Reporterismo

Las sombras que persiguen a Shirreff

Una de las esculturas de Erin Shirreff. Por Galería Marta Cervera

El punto de vista y la percepción es lo que más preocupa. La subjetividad del receptor del arte contemporáneo. La obsesión por cómo el cristal por el que se mira condiciona la interpretación. Esa es la ofuscación en la nueva obra de Erin Shirreff, la artista canadiense expone desde el 4 de enero hasta el 25 de febrero en la galería Marta Cervera.

Titulada Standing Shadows, la exposición muestra tres grupos de trabajo diferentes y que se complementan entre sí. Todas tienen a la escultura como protagonista pero sólo una está esculpida. En su nuevo trabajo, Shirreff ha investigado sobre cómo influye el punto de vista a la hora de recibir el arte, cómo las esculturas recientes circulan a través de libros. Desde una fotografía, un libro o en forma de escultura. La traducción del título –sombras de pie– puede que haga alusión a las sombras que persiguen a Shirreff: oscuridad por el paso del tiempo y obsesión por la permanencia.

Field, Shade, Leaf, Line es el primer apartado de esta muestra, una proyección de cinco minutos en la que al artista expone 160 diapositivas de fragmentos de catálogos de arte. Piezas que se superponen unas sobre otras, planos detalle en los que no se distingue qué parte del libreo y es y fotos sin profundidad que al tapar unas con otras crean nuevas formas. Shirreff ha colocado el proyector de tal manera que tres de sus esculturas –ubicadas en otra sala– se puedan observar a la vez que la proyección.

Un gran pedestal blanco acoge Untitled (Standing Shadows), un total de seis esculturas que combinan la escayola en gris con varas de acero teñidas de negro y hojas de aluminio cortadas a mano. Las esculturas no tienen una unidad entre sí. Formas geométricas como el cubo se amontonan para dar lugar a seis obras únicas. Debajo de dos de ellas, ubicadas en esquinas opuestas, hay dos papeles de periódico. Sherriff añadió estas hojas con posterioridad por miedo a que se tildara su obra de clásica y no de contemporánea.

Monograph es un conjunto de seis fotografías dobladas por la mitad, abiertas como un libro, la escultora las ha realizado desde su estudio de Brookling. La artista quiso ver cómo se trasladaba la escultura a los catálogos y cómo las percibía el receptor. Todas las instantáneas son de los moldes de cartón que la propia Shirreff utiliza para sus obras. Todas están impresas en color sepia y, para recibirlas de modos diferentes, cada una aparece con un margen nuevo. Cuatro tienen sus bordes mal emparejados lo que provoca es la ruptura de la continuidad de la escultura. Shirreff ha barajado todas las posibilidades de impresión en libros.

Artista y escultora

Erin Shirreff se define a sí misma como artista multidisciplinar aunque su especialidad es la escultura. Es profesora de esta rama del arte y su última exposición gira entrono a esa técnica. Algunas de sus obras están integradas en el Metropolitan Museum of Art (MOMA) de Nueva York, ciudad donde reside y trabaja. Shirreff vive pegada a  su ordenador Macintosh negro y su cámara de fotos. Su vida en la zona rural de Canadá y de Nuevo México influyó en sus promeros trabajos. Actualmente su obsesión es cómo las obras se conciben desde otro punto de vista.

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