Fernando García Mongay, sin medias tintas digitales
No es apocalíptico pero tampoco un gurú digital. Es, ante todo, periodista que trata de integrarse. Tiene muy claro que lo que parecía una mera transición del papel a lo digital ya es una revolución: «Un cambio de paradigma». Tampoco es escéptico ante esta nueva realidad: «El periodismo sigue siendo el mismo, lo que han cambiado son las formas de contar historias», dice. En otras palabras: «Seguiremos con el periodismo de toda la vida, el tradicional, el de las buenas historias». En definitiva, la herramienta principal del periodismo, la palabra, sigue estando ahí.
Fernando García Mongay es el padre de un adolescente que nacía en plena revolución. Su retoño, el Congreso de Periodismo Digital de Huesca, cumple ya catorce primaveras digitales. Echando la vista atrás, este oscense recuerda que la evolución del congreso ha sido en paralelo a la tecnología: «arrancó en el año 2000 sin WiFi ni ADSL y con un solo portátil. Para esta edición ya contamos hasta con fibra y es posible que haya cientos de aparatos conectados». Tanto es así que hasta las infraestructuras le han hecho un guiño al llevar la línea de alta velocidad a Huesca. Es aquí donde cita a Forges — humorista del diario El País — pensando que en cualquier momento nos atacan los indios. «A mí me recordaba al canfranero» – la línea ferroviaria que une la población de Canfranc con Zaragoza- dice sin poder negar sus raíces.
Para esta edición del Congreso tiene claro el mensaje: «Hay que poner en valor la creación de nuevos proyectos y la generación de puestos de trabajo». Emprender es la vía de escapa a la crisis. Eso sí, sin renunciar a la calidad y el rigor. Por eso, ha logrado reunir todo un cartel de profesionales de diferentes áreas que debatirán sobre las nuevas formas de hacer buen periodismo: desde cronistas llegados del otro lado del Atlántico hasta las técnicas de buceo entre la marea de datos. Todos serán claves para que los asistentes puedan lidiar en este nuevo coso digital. Rematar la faena sería para él que de este encuentro entre pequeños y gigantes, veteranos y jóvenes entusiastas… surgiese un nuevo proyecto digital: «habríamos cumplido nuestra misión».
Mientras que su otro teléfono no deja de sonar, Fernando mantiene la calma. Antes de colgar nos cita en Huesca y nos invita a hacer eso que ahora llaman networking pero que toda la vida ha sido hacer contactos. «Es la mejor oportunidad para poder tomarte un café con ese periodista que admiras y con el que sólo podrías intercambias tweets o correos», dice para hacernos la boca agua. Allí le esperamos con un café largo y doble de azúcar.