobre asfalto. Así definen los que practican longboard (riders) lo que sienten cuando se suben a la tabla.
El longboard es un monopatín de los que se llevan viendo por las calles desde 1963, año en el que un norteamericano lo lanzó al mercado como sustituto en tierra de la tabla de surf.
«Es un autentico placer , son diferentes sensaciones las que puedes sentir y transmitir con los riders del lugar», afirma Marcos Pérez, que lleva practicando este deporte desde 2010. «Es un lugar sin tráfico y muy bien adaptado para las diferentes disciplinas , y lo que verdaderamente importa son las personas que allí se juntan».
El Paseo se encuentra cerrado al tráfico durante los sábados, domingos y festivos para que patinadores, riders, tenistas ocasionales y cualquier deporte que pueda adaptarse a las condiciones de la calle, queden protegidos de los coches que recorren Madrid al otro lado del parque.
No hay límite de edad
Lo especialmente llamativo una mañana de sábado en Camoens es la cantidad de familias que te encuentras practicando deporte sobre ruedas. Padres riders, sin bajarse de la tabla, vigilan con atención cómo sus hijos, luchando por mantener el equilibrio, derriban los conos de plástico situados en mitad de la cuesta principal.
Diego, uno de estos riders, asegura que no hay edad para este deporte. Le encanta la iniciativa de cerrar espacios de la capital con este fin y acudir con su hijo de seis años.
El longboard está de moda, asegura Marcos, «pero lleva implantado en España muchos años. La moda es producto del marketing de las marcas del sector». A él le patrocina La Vida, una tienda de Alcalá de Henares al que les gustó su estilo sobre la tabla, «solo así se puede hacer algo grande de este deporte».
Cuando baja la luz y los puestos de libros echan el cierre, el mejor sitio para seguir sobre ruedas es la cuesta de Moyano, perpendicular al Paseo del Prado.
Marcos se siente afortunado de poder practicar longboard en una de las ciudades que más lo potencia. El pasado septiembre se celebró La Noche en Negro, una alternativa surgida tras el anuncio de que la cultural Noche en Blanco madrileña se celebraría bianualmente en vez de cada año.
Más de 600 riders surfearon las calles de Madrid.
Enhorabuena
Muy buen trabajo.
¡Qué periodista! Todo talento para contar historias que los propios madrileños desconocíamos. Felicidades.