El hombre tras la carrera
No todas las personas tienen un evento deportivo que lleve su nombre. Él, sí. En el suyo se entrega el premio de la Carrera Popular de Canillejas: Trofeo José Cano.
La carrera se ha llamado así desde siempre y él lo asume con humildad. «Desde que empezamos en 1979 le pusieron mi nombre. Yo era un corredor no muy bueno, un corredor normal, pero es que había pocos profesionales. Como estaba siguiendo el movimiento de modelos de carrera de Estados Unidos, me dijeron que era insigne y por eso se iba a llamar así», relata entre risas quien fuese miembro del extinto club de atletismo del Real Madrid.
En noviembre de 2011 se celebró la carrera número 32ª sin mucha pompa pero con mucho sentimiento familiar. El creador de la carrera señala que hace dos décadas esto no era así. «Aunque parezca mentira en los años 80 fuimos considerados como la mejor carrera del mundo. Decían eso porque tenía mucha fama por la participación internacional», apunta Cano.
Entre los ganadores figuran corredores de seis países: 17 de Kenia, cinco de España, cuatro del Reino Unido, dos de Marruecos, dos de Tanzania y uno de Etiopía. Sólo en 1984 no hubo vencedor porque se declaró nula.
El recorrido de 10 kilómetros fue homologado por última vez en 2007 por la Real Federación Española de Atletismo. Este año empezó en la calle Hermanos García Noblejas y terminó, como de costumbre, en la calle Néctar, de Canillejas. Para José Cano este recorrido tiene cierto sentido sentimental. «Siguen viniendo porque correr en Canillejas es como jugar en el Bernabéu, porque saben que por allí han pasado los grandes. En estas calles han corrido medallistas olímpicos y plusmarquistas mundiales como Steve Jones. Es un circuito para el corredor popular que va a superar su marca personal», apunta.
Este año tuvieron que competir con la carrera Pónle freno de Antena 3, pero aun así lograron 5.000 participantes. «Hay un caos de carreras en Madrid», dice Cano, quien también es presidente del club de fútbol Capoca. El mayor problema de la Carrera de Canillejas es el presupuesto. «Antes con la mitad del dinero de ahora hacíamos un mejor espectáculo. Ahora hasta las federaciones quieren cobrar», dice.
Por ahora le queda la esperanza de que Madrid sea elegida —algún día— sede de los Juegos Olímpicos, pues muy cerca de Canillejas está el estadio olímpico de Madrid, La Peineta. «Cuando La Peineta esté lista cambiará mucho el barrio. Seremos una ciudad olímpica», señala entre suspiros.