Francisco Rivas, de Las Navas a Bagdad

Si la juventud de España no tiene futuro, no será por culpa de jóvenes como Francisco Rivas Moreno. A sus 23 años, es licenciado en Derecho y diplomado en Relaciones Internacionales por la Pontificia de Comillas, cursa un máster en el Instituto de Comercio Exterior, ha vendido unos 4.000 ejemplares de su primera novela –1212 Las Navas, publicada en La Esfera de los Libros-, ha fundado una revista online de geopolítica internacional y, para colmo, se casará el próximo verano, Dios mediante, con una católica iraquí. Como dijo Jack, «vayamos por partes».

Preguntado por esa atracción irresistible hacia el mundo musulmán, Francisco señala que viene determinada por «motivos distintos». En la época de la batalla de Las Navas, el Islam era el «enemigo real del Cristianismo a nivel cultural. Son dos culturas muy poderosas obligadas a enfrentarse con respeto. Son dos religiones que se parecen mucho pero a la vez se diferencian en elementos tales que son casi contrapuestas». En cambio, responde entre risas, lo de Bagdad es «casi un accidente». «Yo soy de Sevilla y mi prometida de Bagdad. Somos de dos de las ciudades más antiguas del Califato. Envidio a mis hijos porque van a tener herencia de varios imperios».

El secreto de «Las Navas»

Inquirido por el secreto de vender 4.000 ejemplares en época de crisis, en sector a la baja y con 22 años de edad, contesta: «Supongo que rezar». Luego añade: «Al margen de rezar, la historia de las Navas es una historia que merece ser contada. Es una historia impactante y que vende». Es difícil saber qué habría pasado si los cristianos hubiesen perdido esa batalla «porque no se puede hacer historia hacia atrás», pero lo cierto es que «los dos ejércitos lucharon al límite de su capacidad bélica».

El autor no es pesimista respecto a que en el siglo XXI se pueda ambientar una novela que hablara de honor, fidelidad, sacrificio, heroísmo, pundonor, amor, porque «ya el hecho de que seamos capaces de identificar estos valores muestra que perfectamente se pueden dar. La diferencia es que en el siglo XIII se ensalzaban estos valores, mientras que en la actualidad se dan a costa de la sociedad. Una sociedad materialista, de consumo, egoísta, fundada en la que Juan Pablo II llamaba las estructuras de pecado».

Geopolítica online

En sus últimos cursos en ICADE, fundó con dos compañeros de clase, David y Kike, una revista online dedicada íntegramente a la geopolítica internacional (GIN). Apoyados por profesores de la Universidad, ofrecieron varias conferencias sobre asuntos geopolíticos. Se repartieron la tarta del mundo entre los tres y Rivas, evidentemente, se quedó con Mundo Islámico y Cuestiones Religiosas. Reconociendo que «no tenemos capacidad para influir en la geopolítica», Francisco señala el «grave olvido» en España respecto a estos temas, máxime cuando nuestro país es «puente natural de tres mundos: Europa, Sudamérica y el mundo árabe». Ante la evidencia de que los coetáneos compatriotas se decantan mayoritariamente por el gin del gintonic sobre el GIN de la geopolítica, Francisco indica que se debe a «un proceso generacional, desde nuestros abuelos hasta nosotros», por el cual se ha ido disolviendo la necesidad de lucha. «Los dos gin no deberían ser incompatibles, siempre que el trabajo anteceda al ocio».

A Francisco, si no fuera católico, no le gustaría ser «nada», porque es como ese personaje correligionario de Chesterton que dice: «Si yo perdiera mi fe, yo no podría ser yo. La fe es el sustento de mi vida». Poitiers, Las Navas, Lepanto… ¿Aún quedan más batallas que librar contra el musulmán? «En sentido estricto, físico, quizá no, pero la batalla espiritual va a estar siempre». «Da la sensación» de que los musulmanes han venido a menos desde aquellos que nos enseñaron matemáticas, astronomía, agricultura, arquitectura, jardinería… «Pero todos hemos ido a menos. España era todo y quién la ha visto y quién la ve».

La renuncia del Papa

Ante la noticia de moda urbi et orbi, no es de los criticones al Papa: «No soy quién para juzgar las decisiones de cualquier hombre en conciencia, y menos las del Santo Padre». Su renuncia le parece «una muestra de extraordinaria humildad, que marca la diferencia de quienes viven conforme a Dios y quienes viven conforme a sus propios deseos». Aunque «el Espíritu Santo es más sabio que todos nosotros», a él le gustaría ver a un Papa «no occidental, porque la Iglesia está demasiado centrada en Europa» Le hace gracia que se diga que la Iglesia católica (o sea, universal) no va acorde con los tiempos. «¿Acorde con qué tiempos: los de Europa, los de África, los de América, los de Asia? Por ejemplo, en Europa se van legalizando los matrimonios homosexuales, pero en África se mata a los homosexuales. Ni seguimos los tiempos de África ni tampoco los de Europa».

Preguntado por varios personajes políticos, comenta lo siguiente. Sobre Mahmud Ahmadineyad: «Los persas ni son tan tontos ni tan fanáticos como nos quieren hacer creer. Y aunque Ahmadineyad estuviera loco, tiene por encima a Jameini, el líder supremo» (en Irán, el cuarto poder, el clerical, controla el ejército). El nombre de Mohamed Mursi le provoca risa porque hace poco «se rascó» la entrepierna durante una visita a la primera ministra australiana, motivo por el cual «en su país le quieren juzgar por actos indecentes. Es un reo de sus propias leyes», bromea. En todo caso, «los Hermanos Musulmanes han revelado sus cartas antes de tiempo». Obama, el americano invencible, le parece «un personaje de opereta, como suelen ser los americanos, muy dados al exhibicionismo y la propaganda». De Netanyahu le preocupa que busque la guerra con Irak, la cual sería «horripilante», aunque no cree que los persas, cultura milenaria, usasen la bomba atómica. De Zapatero «todo lo que había que decir está dicho». Y volviendo a Roma, Juan Pablo II fue «un regalo de Dios. Es impresionante que el Espíritu suscitara un Papa así… en tiempos tan turbulentos». Benedicto XVI, a pesar de relevar a un predecesor «muy carismático», ha sido a su juicio otro Papa extraordinario. «Juan Pablo II congregó a un millón de fieles en Madrid en 2003. Benedicto XVI, en 2011, a dos millones». Además, destaca su capacidad para «convertir en virtud los ataques contra él».

Un amor sin fronteras

Francisco y su prometida se conocieron precisamente durante las Jornadas Mundiales de la Juventud madrileñas de 2011. Ella venía desde Irak, su país de origen, con un grupo de jóvenes. Era una entre dos millones. Se alojó en una de tantas parroquias habilitadas en la capital, la misma en la que Francisco se ofreció a servir como voluntario. Así surgió el amor. Francisco redujo los 4.304 kilómetros de distancia a cenizas con algunos viajes a Irak. Allí formalizaron solemnemente su compromiso. En julio de 2013 habrá boda en Oriente Medio y, Dios mediante siempre, una ceremonia también en España.

Rivas señala que «la fe es el elemento nuclear» de sus vidas y que provenir de «tradiciones culturales muy distintas, gracias a la fe, no es motivo de choque, sino de enriquecimiento mutuo», porque «las diferencias se interpretan a la luz de la misma Revelación». Preguntado por el lugar donde le gustaría desarrollar su vida profesional, responde abiertamente: «Me da igual». Y sentencia con humor y amor: «No sé si es porque soy andaluz, pero para mí el trabajo es un medio para conseguir otras cosas. Mi prioridad en la vida es ser un buen padre y un buen esposo».