El recuerdo de su vejez
Ríos de gran caudal
recorren sus manos
llenas de marrones manchas,
como montañas
que rodean el cauce fluvial
En su frente se marcan senderos
Como grietas que surcan la tierra,
de suelo árido y reseco
Sentado en un banco
Disfruta del sol de la mañana
Su cara está morena
Y sus ojos
No ven más alla,
Confunde de cerca a su nieta
Su sordera le inquieta,
Ni con el pequeño aparato
Introducido en su oído
existen palabras nítidas
Su chaqueta gris,
Y su bufanda de cuadros rojos para el invierno
El bastón de madera de pino le guía
Le ayuda a palpar lo que sus ojos
Casi ciegos, no le alcanzan ver
Sus canciones,
alegres y sin sentido,
hablan de su canario,
colgado en una jaula
en una de las paredes verdes
de la cocina
Su carácter,
lleno de nervio y disciplina.
Su vida,
Llena de historia y cruda vivencia
El recuerdo inmortal
Que perdura
En mi memoria
Foto: David E. Merino