Un Banco que te dará todo el tiempo del mundo
Vivimos tiempos en los que los bancos no dan ni los buenos días. Pero no todos son iguales. Los Bancos de tiempo(BdT) se dedican al intercambio eventual de servicios utilizando el tiempo como divisa. Cada usuario tiene un talonario, al estilo de los bancos financieros, pero en el que tienen apuntadas horas en vez de euros.
En 2012 se constituyó la Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo (ADBdT) con el objetivo de construir una base de apoyo logístico a todos los existentes en nuestro país. Su finalidad es ayudar a mejorar tanto el funcionamiento como la coordinación entre ellos. La idea es revalorizar el concepto de la solidaridad.
Desde la ADBdT explican que lo que diferencia a estos Bancos de las ONG, es que estas son más paternalistas porque uno da y el otro recibe, mientras que en los BdT todos son iguales.
Pero los Bancos de Tiempo no son un gueto de gente sin recursos. La idea original es que siempre cualquier persona pueda dar su tiempo y también aprovechar el tiempo de los demás. La profundidad de la crisis y el aumento de ciudadanos sin trabajo han propiciado que en los últimos tiempos haya crecido la demanda de personas que acuden a los BdT por la falta de recursos para adquirir esos servicios en un mercado tradicional. Pero la esencia del proyecto es generar un nuevo modelo de relación y aprovechar la solidaridad mutua en cualquier circunstancia. Una alternativa de consumo independientemente de tu nivel adquisitivo. Los servicios que más ofrecen estos Bancos son tareas de bricolaje, informática, idiomas o cocina.
En muchas ciudades, los BdT funcionan mediante la gestión de asociaciones que les ceden algún pequeño espacio para la gestión de toda la administración. El desarrollo del 15M y de las asambleas de distrito amplificó la idea de crear estas estructuras. Pero el brazo de la Administración Pública también alcanza a este proyecto. En Madrid, bajo el amparo de la Concejalía de Servicios Sociales existen siete Bancos diferentes dentro de los Centros de Apoyo a la Familia.
Tejer nuevas redes
Rosa es una usuaria habitual de Bancos de Tiempo. Fue debutante en el primero que apareció en Barcelona hace más de nueve años. Actualmente colabora en cuatro diferentes, además de ayudar en el despegue de la ADBdT. «Aparte del componente solidario, funcionamos como una especie de club social. Se organizan excursiones y es una buena manera de conocer gente nueva”, señala.
Rosa apunta a la potenciación de las relaciones intergeneracionales como uno de sus beneficios: “Mucha gente mayor enseña a los jóvenes a cocinar y a cambio estos les enseñan a manejarse con el ordenador, a navegar por internet”. Cuenta también el caso de un chico joven que desayuna todas las mañanas en casa de una señora mayor y luego él le hace los recados.
“Tenemos también un servicio de conversación telefónica, para que la gente no se sienta sola. Y muchas reuniones; a veces organizamos meriendas en las que cada uno trae un plato preparado. Es una manera de conocer gente». Para ilustrar esto último utiliza un ejemplo personal: «Tengo una terraza con muchos árboles. En el BdT había un señor que había sido jardinero. Su mujer me llamó y me dijo que se iba a venir con él y merendábamos los tres».
Es una forma diferente de entender las relaciones personales. De recuperar la solidaridad y el espíritu vecinal. El clásico, pero que cada vez parecía más olvidado, “hoy por ti mañana por mí”.
Crecimiento en España
Julio Gisbert lleva desde mayo de 2008 gestionando un blog en el que intenta presentar modelos alternativos para cambiar las relaciones económicas en la sociedad. Los Bancos de Tiempo son una parte esencial de su campo de análisis. Desde su experiencia y estudio los define como instrumentos «fundamentales» para reconstruir redes de ayuda mutua. Lo que cuenta es el valor de la reciprocidad. En eso se diferencia de una ONG, éstas son más verticales y unidireccionales, con conceptos muy vinculados a la caridad cristiana.
Como cuenta Gisbert en su libro Vivir sin empleo, los BdT surgieron en Japón en los años 80 y llegaron a Europa una década después. El primer país en adoptarlo fue Italia, a través de una ley promovida por el Partido Comunista para promover la conciliación familiar.
En su blog, Gisbert realiza una especie de censo anual de todos los Bancos de Tiempo de España. En unas semanas publicarán un mapeo actualizado que elevará a más de 300 el número de BdT en el territorio nacional.
Gisbert cree que juegan también un papel muy importante para la autoestima: mucha gente que llega a los Bancos de Tiempo y se les pregunta ¿Qué sabes hacer? muchos dicen que nada. Y eso nunca es cierto. En un BdT todas las horas valen lo mismo, independientemente del servicio que puedas prestar«.