Cuando el arte se convierte en polvo
Comenzaron su andadura en ARCO en el año 2009. Cuatro años más tarde, su presencia empieza a ser habitual en la feria. El secreto es, según Belén Valbuena, llevar un buen trabajo y no bajar la calidad nunca. Nada se deja al azar. Cada detalle cuenta: «No se puede hacer del estand un mercadillo. Las piezas tienen que encajar como si fuese un puzzle». Tal es así que aún falta por decidir algunas obras.
Lo único seguro es que «A Kassen» será el artista destacado, su niño mimado en esta edición, la piedra angular: «Es un grupo con piezas muy interesantes y que resultó muy atractivo en el Art Basel Miami Beach (celebrada en diciembre del año pasado en Miami). Se trata de una serie nueva donde, como acostumbra el grupo danés, el espacio y los objetos interaccionan con el público.
La técnica no puede ser más «rompedora»: pulverizan objetos que previamente han sido fotografiados. Con el polvo obtenido hacen una masa con productos aglutinantes hasta que obtienen una sustancia con la que pintar una mancha de diferentes tamaños en la pared. Al lado de la mancha se expone una fotografía en la que se aprecia el objeto pulverizado. ¿Qué sucede si un visitante de la feria quiere que una de estas obras pase a formar parte de su colección? La mancha se disuelve en agua. Por tanto, se puede recuperar la masa inicial y repetir el proceso: pulverizar y aplicar sobre una pared nueva. El coleccionista recrea la obra en el espacio que él decida y se convierte en artista. A Kassen sorprenderá con dos piezas creadas en exclusiva para ARCO.
El resto de obras que conforman este puzzle están representadas, entre otros, por Antonio Ballester Moreno, un joven autor que desnuda su alma de niño. Sus obras representan el lado más primitivo del ser humano, sin prejuicios, regresando por un momento a la infancia.
Imposible escaparse de la realidad con la propuesta de Karmelo Bermejo, un artista que no renunciará en esta edición a su peculiar forma de entender la crisis económica y su repercusión en el arte. Quizás porque a través de la recesión y su obra La traca final se hizo con el premio ARCO para Jóvenes Artistas en 2010.
María Loboda será la encargada de mostrar que tras los objetos más insospechados de nuestra vida cotidiana se esconde todo un mundo de expresiones, de símbolos. Sorprenderá su peculiar lectura de esos elementos que parecen formar parte inofensiva de nuestro hogar.
Díficil de definir resulta la técnica de Erlea Maneros Zabala, capaz de jugar con fotografías de edificios que, a través de un objetivo sucio –donde se pueden leer desde las huellas dactilares de un dedo hasta el ADN del pelo de un gato- se convierten en obras de arte que reflejan la construcción de la belleza durante la creación.
Viajar por lugares físicos o de la ficción, del presente o del futuro, reales o inverosímiles… será una de las decisiones que tendrán que tomar quien se acerque a la obra de Regina de Miguel. Instantáneas de un quirófano o de unas ruinas conducen a una suerte de infografía sobre las capas más lejanas de la atmósfera.
Néstor Sanmiguel Diest superpone capa sobre capa, lo transparente sobre lo opaco… fragmentos caóticos que generan un orden en una obra repleta de mensajes. Propone, en definitiva, una reflexión sobre la forma de pintar.
La galería MaisterraValbuena ofrece en cada pieza una metáfora de la situación del arte contemporáneo en España. Tachado de elitista, no logra captar la atención del gran público que considera que es un arte reservado para las grandes fortunas.
Belén Valbuena echa de menos ese gusto por las galerías entre los españoles tan arraigado en otros países europeos: «Sería estupendo salir de cañas y antes pasarte a ver las obras expuestas en las galerías de esta calle». Se refiere a Doctor Fourquet.
Afrontan esta edición de ARCO «con mucha esperanza e ilusión». Es el mejor escaparate para dar a conocer a sus artistas, para seguir manteniendo esa feedback entre jóvenes y veteranos galeristas.
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Galería Maisterravalbuena