Convivir con 1.300 Papa Nöeles
Dicen que uno nunca deja de ser un niño. Que se lo cuenten a Rafael Cavero, para quien lo que comenzó siendo una casualidad ha terminado por ser una «drogadicción». Nuestro protagonista empezó su andadura coleccionista hace casi 30 años, con su primer capricho: Popi, un Papa Nöel de tamaño real comprado en una feria de regalos artesanales de Alemania. Ahora tiene 1.300.
El proceso de transformación de esta casa en cada Navidad dura 4 días. Durante media semana, un ejército de electricistas, carpinteros, decoradores y manos voluntarias obra el milagro y Costillares, su casa, se convierte por un tiempo en el paraíso de los niños. «Son los verdaderos protagonistas de esto, todo está pensado para ellos», comenta Lola, su mujer. Sillitas a medida, varias casas de juguete y columpios en el jardín dan la bienvenida. Dentro, castillos de galletas y golosinas, listos para ser devorados, e incluso un Papa Nöel que cuenta cuentos hace las delicias de estos locos bajitos cada año.
Todos los 22 de diciembre se organiza una merienda para 80 niños. La magia se contagia desde que la puerta del jardín se abre. Árboles iluminados, Santa Claus gigantes y un nacimiento de tamaño real te trasladan a otro universo. Un grupo de cuentacuentos, Los tempranitos, logra captar la atención de la mayoría. Ochenta pares de ojos muy abiertos estudian la escena a diferente altura que los adultos, con esa mirada brillante que solo tienen ellos, mientras escuchan algún clásico de Dickens y se preocupan de mancharse bien de chocolate.
A media tarde un Papa Nöel hace su entrada en escena. Aunque los niños no lo saben, tras esa barba blanca se esconde la inconfundible mirada Cavero de uno de los hijos de Lola y Rafael, Pedro. Algún avispado le dice al oído, tirándole de la barba, «tú eres tío Pedro», pero en general, para este público tan exigente, parece recién llegado de Laponia.
Cuenta Cavero que le atrajo este personaje por su mirada simpática. Y «casi sin darse cuenta», dice mirando a su mujer de reojo, ha tenido que hacer obras en el salón para alojar a tanto barbudo.
Rafael y Lola han llegado a un «pacto de no agresión». 1.300 Papa Nöeles frente a cinco misterios repartidos por toda la casa y es que Lola, apasionada de los dulces de Casa Mira y de los belenes napolitanos, tiene que convivir diariamente con Papa Noeles que le cantan en una orquesta a tamaño real, algunos grandullones que se mueven sentados en una silla al ritmo de la música o incluso aquellos que cuentan cuentos con la voz grabada de su marido, y en los que salen los nombres de cada uno de sus nietos.
«Estos individuos tienen que ir acompañados del verdadero sentido de la Navidad para nosotros», dice señalando a un valiente Santa Claus que cruza el techo del salón en paracaídas sin ningún miramiento. «Nosotros somos católicos, monárquicos y españoles; por eso hay nacimientos repartidos por toda la casa, para que la esencia no se confunda».
El recorrido de un niño de 70 años
Todos los lectores se preguntarán dónde viven 1.300 «individuos vestidos de rojo» y a qué se dedica este niño grande el resto del año, cuando no es el maestro de ceremonias de esta colección.
Estos inquilinos privilegiados de Costillares tienen su propia casita en el jardín y Rafael, más conocido como Chan en los ambientes musicales, comenzó siendo solista en el coro de los jesuitas, del que le echaron. Ahora, cada martes toca en un grupo que ha publicado más de 190 canciones.
Le gusta disfrazarse de chino y tiene en su poder más de cincuenta disfraces. Ademas de Papa Nöeles, colecciona cajitas de música y juguetes en miniatura. Pero desde que tiene uso de razón el deporte es su vida. Campeón de España de 800 metros, fue presidente de la Federación Española de Atletismo, miembro del Comité Olímpico Nacional e Internacional, jinete y profesor del colegio de El Pilar.
Este deportista nato ha dirigido a más 130 atletas y ha becado a muchos de ellos. Tuvo un enfrentamiento con la sección femenina por federar a mujeres cuando ésta lo prohibía y es férreo defensor del deporte. «La falta de deporte está creando esta juventud tan carente de valores. Debería ser una obligación».
Moraleja
Es lógico que con esta vitalidad Rafael y Lola sigan al frente de este parque de atracciones doméstico y cada año se desplacen a Ifema, a la feria del regalo. En sus listas de cosas pendientes siguen cosas sin tachar, pero ellos no paran y buena parte de su tiempo es para su familia. «Para mí lo más importante es mi mujer, mis hijos y mis nietos. Soy como el Vito Corleone de Madrid», comenta entre risas. Costillares tiene las puertas abiertas porque, aunque vivan 1.300 Papa Nöeles, siempre hay sitio para más gente.
Pero este coleccionista también se acuerda de los demás, pues colabora activamente con numerosas organizaciones y nunca se olvida de los deportistas, a quienes sigue becando. Lo que es evidente es que en el fondo las personas mayores y los niños no son tan distintos. Es cuestión de proponérselo y vivir con el mismo espíritu joven que este coleccionista de Papa Nöeles y su mujer, a quienes la ilusión guía.
Fantástica descripción de un ambiente de lo más navideño!
Y qué gran familia los Cavero. Ir a su casa sería el sueño de cualquier niño, y de otros no tan niños.
Que bonito lo que escribes , que bien has captado la esencia de los Cavero. Gracias Laura .
Genial artículo, has descrito a la perfección lo que se siente al entrar en esa casa!!
No has podido describir mejor la transformación que tiene lugar en la casa de los Cavero durante laNavidad.
Genail articulo!!Solo con leerlo te haces una idea tremendamente precisa de lo q se siente al entrar en esa casa!Enhorabuena
La palabra para describir este artículo es ENTRAÑABLE, y no solo por el cariño con el que está escrito sino porque has sabido captar a la perfección la sensación de un niño al entrar en esa casita de jen sueño, y lo dice una servidora que ha pasado su infancia en ella. Gracias Laurita
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