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Tierra de bares… y vecinos

Aviso exterior a los clientes del Groovie. Fotos por J. Villuendas

Un nueva medida municipal ha disgustado a la fauna noctámbula del centro de Madrid: se especula que se va a descender la hora de cierre de los bares a las dos de la mañana para proteger el derecho a descansar de la vecindad.

El plan pasa por denominar Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE) al centro de la capital. La iniciativa atañería sobre todo a los barrios de Huertas, Latina, Chueca y Malasaña, donde se concentra un importante porcentaje del ocio nocturno de la capital, que durante los fines de semana cierra (en general) a las tres y media de la mañana. Lo mismo que se estableció en Aurrerá (Bajos de Argüelles) en abril de 2010.

«Me parece una medida aberrante propia de una mente bastante bizarra», afirma un hostelero que prefiere preservar el anonimato. «No sólo perjudicará a los bares quitando la hora más importante para el negocio, sino que aumentará la venta ambulante, el botellón y la ya abundante suciedad de determinadas zonas», explica.

Los bares a los que Madrilánea ha preguntado de momento no han recibido notificación alguna a este respecto. Es decir, hablan desde la incertidumbre del rumor. El gabinete de prensa del Ayuntamiento ha dicho que el plan se hará público dentro de 15 días, pero que de momento no se saben sus detalles. El portavoz ha mencionado que la iniciativa es algo que los vecinos piden, pero que lo de cerrar a las dos de la mañana es una invención de La Razón. «El trámite de aprobación de la ZPAE pasará por la Junta de Gobierno, se someterá a opinión pública y veremos las consideraciones que se nos hagan», afirmó el delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Antonio de Guindos.

¿Cuándo el río suena, agua lleva? Dentro de 15 días se sabrá si fue una filtración, una invención, un globo sonda o un ejercicio más o menos acertado de videncia por parte del periódico.

Reflexiones e hipotéticas consecuencias

«Nunca hemos planteado el cierre con antelación de los bares. Si salieran todos al mismo tiempo nos parecería una barbaridad, porque la gente se quedaría más tiempo en la calle», señala Isabel Rodríguez, presidenta de la Asamblea Ciudadana del Barrio Universidad (ACIBU). La reducción horaria supondría la coincidencia en el cierre con restaurantes, cafeterías o tabernas. «En Londres tuvieron que escalonar la salida, ya que se generaba muchísimo ruido», cuenta Juan Manuel, encargado del Penta. Justo como está ahora.

«Una nueva visión» es el plan ZPAE

La venta ambulante resulta ser el nexo de unión entre los interpelados, un problema. «El ruido no es de los bares. Cuando la gente se vaya harán algo de ruido, pero al haber venta ambulante se quedan por la calle», afirma Juanma. Pero hay quien va más lejos. «Las malas lenguas dicen que les dejan vender para que haya ruido y poder cerrar bares», interpreta el portero de una discoteca que tampoco quiere que aparezca ningún dato que le relacione. La presidenta de ACIBU tiene muy claro cómo acabaría con esta cuestión: «Poner presencia policial móvil, con motos, que fueran disuadiendo el consumo de alcohol en las calle».

Económicamente, las consecuencias serían relevantes. «En la Asociación de Bares de Malasaña calculamos que, si se aplica esta medida, un 50% de los bares tendría que cerrar y el otro 50% debería reducir plantilla», estima Juanma. Según los hosteleros consultados, el punto más alto de trabajo en esta clase de establecimientos, el grueso del negocio, comienza a la una y media de la mañana. «No sé si han pensado en las consecuencias que tendrá», reflexiona el empleado de seguridad, en referencia al turismo que genera el ocio nocturno en Madrid.

Para Isabel Rodríguez el problema radica, aparte de en la venta ambulante, en la concesión de licencias para abrir bares, que se ha externalizado. ACIBU presentó una iniciativa llamada «500 bares son muchos bares, por un barrio habitable» en la que señalaban la desproporcionalidad de números en el barrio. Un centro de salud, una biblioteca, un centro de ancianos, ningún polideportivo o piscina, para un barrio con una población de 32.000 personas, que eso sí, tienen un bar para cada setenta habitantes. «En el Ayuntamiento no tenían ni un listado de los bares. Tuvimos que repartirnos el barrio entre los miembros de ACIBU y hacer el recuento», dice Rodríguez.

CLASIFICACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE OCIO NOCTURNO

La ordenanza municipal reconoce diferentes licencias para los establecimientos y su actividad.

–          Espectáculos públicos:

Café-espectáculo (5:30h / 06:00h)

Salas de Fiestas (5:30h / 06:00h)

Restaurante – Espectáculo (5:30h / 06:00h)

 

–          Actividades recreativas

Discotecas (5:30h / 06:00h)

Salas de baile (5:30h / 06:00h)

 

–          Otros establecimientos abiertos al público

Bares especiales (con y sin actuaciones musicales en directo) (3:00h / 3:30h)

 

–          Hostelería y restauración

Cafeterías (02:00h / 02:30h)

Bares (02:00h / 02:30h)

Café-bar (02:00h / 02:30h)

Restaurantes (02:00h / 02:30h)

Tabernas (02:00h / 02:30h)

Bodegas (02:00h / 02:30h)

Bares restaurantes (02:00h / 02:30h)

Salones de banquetes (02:00h / 02:30h)

Chocolaterías (01:00h / 01:30h)

Salones de te (01:00h / 01:30h)

Obrador de cruasants (01:00h / 01:30h)

 

La primera hora es la de cierre en día laborable y la segunda en viernes, sábado y víspera de festivo

3 comentarios en «Tierra de bares… y vecinos»

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