Rusiñol: «Alternativas es el único medio económico dirigido al ciudadano y no al especulador»
El viernes 8 de marzo llegó a los quioscos el primer número de la versión española de Alternativas Económicas. Pretende trasladar a nuestro país un modelo que funciona con gran éxito en Francia, donde nació hace treinta años: una cooperativa formada por periodistas que quieren acercar la información económica a la gente de la calle. «Los medios no explican muchos temas económicos porque dependen de los bancos. Pero la gente está hambrienta por conocerlos», explica Pere Rusiñol, ex redactor jefe de El País, adjunto a la dirección de Público y uno de los socios fundadores de la publicación.
¿Qué supone el nacimiento de Alternativas Económicas?
Alternativas Económicas es la única revista de Economía que es propiedad de los periodistas. Por ello no tiene condicionantes económicos a la hora de informar, algo importante en una época en la que la crisis ha comprometido la independencia de los periódicos. Además, Alternativas Económicas es el único medio de información económica dirigido al ciudadano y no a los inversores y especuladores.
Alternativas es una revista que está funcionando muy bien en Francia ¿Por qué el modelo no se ha importado antes a nuestro país?
No se ha hecho antes algo como Alternativas Económicas en España porque los periodistas afines estábamos en medios que creían que nos permitían hacer lo que queríamos y en lo que creíamos. Pero no. Nos dimos cuenta y por eso salimos fuera a tratar de buscar una estructura que nos gustara. La encontramos en Alternativas Económicas, una revista creada como cooperativa que en la actualidad vende más de 120.000 ejemplares. Cuando la fundaron, hace treinta años, los rea gedactores estuvieron cinco años sin cobrar. Ahora son más de cincuenta, y todos cobran.
A los periodistas afines ¿Los medios les dejaban entonces hacer lo que querían? ¿O la situación ha ido a peor?
Los periodistas deben analizar la propiedad de los medios en los que trabajan, pero eso es algo que no suelen hacer. Además, con esta crisis se ha cambiado la estructura de la propiedad. Los periódicos han pasado a manos de los bancos, y es muy difícil hacer buena información económica cuando el dueño es la banca. Por ejemplo, El País pasó a manos de un fondo, Liberty. Y hace apenas un año fue a peor: pasó a estar controlado por un pool bancario formado por CaixaBank, Santander y HSBC.
Es obvio que había un punto de ingenuidad por parte de los periodistas, pero el cambio de propiedad de los medios ha ido a más.
Antes pasó por El País y Público, y en este último vivió un cierre traumático (de la edición en papel). ¿Qué aprendió?
En El País y Público aprendí a desconfiar de manera sistemática de la propiedad, incluso de los mejores editores de prensa. Público fue una tragedia en la medida en la que parecía que el propietario era distinto. Pero resultó que era peor.
¿La crisis ha provocado que haya un mayor apetito de información económica por parte de lectores que antes no estaban interesados?
Sí. Si te bajan el salario, te despiden, si te dicen que tendrás que tener una pensión menor, si te han colocado complejos productos de inversión (preferentes)… todas esas cosas afectan a tu vida cotidiana. No son algo teórico, sino práctico, y la gente necesita entenderlo. Y los medios no lo explican bien porque dependen de los bancos. Pero la gente está hambrienta, quiere que se lo cuenten.
El primer número de la revista salió a la calle el viernes pasado ¿Es pronto para hacer valoraciones?
Un poco, pero de momento de puedo decir que vamos bien. Nosotros no queremos ser una revista clandestina, que pase de un portador de la verdad a otro. Por eso queremos estar en los quioscos justo al resto de publicaciones similares. Pero el quiosco es también una ruina, y la distribución es uno de los principales problemas de la prensa actual. Por eso creemos que lo que nos tiene que permitir vivir son los suscriptores. En este sentido, mediremos el éxito de la publicación en función del número de suscriptores. Aspiramos a tener 4.000 en dos años, y solo con el primer número hemos conseguido 650. No está nada mal.
En el primer número Andreu Missé, director de la revista, es también el redactor de la apertura y de varias piezas. Es algo poco habitual en este tipo de publicaciones. ¿Seguirá siendo así en los próximos números?
El director es un gran periodista, y en nuestro caso no se dedica solo a dar órdenes, sino que también escribirá, porque es el que más sabe. En los próximos números seguiremos tratando temas de banca, y seguirá por tanto teniendo una gran presencia.
Ofrecen un cuadernillo central redactado por expertos en el que ofrecen soluciones
Nosotros no tenemos la solución absoluta, pero sí queremos ofrecer soluciones, alternativas… por eso nos llamamos Alternativas Económicas y no La Alternativa Económica.
¿Cómo evolucionará el periodismo? ¿Son los micromedios y las cooperativas como Alternativas el futuro de la comunicación?
La situación de los grandes medios no son tan malas como la gente cree. El Financial Times, The New York Times… son medios que ganan dinero. El problema en España es su endeudamiento, y que no tienen credibilidad, porque están en manos de los bancos. Pero hay sitio para nuevos medios con credibilidad.
Usted es un férreo defensor del papel ¿Acabarán desapareciendo las publicaciones impresas?
McLuhan decía que el medio es el mensaje. Para mí el papel es insustituible, por muchas cosas. En leer media columna pierdes mucho menos tiempo que en leer un río de texto en internet. Además, el papel tiene mucha más influencia. Por otro lado, para publicar algo en papel tienes que haberlo comprobado muchas veces y tienes que hacer una selección de lo que interesa. Es un gran esfuerzo. En internet, en cambio, lo quitas y ya está. Mira lo que pasó con la portada de El País de la foto falsa de Hugo Chávez: en internet desapareció sin problema en media hora, pero retirar el papel supuso un problema.