Moncloa-Argüelles

Energías ocultas en Príncipe Pio

El objetivo era relajarse, a pesar de que el ruido de los trenes de Cercanías que nacen, mueren, o simplemente hacen parada en la antigua Estación del Norte, ahora Príncipe Pío, trastocaba el silencio buscado. Los aplausos terminan por romper el intento de calma, las manos derechas de la mayoría de los congregados han aumentado su tamaño. «Todo está en la mente», todo podía lograrse el pasado miércoles por la tarde en la vieja estación ferroviaria.

Parece un plató de televisión. La guía, Ana, sonríe de manera forzosa a los que acuden a la conferencia de técnicas físicas y orientales de Wan-Su. Lo primero que hace es romper el orden en el que estábamos sentados. Pretende que formemos un hemiciclo pero fracasa. El tamaño de la sala lo impide. Un espacio lúgrube, de paredes blancas pero con tono desgastado. Dos calefactores intentan hacer más cálida la velada y en la pared cuelga un cuadro lleno de naipes dorados que no sé bien lo que representan.

Unas quince personas que nada parecían tener que ver entre ellas. Ni edades, ni apariencia. Un ejecutivo, atractivo, con canas jóvenes y gafas de pasta. Un señor que pasaba los cincuenta, con gafas también, muy vivaracho. Una señora callada vestida con un forro polar que miraba a un lado y a otro. Un chico joven con mochila que anteriormente lo había encontrado en el puesto de lectura de minerales.

Una de las terapias del Foro

Nos relajamos, desde los pies hasta la cabeza. Todos cierran los ojos sin que nadie les diga nada. Ana, la guía, nos incita a que sintamos algo en el centro de las manos y de los pies. Después todos colocamos los brazos hacia delante, formando un ángulo recto con el tronco. Cierran y abren los dedos. También sin que nadie les diga nada, pero parece automático. Es el momento de expulsar la mala energía y renovarla con la fuerza del universo, «que es infinita», dice ella. Respiran fuerte, en teoría todos a la vez, pero según avanza el tiempo los hay que deciden ir por su cuenta y exhalar suspiros arrítmicos respecto al resto de la sala.

Llevamos cinco minutos así y a nadie más que a mí parecen dolerle los brazos. A nadie le pica la nariz o el pómulo para alterar el ángulo recto. Solo una señora estudia meticulosamente cómo estirar más los brazos sin tocar los hombros del ejecutivo.

Ana pregunta qué hemos sentido. «Calor», «frío», «primero calor,  pero luego frío». «Como un peso», dice otra. Ana parece satisfecha. Algo había que sentir. Yo no noté nada.

El tiempo corre en contra. Solo quedan quince minutos para acabar. El siguiente experimento es invitar a la gente a medirse las manos. Viendo la desigualdad de las mismas Ana propone ejercicios para hacer crecer la menor. Todos vuelven a cerrar los ojos y mueven la mano candidata a ser más grande de arriba a abajo. Crece. Los gritos de sorpresa tras abrir los ojos y comprobarlo así lo transmiten. Hacemos el proceso inverso, volvemos a dejar las manos como la naturaleza quiso que las tuviéramos. La gente está encantada. Un señor, sentado en primera fila, disconforme, manifiesta que no ha notado nada. Ana sonríe, nunca deja de hacerlo, la función continúa.

La hora de técnicas físicas y orientales continuadoras de Wan-Su finaliza. La gente parece satisfecha. Se acerca a Ana y hablan entre ellos. El ejecutivo, las señoras, el anciano y el resto de los que allí se han reunido durante una hora salen de la sala como quien pasea cualquier tarde por el centro comercial o la estación de tren con la que linda la conferencia.

 30 Foro Internacional de ciencias ocultas y espirituales

Parapsicólogos, mediums, escritores, filósofos, teólogos y comerciantes de productos naturales se dan cita en la estación de tren de Príncipe Pío hasta el 11 de marzo.

Esta vez no se mojan, ningún adivino intentará acertar si Madrid será sede olímpica en el año 2020. El escándalo que les explotó en las manos en 2009 (respecto a las posibilidades de ser ciudad anfitriona en 2016) les hace ser cautelosos en un Foro que ya lleva 30 años celebrándose.

Sandra González, una de las organizadoras del Foro, afirma que su motivo para seguir cada año con esta iniciativa es «orientar y ayudar a la gente». La afluencia de público les suele traer a Madrid dos veces al año.

Fotos: B.Valverde
Fotos: B.Valverde

La Feria está dividida en dos espacios, el lúdico y el cultural. Existen numerosos puestos en los que se venden desde amuletos para dar suerte hasta calcetines térmicos «para cuando hace frío, tu padre te lo agradecerá», dice el cartel hecho a mano que los anuncia.

 El plato fuerte de esta edición, dice Sandra, está siendo la terapia Ayurveda (reconocida por la Organización Mundial de la Salud), muy de moda desde que Penélope Cruz dijo que la practica. La terapeuta cuenta cómo la Ayurveda trata de equilibrar cuerpo, mente y alma mediante sesiones de hora y media en las que puede tratar todo tipo de patologías.

 Otro de los puestos que más llaman la atención es el de José Luis. Vende orgonitas, unas piezas de metal, resina y cuarzo que ordenan la energía y limpian el ambiente en el trabajo, en el vehículo, incluso asegura que es muy útil para los que están todo el día con el móvil encima. Dice que los orgonitas más vendidos son los octógonos, porque simbolizan el dinero y los negocios.

 También el foro cuenta con una sala de conferencias en las que durante los diez días que dura existen citas sobre temas tan variados como el contacto espiritual con las ángeles o ritos de purificación con cantos devocionales por parte de lamas tibetanos.

Quienes acudan al Foro o cualquiera que pase por ahí puede conocer su futuro a través de las numerosas videntes apiladas en cabinas blancas contiguas. 10 euros si las quieres preguntar por un tema en concreto y 35 si prefieres una consulta completa.

En la cabina 9 una mujer rubia, con rizos destartalados, anillos llamativos y una cabina llena de papeles por el suelo y una estampa de Santa Teresa de Jesús en la pared me recibe. Me hace apuntar mi nombre y mi fecha de nacimiento en un papel. Lo mira. «Te lo hago apuntar pero si no…ya lo hubiese adivinado yo».

3 comentarios en «Energías ocultas en Príncipe Pio»

  • Buén articulo, te adivino tu pasado, porque el futuro es más dificil.

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  • Al esta edición ya no llego, pero para la próxima le propondré al tal Wan-Su algún remedio para hacer crecer las uñas igual que lo hace con las manos…
    Se desprende mucho escepticismo de las líneas de esta periodista. Parece más empírica que esotérica.

    Respuesta

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