Iñaki Gabilondo: «Hay que apostar. El mundo que hemos conocido se cae»
Recién llegado de un viaje, Iñaki Gabilondo nos atendió brevemente por teléfono el jueves. Al día siguiente completamos la entrevista en el hall del Palacio de Congresos, donde un grupo de compañeros le informaba de un nuevo proyecto digital. Se despidió para clausurar el Congreso de Periodismo Digital de Huesca junto a Ignacio Escolar.
¿Cuál es el mayor mal del periodismo?
¿El mayor mal o el mayor problema? El mayor problema es que está en riesgo su supervivencia y debe encontrar su camino. Pero el mayor mal es que los periodistas se han alejado mucho de la gente, como los políticos.
Publica desde hace más de dos años un videoblog en El País. ¿Echa en falta nuevos líderes de opinión?
A la sociedad le hacen falta referentes de cualquier tipo, sociales, morales… Ahora mismo hay una crisis de referencias, por eso cuando se elige un Papa el mundo se vuelve a mirar. Es una época de formidable confusión.
Qué aporta Internet a la sociedad?
Lo que está ocurriendo es que estamos inaugurando un tiempo que no ha hecho más que empezar. Estamos en el primer minuto del partido. Es la inmensa riqueza de posibilidades que la red brinda, mezclada con el caos generalizado. Internet es el mundo entero a nuestra disposición.
¿Estamos más cerca del conocimiento gracias a la red?
Creo que la gente más joven está haciendo unas valoraciones cerradas. Están pasando todas las cosas a la vez y no tenemos los elementos de juicio para hacer razonamientos muy cerrados. Vamos a ver. Internet es un mundo nuevo.
¿Están sustituyendo los periodistas a la noticia en Twitter?
Ese es un detalle de todo lo que está pasando, pero no me parece un rasgo muy relevante.
¿Cómo será el periodismo dentro de veinte años?
No tengo la menor idea. El mundo que hemos conocido se cae, pero mientras unas puertas se cierran otras se abren simultáneamente. Vemos con claridad cómo se cierran, pero solo intuimos cómo se abren las demás. El futuro no está escrito.
¿Cómo deben afrontarlo los jóvenes?
Es importante entender que lo que está pasando está pasando. La gente joven cree que el mundo es como es y será así para siempre. El futuro será mejor o peor, pero diferente. La duda tiene muchas más posibilidades que la coyuntura. Hay que apostar.